La condena del ‘Cara al sol’

Se cumplen 75 años de la muerte del músico que puso banda sonora al falangismo.


Artículo firmado por Silvia Colomé, publicado en La Vanguardia (25/02/2024). Manuel Parra lo menciona en su artículo El Diablo en la músicapublicado en La Razón de la Proa (18/03/2024). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

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La condena del ‘Cara al sol’

Me imagino un amanecer en Zegama. Idílico. Con un sol ardiente, deseoso de vivir, que tiñe de luz la sierra de Aizkorri. El alba sobrecoge siempre, se observe desde donde se observe. Como en Nápoles, con ese mar Tirreno convertido en lecho. No es de extrañar que inspire tanto a los artistas. Pintores, escritores… o músicos. 

Este último es el caso de un zegarrama y un napolitano. Ambos trasladaron sobre un pentagrama sus impresiones al contemplar el sol en sus pueblos natales. Con un resultado muy diferente. El primero, Juan Tellería, escribió la melodía de un a priori desconocido Amanecer en Zegama ; mientras que el segundo, Alfredo Mazzucchi, hizo lo propio con O sole mio . Ahora bien, la composición que el guipuzcoano creó en 1935 sin letra y sin voluntad política se convirtió un año después en el nada inocente Cara al sol.

Precisamente mañana se cumplen 75 años de la muerte del músico que puso banda sonora al falangismo. Un músico nacido en ese humilde Zegama rural, huérfano a los siete años, criado por un tío sacerdote que le dio las primeras lecciones de solfeo. Su talento le llevó a ganar una beca en San Sebastián. Y no paró de estudiar. Luego en Madrid y más tarde en París y Alemania, donde participó de los locos y creativos años veinte.

Para vivir, impartía clases, tocaba el piano en bares, teatros y cines y componía lo que se le encargase, ya fuesen tangos, boleros o el famoso pasodoble Venta de Vargas (que diez años después de su muerte popularizó todavía más Lola Flores).

En su regreso a Madrid conoció a Primo de Rivera, que andaba buscando música para su himno. Ese fue su gran error. No solo nunca le pagaron derechos de autor (como también le sucedió a Alfredo Mazzucchi con O solo mio ) sino que quedó marcado de por vida… y de por muerte.

En la Guerra Civil fue encarcelado y escapó de ser fusilado gracias a un juez que creía que la música era un lenguaje universal sin ideologías. Tellería siguió componiendo para la república y luego para la dictadura, que le pidió más himnos y también que cediera los derechos del Cara al sol , que registró antes de la guerra. Se negó. Tellería no fue del agrado de nadie. Y su obra más relevante, compuesta por poemas sinfónicos y zarzuelas, permanece olvidada o inédita. Esta acabó siendo, sin duda, su mayor condena.


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Publicada por La Cofa en Viernes, 15 de marzo de 2024