NUESTRA MEMORIA

Aquel V Consejo Nacional del SEU

Arrese (1941) «Una Universidad que sólo sirve para enseñar y no formar al hombre como lo quiere la Falange, es de todo punto inútil en esta hora de España».


Artículo recuperado, publicado en La Razón de la Proa (LRP) en enero de 2020. Recibir el boletín semanal de LRP (servicio gratuito).

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Aquel V Consejo Nacional del SEU

Recuerdo del Sindicato Español Universitario (SEU)


El 10 de diciembre de 1941, ABC ofrecía este titular: «Ayer, en la vieja Universidad Complutense, llena de recuerdos gloriosos, comenzó sus tareas el V Consejo Nacional del SEU». Y añadía: «Los bustos del Caudillo y José Antonio presiden las deliberaciones». Y adelantaba algunos de los momentos más destacados: «El juramento. Los discursos. Labor de los congresistas».

No es mi intención escribir una pequeña historia de lo que fue el SEU. Más bien deseo referirme a la celebración de su V Consejo Nacional, que tuvo lugar en la ciudad de Alcalá de Henares entre el 9 y el 16 de diciembre de 1941, donde hablaron los arrepentidos Laín Entralgo y Antonio Tovar.

Este último, en septiembre de 1940, fue el intérprete de Serrano Suñer en la entrevista que mantuvo en Berlín el ministro español con Hitler. Un mes después formaría parte del séquito del encuentro, en Hendaya, entre Hitler y Franco.

Por otro lado, Laín Entralgo, que descargó su conciencia, después, por ejemplo, de haber escrito en la tercera de ABC, noviembre de 1947, un artículo dedicado a José Antonio, que lo terminaba con estas palabras:

«Este fue el hombre a quien la saña de unos cuántos españoles hizo fusilar el 20 de noviembre de 1936. ¡Bien sabían ellos a quién mataban!, ha escrito, comentando el suceso, el conde de Romanones…».

Pero antes de recoger algunas de las palabras que pronunciaron Tovar y Laín en aquel Consejo, señalaré la fecha donde tuvo lugar el primero que se celebró bajo la presidencia del falangista Alejandro Salazar. Fue el 16 de abril de 1935 «en un piso destartalado de la Cuesta de Santo Domingo», nos dice Mercedes Formica, que sería elegida para representar al SEU en la Facultad de Derecho. En esa fecha, pues, surgía la levadura de Falange Española donde además José Antonio había sido su principal creador y maestro.

Además de los ya citados, hicieron uso de la palabra en este V Congreso, entre otros, el biógrafo de José Antonio, Felipe Xíménez de Sandoval que tuvo un recuerdo para el estudiante Matías Montero, asesinado en 1934. El jonsista Juan Aparicio, que recordó a Eduardo Ródenas «compañero de prisión conmigo», y a quien, a este último y en este mismo medio, dediqué un artículo hace pocos días. Y el jefe nacional accidental del SEU, Carlos Mª Rodríguez de Valcarcel, que exigió que la Universidad se convirtiera en el instrumento político más eficaz de la Falange.

Cuando le llegó el turno a Antonio Tovar de decir unas palabras, éste comenzó llamando «camaradas» a todos los presentes. Es decir, él se sentía camarada de todos los que llenaban el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. A continuación, recogeremos sólo un corto párrafo de la conferencia que allí dio:

«Si somos aún un Partido revolucionario, todo lo hemos de esperar del impulso que dé el Estado. Creemos en el ímpetu sano y primitivo de nuestra raza; pero no creemos que nadie pueda encauzarle, dirigirle y sacarle rendimiento en la historia mejor que un Estado nacional sindicalista. Si después de llamarnos falangistas, hombres de nuestro tiempo, en que cada Estado debe ser cómo un acorazado, obediente al menor gesto de mando único […]. No os he dicho nada nuevo, camaradas, y aquí habréis tratado de todo esto con más rigor que yo lo estoy haciendo. No me ocupo de la Universidad como un problema a examinar desde fuera, sino que la siento como una pieza importante en una nave que hemos de cuidar mucho, como es nuestro Estado…».  

Y terminó su larga conferencia con un: «Camaradas, ¡Arriba España!»

A continuación, habló Laín Entralgo, el que en 1989 publicó un libro titulado Descargo de conciencia (1930-1960), donde, entre otras muchas cosas, dice que en la última decena de agosto de 1936, se había afiliado a Falange, después de haber leído tres discursos de José Antonio en el que, en la portada, se podía ver su retrato sobre una bandera roja y negra. En cuanto a lo que habló en aquel V Congreso del SEU, recogeremos solamente unas breves palabras:

«Jose Antonio hablaba de España en un sentido que muchos falangistas hemos pensado, pero casi con más razón se puede hablar de lo que cada hombre es […] Cada vez se va haciendo más patente esta afirmación: o España se salva con la Falange, o no se salva. Esto es ya absolutamente una verdad inequívoca […] Yo no me haría muchas ilusiones respecto a la penetración de la Falange del SEU, concretamente en el ámbito del profesorado. Es preciso considerar esto con una ligera actitud, en fin, inteligentemente, irónica si se quiere, en la cual seguramente podemos adivinar lo enfocaría José Antonio frente a este problema. José Antonio respetuoso, enamorado de la ciencia, pero conocedor de los hombres…».

Laín Entralgo, terminó también su conferencia, diciendo: «¡Arriba España!»

Clausuró este V Consejo Nacional del SEU, el ministro Secretario General de Movimiento, José Luis de Arrese quien después de referirse a que la labor de la Falange es liberar a la Universidad de la costra que la asfixia, dijo que...

«Una Universidad que sólo sirve para enseñar y no formar al hombre como lo quiere la Falange, es de todo punto inútil en esta hora de España».

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