La educación destruida
Delenda est Educatio. Educar es comenzar la vida del niño poniendo cimientos de humanidad en su individualidad y su dignidad personal.
Publicado en la revista El Mentidero de la Villa de Madrid (25/MAY/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.
Desde aquella ley orgánica general del sistema educativo (LOGSE), la educación se ha ido desligando progresiva, hoy aceleradamente, de su natural proceso, de su base natural en la familia, de las etapas naturales humanizadoras del ser humano, de las necesidades auto-constructivas del sujeto, de los naturales tiempos de integración en la sociedad humana.
Todo ello está distorsionado con una única finalidad, actualmente elevada a la enésima potencia por las políticas sanchistas, amparado además por la pérfida Agenda 2030 que él ha adoptado como su programa político a falta de uno propio. La tal finalidad no es otra que destruir personas, crear borregos, someter criterios y voluntades a los más bajos instintos y las mayores carencias de humanismo y humanidad; salvajismo puro y duro al eliminar la dignidad intrínseca de las personas.
Con esa realidad que tenemos en funcionamiento podemos entender la naturaleza de lo destruido, naturaleza ya olvidada, ignorada y, para muchos, objeto de mofa, incluidos muchos de los que deberían conocer, saber y cuidar al ser humano y su intrínseca dignidad; ellos han embarrado la suya propia.
Educar, en este contexto sería hacer todo lo contrario, lo más opuesto a lo que la política «educativa» está haciendo actualmente en España. Por fortuna hay muchos centros y muchos educadores que lo hacen así, y por ello sigue habiendo gente educada a pesar de los políticos de turno.
Educar es comenzar la vida del niño poniendo cimientos de humanidad en su individualidad y su dignidad personal. Cimientos o bases que sólo se dan en un medio sereno y libre, vinculando con las personas de referencia que garantizan el surgir y afianzarse del YO personal, sin el cual toda otra construcción carece de consistencia y de individualidad.
Deducción: La escuela infantil de los 0 a los 3 años es una total aberración.
Procede: Crianza primera por los padres con el mejor soporte familiar y, en muchos casos, con la colaboración de especialistas educadores con la máxima formación en su cometido. El desarrollo físico, tono muscular y sentidos, son prioridad en ambiente cálido de afecto y directrices claras. Plena libertad de movimientos para el bebé y mucha naturaleza. El bebé y luego ese niño se descubre y aprende por sí mismo e imita para afianzarse en su ser al lado de los que le quieren y le animan; o sea, le dan ánimos y ánima (alma).
El segundo estadio educativo, 2 a 5-6 años de edad, sobre la base del yo construye el edificio emocional con progresiva apertura al nosotros con su contenido socializador que va del simple intercambio con el otro, a compartir y respetar. Para ello se abre el progresivo estar con otros niños en situación de juego libre, ambientes variados ricos en recursos, ricos también en educadores que van acompañando y moldeando conductas, interacciones y respeto en plena coordinación con la familia. La música, el juego cooperativo, gran libertad de movimientos y elección libre de actividades completan tiempos diarios de socialización que van construyendo el nosotros.
Contraindicado: meter al niño en un aula con otros 12 o 15 niños, todos sentaditos, todos haciendo lo mismo al mismo tiempo y de la misma forma; es decir, ambiente y disciplina escolar, horarios y reglamentos propios del periodo, edades y medios escolares, adecuados a las etapas del aprendizaje formal (no natural) y que en ningún caso debe llegarle al niño antes de los 6 - 7 años de edad.
A la edad de 6-7 años puede comenzar la escolaridad para la generalidad de los niños. La educación propiamente dicha ha quedado ya básicamente establecida. En la escuela puede, junto con los aprendizajes formales, ser afianzada y reforzada; en ningún caso con ideologías contra-educativas. El principio básico que implica criterio, actitud, dinámica y experiencia, es el respeto, ante todo hacia sí mismo y su dignidad intrínseca, siempre a toda persona, a la naturaleza en todas sus formas y manifestaciones, a cuanto la sociedad ha elaborado a lo largo de los siglos y también a lo que aprende.
