Ciertos eran los toros…

20/JUN.- Era verdad que la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural del Ministerio de Defensa había publicado un cómic sobre la historia de España en el que se hacía eco de los tópicos de la leyenda negra.

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Ciertos eran los toros…

Reconozco que me equivoqué. Me permití dudar de la veracidad de una noticia publicada tan solo en un medio digital [Los cómics históricos de Defensa agitan la polémica por "difundir tópicos de la leyenda negra antiEspaña"], y, en consecuencia, así me expresé en mi artículo titulado No me lo creí (5/06/2022). Previamente, había desestimado unas líneas trazadas, en caliente, ante las primeras informaciones, que titulaba significativamente ¿Tú también, hijo mío?, en referencia a las palabras que pronunció Julio César cuando distinguió a su propio hijo entre sus asesinos.

Lo cierto es que el cambio de artículo y de tono me vinieron dados porque me apresuré a intentar confirmar esa noticia por medio de fuentes que consideré fidedignas; ahora pienso que esas fuentes eran tan o más ingenuas que un servidor, y en ningún momento he dudado de su buena fe; pero, en todo caso, andaban erradas. Como yo, repito.

Era verdad que la Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural del Ministerio de Defensa había publicado un cómic sobre la historia de España en el que se hacía eco de los tópicos de la leyenda negra, donde se ridiculizaba a diversos personajes y situaciones de nuestro pasado, incluyendo a gloriosos soldados. Era real la felonía. Y no desde cualquier covachuela del establishment, sino desde el propio Ministerio de Defensa español.

Ahora leo que se han formulado protestas por parte de varios militares (siempre por el conducto jerárquico, aclaran los medios) y que cincuenta historiadores han elevado un escrito a la señora Margarita Robles denunciando el bochornoso suceso, por lo que ha sido retirado el cómic en cuestión. Se habrán evitado con ello daños mentales a los niños a los que iba dirigida la publicación, pero quienes han quedado seriamente marcados ante todo ciudadano que tenga algún grado de patriotismo han sido quienes ⎼civiles o militares⎼ componen la Subdirección dependiente del Ministerio de Defensa.

Sabemos que Defensa es un Ministerio más del Gobierno de Pedro Sánchez, por lo tanto, de naturaleza política e ideológica; el mismo presidente del Ejecutivo, antes de cambiar el colchón de La Moncloa, abogó por su supresión, y así consta en las hemerotecas y en el recuerdo de todos aquellos que están sobreviviendo al lavado de cerebro actual. Por su parte, a la señora Margarita Robles, tan alabada en según qué medios, no le tiembla el pulso a la hora de cesar a la directora del CNI en connivencia con los socios separatistas de Sánchez y tampoco a destituir fulminantemente a un capitán en activo por el delito de hacer bendecir el guion de su compañía en Cuelgamuros; pero ya sabemos que existen diversas varas de medir, y no solo en la Institución militar bajo mando político; no es extraño que Defensa autorizara la publicación, toda vez que estaba en consonancia con las ideas de su presidente y mentor.

De aquella primera ocurrencia de supresión ministerial de Pedro Sánchez ha pasado algún tiempo, no mucho, pero su sagacidad le aconsejó posteriormente que, en lugar de eliminar Defensa como Ministerio de su abultado Gobierno, lo mejor eran utilizarlo ⎼como a todos los demás⎼ para la tarea de deconstruir España: en su pasado, con la memoria democrática y este cómic, por ejemplo; en su presente, con la aplicación de las ideologías oficiales del pensamiento único en sus numerosos decretos y leyes, consensuadas con sus aliados, y en su futuro, a costa de nuestros hijos y nietos, si es que le dejamos los españoles.

Bien, la publicación ofensiva para nuestra Historia y nuestro Ejército ya ha sido retirada; seguro que no se pedirán responsabilidades, no habrá cese alguno entre quienes autorizaron o fomentaron la publicación del panfleto, ni se abrirá ningún expediente disciplinario.

Esta última palabra ⎼la disciplina⎼ es evidente que será utilizada ante las voces disconformes; especialmente, ante los militares honestos que protestaron (siempre por el conducto jerárquico, repiten, y repito). Ante los historiadores que se dirigieron a la señora Robles no es posible invocarla, pues, a Dios gracias, aún no están afiliados a ningún sindicato a sueldo ni corren otro riesgo que el del ostracismo y la muerte social entre sus colegas afines al pensamiento único.

A un servidor y a muchísimos españoles, que amamos a España, que nos identificamos con los valores e ideales de la milicia y sentimos admiración y cariño por nuestras Fuerzas Armadas, también nos resbalará la disciplina y el silencio que se va a aplicar a partir de ahora a la noticia del nefasto cómic retirado. Además, no tendremos ningún inconveniente en dedicar una irrespetuosa higa a la señora ministra de Defensa y a quienes ⎼sean consejeros políticos o funcionarios de uniforme⎼ intentaron la difusión del cómic acorde con la leyenda negra antiespañola.

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