Ya de vuelta

23/OCT.- Pretendemos seguir adelante en una etapa para España que se presenta dura y ominosa: deuda pública disparada; crecimiento económico escaso; paro recurrente...


Publicado en el número 34 de Somos, de octubre de 2021. En la sección Pensamos que... (a modo de editorial). Editado por la asociación cultural Avance Social. Ver portada de Somos en La Razón de la Proa (LRP).

Ya de vuelta


Tras concluir el periodo veraniego de este 2021 y superadas dificultades personales acaecidas en el mismo, hemos vuelto.

Pretendemos seguir adelante en una etapa para España que se presenta dura y ominosa: deuda pública disparada; crecimiento económico escaso; paro recurrente; amenaza de subida de tipos de interés quizá no tan remota; inflación disparada; colusión entre el mismo gobierno y los oligopolios de oferta de unos servicios imprescindibles, en perjuicio del funcionamiento de la economía; cesiones continuas al separatismo; promoción continua de la llamada Agenda 2030, cuya insignia llevan en la solapa desde el rey a sindicalistas “de clase”, pasando por políticos de izquierda y derecha, líderes patronales, banqueras, etc…

Parece que la clase partidocrática española, los hunos y los hotros –sálvese entre ella quien pueda–, trabaja concienzudamente ejecutando las misiones que le han encomendado desde instancias ajenas a la nación y al pueblo.

En el caso del presidente del Gobierno, se le acusa de trabajar exclusivamente para mantenerse en el poder y tal acusación no es muy cierta. Quizá perpetuarse en el poder no sea tanto su meta como la culminación del encargo recibido de desnaturalizar durante su mandato la realidad de España y trabaja para ello a contra reloj, apoderándose de las instituciones y poderes del Estado, así como de los medios de comunicación, mediante la extorsión y el soborno.

Las leyes de memoria democrática, de educación, de igualdad, de derechos animales, etc., son las piezas del adefesio que está construyendo cumpliendo el encargo.

Una vez conseguido tal objetivo, no le faltaría el amparo de sus amos. Sería feliz, pero a él no le faltaría de nada. Para qué seguir al frente del estado de una nación corrompida en su esencia y que, a base de demenciales “redescentralizaciones”, por no tener, podría hasta no tener capital.

A todo esto hemos de enfrentarnos lo españoles que no caemos en contradicción alguna al demandar el control por el Estado de la producción de energía y servicios imprescindibles para la vida digna y la producción eficiente, defendiendo el mercado frente a los que lo divinizan y luego lo apuñalan por la espalda y, al mismo tiempo, exigir la unidad de España, reclamar sus intereses soberanos exclusivos y reivindicar su impronta histórica en el mundo.

Que sin patria no hay justicia y sin justicia no hay patria.
Nosotros seguimos