Difícil de entender

29/ABR.- Resulta difícil de entender las palabras y la actitud del patriarca Kiril refiriéndose a la invasión de Ucrania como «guerra santa».

​Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol núm. 617, de 27 de abril de 2022. Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa (LRP). Recibir el boletín semanal de LRP.

El pasado domingo, el patriarca Kiril ofició la misa de la Pascua ortodoxa en la catedral de Cristo Salvador en Moscú, a la que asistieron el presidente ruso Vladimir Putin, con una actitud de aparente devoción, y el alcalde de la capital, Serguéi Sobianin.

En dicha celebración el patriarca ortodoxo bendijo a Putin y, según las noticias que nos llegan, se refirió a la invasión de Ucrania como «guerra santa».

En la celebración de esta misma Pascua en el año 2019, Putín manifestó que «esta ancestral celebración cristiana durante siglos colma los corazones de la gente de alegría y esperanza, fe en la victoria de la vida y el amor». Extraña concordancia entre sus palabras de entonces y sus hechos actuales, aunque no sorprendente habida cuenta de su trayectoria y sus comportamientos.

Pero lo que nos resulta difícil de entender son las palabras y la actitud del patriarca Kiril, cuando esa invasión ordenada por Putin está provocando la muerte de miles de ucranianos, partícipes también de la misma fe cristiana ortodoxa, el asesinato alevoso de cientos de personas, el éxodo y la deportación de millones de seres humanos, principalmente mujeres y niños, y la destrucción sistemática de decenas de ciudades.

Esas bendiciones serían comprensibles, dentro de sus respectivos contextos históricos, en los tiempos en los que los clérigos bendecían a los cruzados que iban a Tierra Santa a luchar contra el islam o cuando los capellanes bendecían a los soldados que se aprestaban a combatir a los enemigos de la religión, a los que asesinaban a los religiosos o profanaban los templos. O en los imanes que bendecían a los musulmanes que guerreaban contra los infieles, es decir, contra los cristianos. Pero no es tan fácil de entender, en las actuales circunstancias, por parte de un patriarca ortodoxo en relación con otros ortodoxos, víctimas del agresor al que bendice, promotor de una guerra que no tiene nada de santa.

El domingo de Pascua, día 24 de abril del año 2022, miles de cristianos ortodoxos ucranianos se quedaron sin la posibilidad de oír misa tras la destrucción de sus iglesias, víctimas de los bombardeos rusos.




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