El rugido y la corneta

14/OCT.- La electricidad, magnética y electrocutante ella, avisaba. Los vasallos estaban trinando. Al individuo del CIS lo procesan. El paro se dispara, con altibajos estacionales, y los jueces ya no pueden más. Algo había que hacer.


Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol núm. 518, de 13 de octubre de 2021.
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portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa (LRP).​

El rugido y la corneta

El sujeto (de la oración) que detenta el Poder ejecutivo en el Reino de España ha ido otra vez a La Palma, en esta ocasión con una promesa de 206 millones de euros. Se ha hecho la foto, que para eso tiene a la corte de pringados que le retratan por doquier, ha dicho cuatro sandeces y se ha vuelto. Y la dolida gente palmera ¡le ha creído! Ahora a esperar. Que se sepa, la única pasta que ha llegado a la isla ha sido los 1,2 millones recaudados entre la población y las migajas que algunas compañías de seguros y sus consorcios han puesto sobre la mesa, porque procede quedar bien. Mientras tanto la lava sigue sus sendas devastadoras hacia el mar, y ya han anunciado los santones socialistas, por ahora trufados de comunistas, que ese nuevo «territorio» es del Estado.

Mal le tienen que ir a estos sociatas las encuestas. No las del CIS, que esas ya sabemos, sino las de verdad, las que circulan por los canales secretos para uso y consumo propio. Por lo visto, bueno mejor sería decir por lo oído, se avecina la catástrofe. Por mucho que se empeñen estos cabestros de pacotilla en disimular, la Derecha española se perfila como alternativa en el Gobierno de España. La pregunta es ¿para cuándo? Dicen que para dos años, pero puede que sea para menos. Tal vez pasado mañana, pues a tenor de cómo le van las cosas al rojerío este sujeto (de la oración) opera como el viento en el Atlántico, que cuando cambia de dirección forma el taco. Estaremos pendientes, pero no olvidemos que hay esperanza. Aunque...

Aunque conviene ser cautos. Mientras llega la hora, esta derecha acomplejada se dedica a sus convenciones y baños mediáticos llenando plazas de toros y anunciando sus buenas intenciones, por un lado, y por el otro denunciando un día y otro también ante el TC las marranadas que salen de un sótano que hay en una calle de Madrid. Y entretanto, aparece por ahí la «Leona de Castilla» que, sin querer o queriendo, es la única que representa a la derecha civilizada de España. Después de todo fue la única que se enfrentó al emperador Carlos. Salvando a Vox, que tiene ramalazos interesantes, pero va sobrado de prensa mala leche. Hay otras derechas, pero no cuentan, es un decir, aunque a la hora de sumar probablemente sumen. En fin, que así están las cosas.

Pero ¿cuándo empezó esto? Porque el sujeto (de la oración) se las prometía felices antes de que llegase el verano. Se había liquidado a los penosos (Ábalos, Conde, Redondo, etc.) y disfrutaba de unos días de descanso en sus playas favoritas; soplaba por ahí, sí, la epidemia y alguna que otra chapuza pero se las había ventilado violentando la Constitución (sistemas de alarma, etc.) y había endosado a los gobernadores de las regiones –¡qué es eso de presidentes de las comunidades!– todo el marrón del virus chino. Pero con septiembre (recuerdo la canción: «Cuando llegue septiembre, todo será maravilloso») sonó la corneta. Había que tomárselo en serio, pues todo toque agudo en los días calmados implica alerta. La electricidad, magnética y electrocutante ella, avisaba. Los vasallos estaban trinando. Al individuo del CIS lo procesan. El paro se dispara, con altibajos estacionales, y los jueces ya no pueden más. Algo había que hacer. Por ejemplo, ¡los Presupuestos! Si tenemos en la mano la herramienta que lo cura todo: dispongamos los dineros (que todavía no tenemos) de modo que parezcan manás del cielo, para la propaganda «social». Estos que se anuncian son los juegos del trilero más «sociales» del mundo mundial, porque España es social hasta las cachas, digan lo que digan los retráctiles de la Derecha. Fue el toque de corneta, o del clarinazo, como en los toros, una cosa con cuernos que dicen que no es cultura, los muy jorobados.

Pero esa era la señal. Latía en el fondo el rugido, la conmoción horrenda de una tierra herida que ya estaba harta de tanta meada política y dijo aquí estoy. Y escupió, no por una boca sino por varias, todas ellas vertedoras del fuego bíblico. Y así estamos, todavía, ofreciendo ayudas falsas, al estilo de la sufrida Lorca, hace una década. El rugido y la corneta, el título de esta tragedia, que los señores del Gobierno sociocomunista que tenemos han registrado en los libros de la Propiedad. Nos queda el remedio, pero... Mientras tanto, sigamos vegetando en este país de mansos corderos para la gloria y orgullo de la gente de bien, pacífica donde la haya, que ve la mierda de televisión que nos ponen para lucimientos de sus dueños. Lo que pasa es que todavía tenemos el mando a distancia.

Esta es la historia de la caza del voto. No hay otra.

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