NUESTRA MEMORIA

La verdad del Valle de los Caídos

Seguros de romper la convivencia, han irrumpido con radicalismo que abre las heridas de la guerra y contra los españoles que desean vivir en paz.

Artículo recuperado, publicado en La Razón de la Proa (LRP) en marzo de 2020, obtenido del número 189 de la revista Altar Mayor (1er trimestre de 2020). Editado por Hermandad del Valle de los Caídos. A su vez obtenido del sitio web de la FNFF (enero de 2019). Ver portada de Altar Mayor en LRP. Recibir el boletín semanal de LRP (servicio gratuito). Sobre el autor.- Juan Blanco Ortega (1934-2012), periodista y escritor de la generación del Frente de Juventudes.

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El grupo es de unos trabajadores, con sus familias, en un día festivo durante las obras del Valle de los Caídos. La foto fue tomada en el Valle aunque no en el lugar que aparece en la fotocomposición (Via Crucis de Guadarrama).
La verdad del Valle de los Caídos

La verdad del Valle de los Caídos


  • No es cierto que alguien fuera sometido a trabajos forzados.
  • No es cierto que allí murieran centenares de obreros; hubo 14 accidentes mortales.
  • Gran parte de los reclusos continuaron trabajando en las obras tras alcanzar la libertad condicional.
  • Los reclusos trabajadores percibían un jornal igual al de los obreros libres y se beneficiaban del subsidio familiar, pagas extras, pluses por carestía de vida, horas extraordinarias, seguro de enfermedad y accidentes de trabajo, etc.
  • El Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo concedía hasta cinco días de redención por cada uno trabajado.
  • El Decreto de 28 de mayo de 1937 estableció el derecho al trabajo de los prisioneros de guerra y presos no comunes, no la obligatoriedad.

Símbolo de reconciliación

Seguros de romper la convivencia, han irrumpido con radicalismo que abre las heridas de la guerra y contra los españoles que desean vivir en paz. Ya se lee en los periódicos ¡Adiós, España!; ya se advierte que el mentido progreso con el que pretenden justificar sus acciones, es por el contrario, un decidido retroceso hacia 1936. Ahora, el objetivo de la ofensiva es el Valle de los Caídos, un lugar sagrado donde sólo se oyen las preces de los monjes benedictinos y las oraciones de los miles de fieles que visitan la basílica.

Allí, por piadosa y patriótica iniciativa de Franco, permanecen recogidos los restos de millares de combatientes de ambos bandos en la guerra civil. La Iglesia convirtió en sagrado el monumento de la reconciliación nacional, al amparo de gigantesca cruz que le da trascendente significado. Para desterrar actitudes de odio y revancha habría que considerar muy seriamente estas recientes palabras del abad Dom Anselmo:

«Es el lugar símbolo con que se quiso sellar aquella hora de España y fue una cruz y un altar, [...] lo que ha unido la sangre de Dios no la separe el hombre, [...] no se construye una sociedad amputando previamente sus raíces o procediendo a invertir sus fundamentos históricos».

En 1960, el papa Juan XXIII, admirado y querido por todos, declaró Basílica la iglesia de la Santa Cruz.

«En este monte sobre el que se eleva el signo de la redención humana ha sido excavada una inmensa cripta, de modo que en sus entrañas se abre amplísimo templo, donde se ofrecen sacrificios expiatorios y continuos sufragios por los caídos en la guerra civil de España. y allí acabados los padecimientos, terminados los trabajos y aplacadas las luchas, duermen juntos el sueño de la paz, a la vez que se ruega sin cesar por toda la nación española».

Que esa determinación de lugar de encuentro y reconciliación de todos tiene numerosos y muy claros testimonios, como ese llamamiento público del Gobierno Civil de Madrid, que publicaba entre otros, ABC (30 mayo 1958), en que se ponía en conocimiento de cuantos desearan el traslado de los restos de sus familiares caídos al Valle:

«Uno de los principales fines que determinaron la construcción del monumento nacional a los Caídos en el valle de Cuelgamuros (Guadarrama) fue el de dar sepultura a quienes fueron sacrificados por Dios y por España ya cuantos cayeron en nuestra Cruzada, sin distinción del campo en el que combatieron según exige el espíritu cristiano que inspiró aquella magna obra, con tal de que fueran de nacionalidad española y de religión católica».

El día 28 de marzo pasado, el senador y vicepresidente de Iniciativa per Catalunya­ Verds, Jaime Bosch, anunció que el Gobierno pretendía reconvertir el Valle de los Caídos en un "recordatorio" de las víctimas de la dictadura, según comunicó el presidente a los representantes de su organización durante unos encuentros "secretos" celebrados hacía más de un mes para abordar el asunto.

Según dicha organización separatista, el Gobierno pensaba presentar un proyecto de ley a comienzos de junio de este mismo año.

«Bosch explicó ⎼copio de El País⎼, que no está decidido cómo se abordará en la práctica el cambio de orientación del monumento, aunque todo apunta a que la renovación afectará tanto al recinto como a la página web del Valle de los Caídos. Así, la intención de ICV es presentar, mediante paneles explicativos y folletos, toda la información disponible sobre los trabajos forzados realizados por los presos republicanos para erigir este colosal monumento construido en la peña de Cuelgamuros, cerca de San Lorenzo de El Escorial (Madrid)».

El objetivo es convertir este mausoleo en un centro de interpretación del franquismo (...) para ayudar a explicar a la gente qué significó la dictadura y los horrores (sic) que se cometieron. Bosch no descarta la posibilidad de integrar en este recinto las estatuas y demás monumentos de Franco retirados de las calles de diversas ciudades de España.


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