Memoria

"Rojo y negro", la película falangista maldita.

"Rojo y negro" es una película netamente falangista, siendo la única de la guerra civil hecha con ese marchamo. No es una película de exaltación patriótica, ni alaba al bando nacional vencedor de la guerra, aunque se posiciona a su favor, y probablemente todos estos matices la llevaron a ser prohibida.

Publicado en Gaceta de la FJA, núm. 347, de agosto de 2021.
Ver portada de Gaceta Fund. José Antonio, en La Razón de la Proa (LRP).
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"Rojo y negro", la película falangista maldita.


Estrenada en 1942 en el cine Capitol de Madrid, censurada por el franquismo tras proyectarse durante tres semanas, llamada así en honor de los colores de la bandera de Falange, y dirigida por el falangista Carlos Arévalo, es un filme poco conocido aunque considerado por los críticos como una joya del cine español.

Carlos Arévalo, vieja guardia de Falange Española, afiliado a esta con anterioridad a febrero del 36, era escultor de profesión aunque se dedicó con más intensidad a la dirección cinematográfica. Suya también fue entre otras la dirección de Harka, película de 1941 que cosechó un enorme éxito, y que narra el conflicto en el norte de África entre un tabor de tropas indígenas del Ejército español y tribus rifeñas, en los años 20 del siglo pasado, teniendo como trasfondo la historia de amor entre un oficial y una bella mujer (Luchy Soto).

Arévalo paso toda la guerra civil en Madrid y se dice que fue miembro de la quinta columna, lo cual no está confirmado, aunque de acuerdo con la trama de la película ambientada en el Madrid republicano de la guerra civil, su condición de falangista y las vicisitudes pasadas por el mismo en esa época, es más que probable que ello sea cierto.

La presencia de falangistas en el madrileño Cuartel de la Montaña los días 19 y 20 de julio de 1936, aun siendo importante ni fue masiva ni estuvo bien organizada, y muchos de los que sobrevivieron a los asesinatos de la turba marxista, acaecidos después de la rendición del general Fanjul, así como otros que no llegaron a entrar en el cuartel, formaron parte durante toda la guerra de la quinta columna que dirigían Gustavo Villapalos, guardia civil y después oficial del Ejército del Aire, así como el entonces teniente de Artillería Manuel Gutiérrez Mellado, ambos miembros de Falange Española.

Rojo y negro es una película netamente falangista, siendo la única de la guerra civil hecha con ese marchamo. Y no me refiero solo a su contenido sino también a quienes participaron en su elaboración, ya que además de su director, eran también falangistas el autor de la música, el maestro Juan Tellería, compositor del Cara al sol y del himno de la División Azul, y su inspector artístico José María Alfaro, coautor de la letra del himno falangista.

Su argumento gira en torno a dos jóvenes, amigos desde la infancia y después novios, Luisa y Miguel, ella interpretada por la actriz Conchita Montenegro y el por Ismael Merlo, que durante la Segunda República aun manteniendo su relación optan por posicionamientos políticos diferentes, ella falangista y el comunista. Ya iniciada la guerra civil Luisa es una quintacolumnista que ayuda a sus compañeros de falange pero es descubierta y detenida tras un registro en su casa, trasladada a la Checa de Fomento al final es asesinada. Enterado Miguel de su detención acude en su rescate, pero en un tiroteo con sus compañeros de partido también muere. El argumento así contado parece uno más, pero la película tanto técnicamente, como por su forma y fondo, supuso un auténtico dolor de cabeza para los censores del régimen.

Fue precursora del neorrealismo italiano en tanto que frente a la lejanía corporal de los artistas y el exceso de diálogo se centra en las expresiones físicas de estos; frente a la distancia que impide conocerlos se fija más en sus sentimientos, así como en la condición humana y su realidad frente a manipulaciones que la tergiversan. Es una película adelantada a su tiempo.

La fotografía, obra de Alfredo Fraile y Enzo Riccione, es excepcional, caracterizada por un estupendo e insólito uso del claro oscuro. Al igual que su ritmo, sobre todo al final, mantenido de forma constante y ordenado. Contiene además unas atrevidas y vanguardistas secuencias cuando nos muestra la Checa de Fomento grabada mediante planos abiertos en donde todo se ve, lo de un lado y lo del otro, lo de arriba y lo de abajo, a modo de la famosa viñeta 13 Rue del Percebe del gran F. Ibáñez.

Pero es que además de sus cualidades técnicas está lo que cuenta. Todas las películas que estamos acostumbrados a ver con temática parecida, además de posteriores son de signo contrario. Son siempre de ciudades ocupadas por los nazis, o los malos de turno, en donde hay una resistencia que se ayuda entre si y les combate.

Aquí pasa eso mismo pero al revés. Los malos son los republicanos, socialistas y comunistas, y los perseguidos que resisten y luchan por la libertad son los falangistas. La Checa de Fomento, o de Bellas Artes, fue un centro de detención y tortura irregular, con parodias de juicio incluidos, bastante parecido salvando las distancias a los que mucho más tarde hubo en el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla. En la checa, los representantes de los partidos del Frente Popular decidían a su antojo sobre la vida y la muerte de los detenidos en los primeros meses de la guerra civil, torturándoles previamente, y en la mayoría de los casos solo por tener los allí apresados la condición de católicos o ser contrarios a las organizaciones frentepopulistas.

Sin embargo el carácter que da Arévalo a los individuos izquierdistas no es ni mucho menos, en algunos casos, radical en el sentido de fríos y vulgares asesinos, dotándoles por momentos de cierta humanidad, hasta tal punto que se puede percibir parte de confrontación ideológica con atisbos de reconciliación. Igualmente nos muestra a un Miguel, el novio comunista de Luisa, como persona íntegra que reniega del comportamiento de sus camaradas. Nos encontramos por la tanto con una verdad a veces poco o nada reconocida, el que las personas son más importantes que las ideologías.

Por otro lado llama la atención también que aparezcan en la película escenas del filme soviético El acorazado Potemkin, famosa película de propaganda soviética, basada en hechos reales ocurridos en Odessa en época de los zares. No es desde luego una película de exaltación patriótica, ni alaba al bando nacional vencedor de la guerra, aunque se posiciona a su favor, y probablemente todos estos matices la llevaron a ser prohibida. Cuentan que Franco la llegó a ver en un pase privado y que no le gustó nada.

Hace años cayó en mis manos una copia en DVD y como cinéfilo aficionado vuelvo a ver a menudo aquellas películas que me gustan, que me dicen algo, que me enseñan, que me entretienen, Rojo y negro es portadora de esas características.



Rojo y negro (primeros diez minutos) [1/8]
Ver siguientes escenas: [2/8] [3/8] [4/8] [5/8] [6/8] [7/8] [8/8]
Nota: Las escenas vinculadas a los enlaces 2/8, 3/8, 5/8 y 7/8 han sido eliminados del canal de vídeos (no sabemos el motivo).

Ver fotogramas de la película


El crítico de cine Carlos Herrero habla sobre la película Rojo y negro en el programa de televisión Historia de nuestro cine.