OPINIÓN | REFLEXIÓN

¿A quien creer?

¡Qué importancia tiene aprender a adquirir criterio personal! Hoy más que nunca. Porque hay que vivir la vida, no que la vida me viva.


Publicado en Gaceta Fund. J. A. núm. 351 (DIC/2021). Ver portada de Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Recibir actualizaciones de LRP.

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¿A quien creer?

¿A quien creer? La importancia del criterio personal.


Permítaseme trasladar una experiencia que tuve en mis clases hace una semana. Estaba explicando el fenómeno social, actual y ¿recientemente vigente? de la polarización. Me explico.

Cuando imparto en mis clases las características de la sociedad de hoy, hasta ahora me he basado en tres autores: Bauman, Brückner y Stevenson. El primero acuñó el certero concepto de la modernidad líquida y el consiguiente individualismo; el segundo el de la tentación de la inocencia, con el traslado de la responsabilidad personal a otros; el tercero el emotivismo, muy arraigado actualmente. Los tres autores siguen estando vigentes.

Pero como la sociedad cambia, en su consecuencia estamos evolucionando hacia un cuarto signo de los tiempos, parafraseando la Constitución Gaudium et spes, el cual no es otro sino la mencionada polarización.

¿Y en qué consiste tal característica? En que solo leemos, escuchamos y damos la razón al grupo al que pertenecemos. Sin mayor análisis. Sin la más mínima crítica. Es a ese grupo al que creo porque pertenezco a él ¿Por qué se da esta situación? Porque nos cuesta cambiar. Y nos cuesta cambiar porque el cambio exige esfuerzo. Concreto más para explicarme mejor.

Les decía a mis alumnos que los medios de comunicación estaban informando de una sentencia de un tribunal de Galicia, el cual había denegado la guarda y custodia de una hija menor a su madre porque vivía en la Galicia profunda, cuando la realidad de la sentencia era muy otra. Los motivos por los que se denegó la guarda y custodia a la madre nada tenían que ver con lo que los medios de comunicación informaron.

Entonces, un alumno me preguntó: si unos medios de comunicación dicen una cosa y otros otra, ¿a quién creer? La pregunta era muy acertada, es más, es la pregunta que nos hacemos hoy... errónea y paradójicamente. Lo es porque nos llega demasiada información desde varios frentes: redes sociales, medios de comunicación, lobbys… Y esa información está cargada de opinión. La pregunta es, más bien, ¿quién hay detrás de esa información?

Mi respuesta, entonces, fue exhortarle, a él y a los demás, a que preguntaran para aprender, para adquirir conocimiento, para empezar a formarse una opinión, situación previa y necesaria para tenerla. Opinar es fácil; observar, describir y analizar no lo es tanto. Pero para conseguir esa finalidad, continuaba diciendo, hay que preguntar a la realidad, no a las opiniones de otros. Y eso exige tiempo y análisis, cuando hoy queremos obtener la respuesta ya. Nos llega excesiva información desde varios frentes, como digo, pero no es, en su naturaleza, puramente información, sino, más bien y por el sesgo editorial y/o interesado de quien está detrás de la opinión. En resumen, nos falta analizar porque nos cuesta discriminar la información de la opinión, la descripción del análisis personal ¿Reacción? Creo a quien está de acuerdo conmigo, a quien pertenece a mi grupo, a quien no me hace pensar. Del individualismo hemos pasado al gregarismo.

Este es el momento en el que retomo el comienzo del presente artículo, en el que, nótese, principiaba aludiendo a la vigencia de la polarización, pero enmarcada entre interrogantes. Porque de vigencia tiene poco.

Ya lo profetizó Ortega en La rebelión de las masas (2007, p. 82): «La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible, se ha instalado en los lugares preferentes de la sociedad. Antes, si existía, pasaba desapercibida, (…). Ya no hay protagonistas: sólo hay coro».

¡Qué importancia tiene aprender a adquirir criterio personal! Hoy más que nunca. Porque hay que vivir la vida, no que la vida me viva.

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