Si no hay respeto por el niño (y políticamente no lo hay en absoluto), por su dignidad como persona, su naturaleza, sus procesos, sus necesidades, sus características diferenciales y su libertad como ser humano. ¿Qué educación es esa? Es lo que se está imponiendo en España cada vez más y cada vez peor.
¿Sistema educativo? Educación universal, igualitaria, etc. etc. O sea, todos en el mismo saco público desde que nacen. Todos bien aborregados porque todos desarrollan un nosotros y carecen de un yo personal. Todos ideologizados para ser género fluido, manejable y sometido a la tiranía del estado y al mando mundial (agenda 2030). Han logrado en buena parte lo que llevan años intentando imponer.
Problema: Llevamos 36 años de LOGSE y subsiguientes caricaturas. En ese engañabobos se han deformado muchas promociones de toda índole, profesión y hasta «doctoración». La población, la ciudadanía, la sociedad en una parte importante padece una más que lamentable falta de criterio (basta preguntar a todos los sanchistas), de ideas y de conocimientos sobre lo que es educación; piensan, creen porque se lo han inculcado, que educación es lo que aprendieron en la escuela, en el colegio, en el instituto, en la facultad, en la escuela profesional, o en los partidos políticos.
Afortunadamente hay muchos que han superado esas confusas imposiciones, que mantienen criterio propio, que fueron educados con sentido y con humanidad. Esa es la razón por la que aún queda esperanza y aún hay dónde echar mano para liberar a la sociedad del pensamiento único y el servilismo.
Estoy leyendo un libro, muy reciente, escrito en colaboración por más de 25 ingenieros y economistas en su mayoría. Personas muy documentadas y con aportaciones interesantes y positivas en general. En varios capítulos hablan sobre educación e intentan hacer aportaciones a la misma, ¡lamentable! Desde indicar que se generalice la escolarización desde los 0 años, hasta elucubrar con poner más dinero para la lamentable formación tanto profesional como universitaria y también de doctores y catedráticos.
Coincido con ellos en diversos aspectos pero nada en cuanto al origen, causas y ambientes que están en la raíz, el origen y los medios que provocan tales deficiencias. Dichos autores creen y hablan de lo que les han inculcado, que tenemos un sistema de educación (absolutamente falso), que todo es y funciona como debe ser y que los fallos son un misterio indescifrable.
Muchos expertos en la materia lo tienen claro, yo coincido con ellos y denuncio:
- Causa un enorme daño descolocar al niño de sus naturales procesos de desarrollo y del aprendizaje sobre sí mismo y sobre la vida en su medio familiar-natural.
- Las dificultades de aprendizaje y las alteraciones del comportamiento pueden ser prevenidos en su inmensa mayoría con educación auténtica a su debido tiempo (0-6 años), pero nunca escuela a esas edades.
- Dichos problemas, si no han sido prevenidos, deben ser abordados cuanto antes, idealmente entre los 5 y los 10 años de edad, en la escolaridad primaria y no en la secundaria, en esta cabría reforzar lo conseguido, no esperar a iniciarlo.
- Hoy existen conocimientos, técnicas y programas adecuados y suficientes para abordar esas soluciones. Desde las altas esferas no se quiere que los conozcan los profesionales de la enseñanza. Políticamente interesa que haya muchas personas ignorantes, mal informadas y formadas; son más manejables y fanatizables con las ideologías progres = agenda 2030 + sanchismo.
Por contra, el pensamiento único y oficial es lo que importa, se cultiva, se impone y se subvenciona. El borreguismo es políticamente muy rentable y los fanáticos son muy útiles en política.
Concluyendo: La política se nutre de la mala educación y las leyes sanchistas están elevando eso a la máxima potencia. La actual ley, mal llamada de educación, es el epítome de cuanto llevamos expresado.
No soy ni adivino ni lego en la materia; cincuenta años en la escuela como profesional, un especial interés en el tema, una amplia información y experiencia en la materia me ayudan a ver, sentir y compartir sobre educación.
El sistema no puede estar peor; la rebelión de los profesionales sería la mejor solución, enseñando y educando con los criterios más opuestos posible a lo que expresa el sistema; ellos son la única solución posible, no los políticos.