Hacer un trabajo por España…

15/09.- Carmen Calvo da un nuevo giro a los latiguillos de Pedro y, concretamente, hace unos días, insistía respecto a que el PP y Casado al menos deberían abstenerse en la votación de los Presupuestos generales del Estado cuando lleguen al Parlamento, es decir, «debería hacer este trabajo en el bien de España»...

Publicado en el Nº 349 de 'Desde la Puerta del Sol', de 15 de septiembre de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.

Hacer un trabajo por España…

Realmente son poco creativos nuestros políticos. En sus declaraciones se mantienen dando vueltas sobre los mismos conceptos, las mismas imágenes, iguales ideas. Pedro Sánchez se empeña en decir que no son hombres de Estado aquellos que no asumen toda la ideología que pretende transmitirnos que, por otro lado, es un tanto vaga, por lo que la ayuda de Pablo Iglesias le viene al pelo toda vez que le refuerza. Pero él, Pedro, no es capaz de plantearla al respetable público que le soporta por televisión; para esto tiene reservado el apaño que le prepara Ivan.

Sin embargo Carmen Calvo, desde que dijo aquello de que el «dinero del Estado no es de nadie», aunque sigue las constantes de su jefe, ella emplea otras expresiones. Quizá por eso está empeñada en cambiar el diccionario de la RAE haciendo a las palabras inclusivas. Carmen, da un nuevo giro a los latiguillos de Pedro y, concretamente, hace unos días, insistía respecto a que el PP y Casado al menos deberían abstenerse en la votación de los Presupuestos generales del Estado cuando lleguen al Parlamento, es decir, «debería hacer este trabajo en el bien de España». Pero en su barullo intelectual, Carmen Calvo no se termina de aclarar, o es que no sabe emplear debidamente el idioma, ya que en esa misma intervención del «trabajo por España» soltó una frase un poco difícil de comprender: «Desgraciadamente hay quienes piensan que la pandemia o la situación es una oportunidad para hacer política de no propongo, no ayudo en nada. Me confronto con todo y espero que se convierta en algún titular». No sabemos si falta o sobra algo, pero es lo que leemos.

Por otro lado da la sensación de que Carmen Calvo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias todavía no se han enterado de que los españoles, una gran parte de Españoles, lo que quieren es que desaparezcan de la vida política de España, que dejen tranquilo el país, que se pueda realizar la limpieza por la que tanto abogamos y los españoles de bien saquen del oscurantismo a las mentes que podrían forjar ideas para enderezar el hierro que en esta fragua se está torciendo en demasía, hasta no servir para nada.

Carmen, piensa un poco en cómo va el mundo y España aunque no vaya acorde con tus cosas: el PP y Casado están haciendo un mínimo por España de lo que debería hacerse. Porque sus votantes, los que les dan su voto porque no saben a quién concedérselo ya que no es fácil encontrar a quienes se muestran claros en plantear un futuro aceptable y apetecible; en presentar qué harían con y cómo actuarían en las instituciones del Estado; ofrecer un panorama de qué manera hay que volver a su redil a la justicia cosa que parece que ha querido decir hace unos días el presidente del Consejo General del Poder Judicial al insinuar que ya es hora de renovar sus magistrados; pintar de forma clara la forma que es preciso adoptar para encaminar la enseñanza al objeto de que los centros universitarios españoles consigan un puesto decente dentro del ranking internacional; cómo se ha de ejercer el orden para que se implante en España y desaparezcan los okupas, los ladrones de todo tipo, los mafiosos de la droga; se aporte la vaselina necesaria para que se extienda por todo el territorio nacional el convencimiento de que existe una autoridad competente que sabe lo que tiene que hacer, y todo el etcétera preciso para que España vuelva a ser un país importante en el concierto internacional, y con voz fuerte y segura se pueda decir a los belgas y holandeses que se callen, hablando de igual a igual con franceses y alemanes que son los que, por ahora, parten el bacalao.

Es aburrido insistir siempre sobre lo mismo, pero hay que hacerlo. No podemos quedarnos callados. Ni se lo podemos permitir a nuestros conciudadanos que se quejan mucho pero solo se manifiestan en pequeñeces. Aunque no nos gusta, hemos de reconocer que, por ahora, la forma más eficaz es la que termina en las urnas. Por ello hay que provocar unas nuevas elecciones y saber a quién tenemos que conceder nuestra representación.

Quizá lo más acertado sea que jubilemos a todos nuestros políticos y les obsequiemos con un botijo como el que hoy traemos a colación. Antonio debió ser un buen hombre al que sus compañeros reglaron una pieza simbólica de esta artesanía nacional con motivo de cumplir su periodo obligatorio de ganar el pan con el sudor de su frente. Porque, además,se lo dejaron escrito al firmar en el botijo diciéndole a perpetuidad «te queremos». Nosotros no creemos tener en el ánimo poner a nuestros políticos el «te queremos»; es decir, lo ampliaríamos un poco poniendo «te queremos fuera de la política y hasta de España, por si reincides». Y, eso sí, tomaríamos un trago con ellos, porque lo «cortés no quita lo valiente».


 

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