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Isabel no es el problema, es la solución

El primer violín de la orquesta que dice dirigir Pablo Casado es Isabel Díaz Ayuso, aunque otros compongan la partitura. Ella puede actuar tanto a nivel orquestal como solista, algo que otros no podrían hacer nunca.

Publicado en Desde la Puerta del Sol núm. 559 (13/DIC/2021). Portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín semanal de LRP.

Isabel no es el problema, es la solución


Queridos lectores, la verdad es que no entiendo los saraos en los que se afana en meterse la dirección nacional del Partido Popular en relación a la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Qué fácil es la solución y que difícil lo hacen. Se convoca, de manera urgente e inmediata un congreso regional y asunto resuelto. Así de claro y así de sencillo. El calendario electoral lo permite y así se da tiempo a que cicatricen las heridas que pudiera haber después de la reyerta.

Mi pregunta es, si sabe la solución ¿A qué se está esperando? ¿Qué intereses tiene el entorno de Pablo Casado para no poner punto y final a esta hemorragia? Evidentemente tengo respuestas, desde el conocimiento que he adquirido en la pelea en la arena política durante décadas, incluidas las disputas en el seno de los populares. Lo veo muy claro, diría más, clarísimo.

Isabel disfruta de un amplio afecto entre los votantes madrileños, no solamente de la capital, y así lo refrendan sus resultados en los comicios autonómicos. Además, cuenta con el respaldo de los afiliados y las organizaciones locales. Por si fuera poco, tiene la capacidad de alcanzar acuerdos de gobierno con Vox, con Ciudadanos los tuvo, pero ya no es un factor de la ecuación a resolver, ya que su extinción por inanición de votos es flagrante. Así pues, y esto lo saben en Génova, ¿Qué problema hay en que ella, más que ningún otro, pueda presidir el partido a nivel regional? En principio y en apariencia ninguno, pero hay otro tipo de cuestiones de fondo.

Díaz Ayuso ha demostrado valentía, arrojo y coraje en su gestión al frente de la Comunidad de Madrid, y los resultados también saltan a la vista. Se ha enfrentado, como nadie lo ha hecho en sus respectivas autonomías, con el infame gobierno del ínclito presidente de gobierno del, todavía, Reino de España. También lo saben en la sede nacional. Entonces ¿Qué razones hay para cerrar el paso a una mujer joven, valiente, experimentada en el gobierno de una comunidad y, enormemente decidida para que presida su organización a nivel regional? ¿No es así allí donde gobierna el Partido Popular? La contestación ya la conocen: SÍ. Me atrevería a decir que, incluso, con presidentes de un perfil muchísimo más bajo y de menor respaldo electoral, de menor simpatía entre los afiliados y con menos redaños frente al oponente, sin dejar de nombrar que con menos agrado para muchas organizaciones locales.

Si los méritos son más que suficientes, las ganitas de éxito son demostrables y los pronósticos son excelentes ¿Cuál es el problema?

Isabel es una mujer con carácter, personalidad y capacidad de actuar, es decir, no es un títere de nadie. Trabaja para su partido, para sus votantes y, lo que es más importante, en el gobierno de Madrid. Su éxito personal ha levantado ampollas en la calle Génova –que tenían otros planes habida cuenta de lo que está ocurriendo–, y los celos y las envidias políticas han aflorado como las setas en otoño. Ella no discute el liderazgo de Casado, pero éste sabe que se está convirtiendo en una seria amenaza para su sueño presidencial. Lamentablemente, estas rencillas están tirando por la ventana los buenos augurios que se vislumbraban con nitidez hace escasas semanas y, la poca vista de los dirigentes nacionales se está convirtiendo en verdadera ceguera.

Ya saben aquel dicho que dice «no hay peor ciego que el que no quiere ver», pero esto también es cuestión de olfato político. Qué pena de ocasión que se está perdiendo debido a los egos personales, totalmente ajenos a los intereses comunes de partido y a los que representan a los votantes que, de manera obnubilada, contemplan un lamentable espectáculo del que se burla y saca rédito político la izquierda.

Isabel debe ser: la presidenta del partido en la Comunidad de Madrid, si las bases así lo estiman en el proceso congresual y en la elección de delegados. Nada parece indicar lo contrario, salvo que de manera clandestina se estén efectuando las habituales maniobras en el proceso de elección de los compromisarios, una práctica endémica y epidémica en política. De esto estoy completamente seguro que ya se ha puesto en marcha la apisonadora de la «oficialidad» frente a la disidencia.

Conozco muy bien cómo es la vida interna de los partidos. Pero digo más, si la dejan y no la ponen palos en las ruedas, será nuevamente la vencedora en los comicios autonómicos. Muchos votantes que, hasta ahora, no la habían votado, estarían dispuestos a hacerlo en la próxima convocatoria electoral. Personas que se estrenan en esas lides, votantes que lo han hecho con anterioridad a otras formaciones, incluidas de la izquierda, y que han visto en ella juventud y un aire renovador y fresco en la forma de hacer y entender la política. En conclusión, es una apuesta segura, aunque no parece querer entenderlo la corte de Casado, la misma –sé lo que señalo– que no le dio el apoyo en las elecciones primarias a la presidencia del Partido Popular, pero que se beneficia de los éxitos y no comparten los fracasos, atribuidos siempre a otros.

El primer violín de la orquesta que dice dirigir Pablo Casado es Isabel Díaz Ayuso, aunque otros compongan la partitura. Ella puede actuar tanto a nivel orquestal como solista, algo que otros no podrían hacer nunca. En Génova o se ponen las pilas y entienden lo que de verdad está ocurriendo, o perderán, no ya el gobierno regional de aquí o de allí, sino cualquier opción seria y consistente de gobernar en nuestra maltratada España. Pablo, no te dejes engatusar por secretitos al oído de quienes no te son leales, escucha a los ciudadanos, a tus votantes y a tus afiliados.



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