Hace noventa años

Recordando aquella fecha de 1933, del llamado 'discurso fundacional' de José Antonio en el Teatro de la Comedia de Madrid..


​Publicado en Gaceta de la Fund. José Antonio (FJA), de diciembre de 2023. Ver portada de Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

Dicen que España es tan fuerte que ni los mismos españoles pueden romperla. Ocurre lo mismo o muy parecido con la Falange, un partido que cumplió el pasado día 20 de octubre la nada despreciable edad política de noventa años, a pesar de todas las críticas, infamias y manipulaciones, resiste los embates de una perversa propaganda e incluso, en incomprensible autocastigo, contra leyendas de parte de ella misma.

Su paso y trayectoria por la historia nacional ha venido repleta de momentos de gloria y de fracaso, de triunfos y de decepciones, habiendo sufrido tanto la tergiversación de su acción política como la de sus principios sociales; sobre todo, por la incomprensión de la izquierda marxista y por la usurpación de su nombre en el famoso Decreto de 1937, cuando el general Franco decidió su liquidación como partido político autónomo. Muchos falangistas, por no debilitar el esfuerzo de la guerra guerra civil y pensando en España, cedieron creyendo que después de la victoria podría la Falange proyectar sus consignas de patria, pan, y justicia.

No fue así, lamentablemente, y aun reconociendo el salto cualitativo que España tuvo durante el periodo autoritario del Franco, nunca fue el programa falangista protagonista principal en ese Régimen, en el que a lo largo de esos años, solo tres o cuatro ministros falangistas asumieron competencias, aunque siempre recortadas por los representantes de la derecha monárquica, la derecha de siempre y la derecha tecnológica del Opus, que rechazaron con fervor la propuesta de José Luis Arrese, impidiendo así la presencia del mensaje joseantoniano.

La última frustración se sufrió a la muerte del dictador cuando los uniformados del Movimiento aceptaron, sin enmiendas, de boca de un pariente directo del Fundador, en un acto cómplice acomplejado, la ley para reforma política, en la que otra vez se postergaba a la Falange, que, reconociendo la utilidad de una adaptación a los nuevos tiempos, temían por las ambigüedades y derivas que hoy sufrimos.

Después de eso, los falangistas, confusos y sin líderes carismáticos reconocidos, acabaron divididos, pasando por un desierto social y político que todavía padecemos, aunque dispuestos a renacer, como ave fénix de la historia, renovando los principios que José Antonio marcó aquel 29 de octubre, hace noventa años.

¡Feliz cumpleaños! ¡Arriba España!