¡Lo sabíamos!

27/ENE.- El pueblo soberano, vaya tras unos o camine a la sombra de otros, y que supone la mayor pila de millones de habitantes del país, está hasta el moño de quienes gobiernan...


​Publicado en la revista El mentidero de la Villa de Madrid núm. 716 (27/ENE/2023), Ver portada El Mentidero. en La Razón de la Proa (LRP). Recibir actualizaciones de LRP.

¡Lo sabíamos!

No es cierto que no visitemos los mentideros de Madrid para informarnos de lo que pasa en el país, en la capital del reino y en las comunidades, incluido, claro está, las que tienen pretensiones de convertirse en naciones aunque no dejando de recibir el dinero de los contribuyentes de todo el país, que eso no les parece despreciable y abren las alforjas para recibir lo que caiga y, a continuación, reclaman bellacamente cantidades que de ninguna forma les corresponden.

No es así. A ser posible nos pasamos todos los días por varios de los mentideros para palpar el ambiente pero, dado lo rápido con que se van produciendo acontecimientos en España, en cualquier rincón del país, hemos de andar a la caza de la información con el fin de servir adecuadamente a nuestros amigos lectores con aquello que consideramos más interesante en cada momento.

Al tiempo hemos de cazar la participación que surge del pueblo soberano, en grupo o independientemente, porque hay materia para que todos opinen, hay motivo para que el más pintado saque la bandera del armario y se lance a la calle pidiendo cambios, solicitando dimisiones, reclamando acciones judiciales sobre gente que se refugia o la refugian en buenos lugares de la administración para premiarlo con dádivas generosas por sus acciones o taparlo de proezas que entran dentro de lo pecaminoso y dañino para las personas y las instituciones.

El pueblo soberano, vaya tras unos o camine a la sombra de otros, y que supone la mayor pila de millones de habitantes del país, está hasta el moño de quienes gobiernan y, junto al deseo de que desaparezcan de la acción pública, piden decisión, atrevimiento, seguridad y acción en los que consideran han de sustituirlos en la gobernanza del país, al menos por el momento, hasta que cambie el ambiente y se estabilice la vida de la nación.

Y en esa actitud de pedir el cambio no faltan buenas y malas plumas que con razón ponen cada día al descubierto la mendacidad, las tropelías, los engaños, los abusos que se originan, lo que, afortunadamente repercute en el corazón de cuantos se mueven en su derredor. No vamos a apuntar que durante bastante tiempo grupos como nosotros hemos sido los que anduvimos tañendo las campanas.

No, hemos de confesar modestamente que durante muchos años hemos detectado lo que se venía encima y hemos tratado de denunciar lo que estaba ocurriendo, sin recibir el debido eco, pues todo parecía magnífico, todos los que surgían de la oscuridad eran gentes maravillosas, el juego de meter por medio a las mujeres les iba dando resultado, consiguieron ir cambiando las normas de convivencia, dañando las estructuras, rompiendo las presas, agotando los pantanos y permitiendo que se perdiera el agua embalsada porque ello los favorecía.

Estamos en el momento oportuno. Aprovechemos las circunstancias. Saltemos todos las barricadas de porquería que nos han puesto. Andemos, de cara a la primavera, en busca del sol naciente.




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