El día 12 de febrero de 2021, doña Ione Belarra, secretaria de Estado para Agenda 2030 ¿?, miembro de Unidas Podemos, emitió por Twitter a las 2:32 p.m., refiriéndose a la efemérides del día en la Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra, el siguiente mensaje:

“No hay normalidad democrática si en el seno de la Fuerzas Armadas se hace un homenaje como este a l División Azul que combatió junto a los nazis. Daña la imagen de nuestro país aquí y en el exterior. No me cabe duda de que defensa tomará medidas”.

E incluía en el mensaje la siguiente ilustración:

Reconozco que, como español, me dio un vuelco el corazón al ver que en una unidad de nuestro Ejército se recordaba la última gran batalla librada por españoles, cuyo valor en combate mereció el reconocimiento de sus aliados y de sus enemigos. Nada de lo que dice el texto de la efemérides es mentira y los hechos que narra son necesariamente resumidos ante la magnitud de la hazaña. Pero, ¡ay!, mi gozo en un pozo.

Dice Newtral, empresa privada cercana al poder, en publicación del 16 de febrero, que se trata de un bulo emitido por doña Ione. En el enlace siguiente se puede visualizar dicha publicación.

https://www.newtral.es/ejercito-division-azul-efemeride-krasny-bor/20210216/

En resumen, las fuentes del Ejército de tierra consultadas por Newtral, afirman que se trata de un montaje, la efeméride publicada no se corresponde con ninguna de las incluidas en la relación de efemérides del Ejército de Tierra, ni el formato de la difundida por doña Ione es el oficial, siendo la conmemoración del día la siguiente:

"El 10 de febrero de 1706 es creada, en el Puerto de Santa María, la unidad de caballería que se conoció como Regimiento de Galindo y desde 1718 como Regimiento Salamanca, hasta que en 1734 recibió su actual denominación de Regimiento Montesa".

Es buena efemérides, sin duda y más cómoda que la otra, como no podía ser menos en tiempos de corrección política y revisionismo histórico, dicho sea con todo el respeto y simpatía para el Regimiento de Caballería Montesa número 3, algunos de cuyos hechos de armas, por cierto, guardan cierto paralelismo con los de la División Azul, pues durante el Siglo XVIII combatió lejos de nuestras fronteras y en defensa del interés de la Patria en la guerra de la Cuádruple Alianza; en la guerra de Sucesión de Polonia; en la guerra de Sucesión de Austria; en la guerra de los Siete Años y hasta en la guerra de Independencia de los Estados Unidos de América del Norte.

Tal vez podría uno preguntarse si en alguna de aquellas gloriosas hazañas bélicas, situadas en su contexto histórico, no hubiera el Montesa combatido por causa tan equivocada como aquella por la que, según algunos, combatió la División Azul. En todo caso, gloria y honor al Montesa y a la División Azul.

Pero no es en sí mismo el bulo difundido por la señora secretaria de Estado para la Agenda 2030 y sus estúpidos argumentos sobre la realidad histórica de los voluntarios españoles contra el comunismo lo que aquí importa.

Estamos ante un ejemplo de violencia verbal, sin puñetazos ni tiros que, en este caso y al parecer, se inscribe en el marco de una pelea intragubernamental contra la señora ministro de Defensa. Se trata de atacar a las Fuerzas Armadas con la acusación de que están trufadas de malvados fascistas. Y ello en un momento en que vemos como los podemitas en el poder proponen que, mediante ley, se despenalicen afrentas a instituciones y personas, pues según ellos la penalización existente denota “déficit democrático”. Lo que quieren en definitiva y el bulo de doña Ione es un ejemplo, es la instauración de la violencia verbal como método inicial de dominio.

La violencia verbal, la que va contra el honor y en definitiva contra el alma de las personas, es paso previo a la violencia física. Si mediante la palabra y la mentira reducimos al contrario a simple masa corporal sin otros atributos, se le puede aplastar sin remordimientos, como se aplasta a una cucaracha. Los clásicos que informan el pensamiento y la práctica de nuestros podemitas lo dejan muy claro: “Contra las almas, la mentira. Contra los cuerpos la violencia”.

Así que no perdamos de vista lo que se pretende liberalizando el insulto y la calumnia, que “la mentira es un arma revolucionaria” según esos clásicos. Pues vaya revolución canallesca, habría que decir, la que se consiguiera sobre tal base, como queda demostrado a la vista de los resultados obtenidos tras su puesta en práctica en el pasado reciente.

Aunque alguno me llame trasnochado, yo me apunto a materializar los anhelos de una España mejor de forma abierta, sin dobleces, con espíritu deportivo, como bien queda dicho en la oración por los caídos de Rafael Sánchez Mazas:

“A la victoria que no sea clara, caballeresca y generosa preferimos la derrota, porque es necesario que, mientras cada golpe del enemigo sea horrendo y cobarde, cada acción nuestra sea la afirmación de un valor y una moral superiores. Aparta así, Señor, de nosotros, todo lo que otros quisieran que hiciésemos y lo que se ha solido hacer en hombre de vencedor impotente de clase, de partido o de secta, y danos heroísmo para cumplir lo que se ha hecho siempre en nombre de una Patria, en nombre de un Estado futuro, en nombre de una cristiandad civilizada y civilizadora”.

A mí me gusta así.