¿Nos indignamos o nos resignamos?

Ha llegado al cargo como pago o recompensa por su brillante exposición, la corrección y el respeto de su verbo, la exquisitez y elegancia de su dialéctica, su probada erudición, depurada prosa.


​​Publicado en la revista El mentidero de la Villa de Madrid (20/FEB/2024). Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP). Solicita recibir el boletín semanal de LRP.

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¿Nos indignamos o nos resignamos?

No sabemos si habremos llegado ya al límite de perplejidad, lo que si estamos seguros es de que hemos rebasado con mucho nuestra capacidad de asombro ante las palabras y los hechos de una parte de los políticos y la mayoría de los ministros del actual gobierno.

El ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, ese que creemos ha llegado al cargo como pago o recompensa por su brillante exposición, la corrección y el respeto de su verbo, la exquisitez y elegancia de su dialéctica, su probada erudición, depurada prosa, exquisita educación y alarde de cortesía parlamentaria en su intervención, cumpliendo como palafrenero de su jefe de filas, durante la pasada sesión de investidura para la presidencia del gobierno ha afirmado ante los medios de comunicación y para conocimiento del pueblo en general, sin el menor signo de rubor, sin que se le despeine un pelo de su hirsuta barba y con el mayor desparpajo del mundo, que la proyectada amnistía aplicable a quienes participaron en los disturbios promovidos por el separatismo catalán, con su alto sentido de la corrección y la mesura en los procedimientos, se va a aplicar para ahorrar trabajo a la justicia y evitar juicios que acaben en indulto.

Dicho de otra manera: que se van a pasar las leyes, a los tribunales y a la justicia en general por donde Atila se pasaba la silla de su caballo (perdón por la expresión). Es decir, que independientemente de los resultados de los procesos, de los dictámenes y las sentencias de los jueces y de los principios más elementales de la Justicia ya tienen decidido indultar a quienes resulten merecer ser incluidos en la categoría de delincuentes antes de que se celebren esos juicios. ¡Que generosidad la suya! Les preocupa la carga de trabajo de los Tribunales y por eso han decidido aliviar a los jueces de tan pesada responsabilidad.

Pues puestos a ahorrar trabajo a la justicia pueden disponer que no se persiga, detenga, juzgue y condene, por ejemplo, a los violadores, a los pedófilos o a los asesinos (perdón, presuntos) de los dos guardias civiles de Barbate. Porque con los asesinos procesados y condenados de la ETA, ya estamos viendo cómo proceden. Supondría un ahorro de trabajo para la Guardia Civil, la Policía Nacional e, incluso, para los Mozos de Escuadra y a los ertzaintzas.

Si se trata de ahorrar trabajo a los jueces, tan benéfica decisión podría aplicarse, por un principio de equidad, a otros profesionales como, por ejemplo, los médicos. Así, cuando nos sintamos mal, en vez de acudir a la consulta, al centro de salud o al hospital nos dejamos morir tranquilamente en casa y asunto resuelto, con lo cual, de paso, la sanidad pública quedará sensiblemente descongestionada y suponemos que con gran contento de la actual ministra de Sanidad, la mamá, médico de Madrid. Claro que eso supondría aumentar el trabajo de los sepultureros que, por agravio comparativo, podrían ir a una huelga enarbolando las banderas de los sindicatos «de clase» que, durante las protestas de estos últimos días de los agricultores y ganaderos, de los guardias civiles y los policías han dejado constancia de su ostensible ausencia en las respectivas concentraciones y manifestaciones.

¡Cómo van a merecer la atención del gobierno y el apoyo de los sindicatos las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos si para ellos, a pesar de que esos agricultores trabajen en el campo de sol a sol, supeditados a las alteraciones climatológicas y con el lomo doblado sobre la tierra, son empresarios y no trabajadores!.

¡Cómo van ser las de los guardias civiles y los policías nacionales profesiones de riesgo, a diferencia de los mozos de escuadra, los ertzaintzas y buena parte de los policías locales con lo educada, deferente, cortés, cariñosa y pacíficamente que fueron tratados en las calles de Barcelona en el año 2019!.

El citado ministro de Transporte y Movilidad Sostenible espera que impere la responsabilidad y el sentido común para aprobar la norma. La de amnistía, claro. La responsabilidad y el sentido común, ¿de quien? Por favor, que dejen de tratarnos como si fuéramos estúpidos o ignorantes y que cesen en sus afanes manipuladores. Aunque, lamentablemente, no les falta clientela. ¿Nos indignamos o nos resignamos?

Aunque, lamentablemente, no les falta clientela. ¿Nos indignamos, nos resignamos o nos rebelamos? Cada cual, según su conciencia.