Y él, tan pancho...

14/04.- Este adjetivo coloquial, pancho, «que está tranquilo, calmado y satisfecho», sin duda debe concurrir en Pedro Sánchez aplicando tal cual el significado que le da la interpretación del pueblo soberano, o sea «que le da igual todo».

Publicado en el número 293 de 'Desde la Puerta del Sol', 12 de abril de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.

Y él, tan pancho...

No sé si decir que hace sus apariciones en público como si fuera una madre abadesa explicando a las hermanas novicias qué es la clausura, cómo han de encomendar su vida a Dios, qué valor tiene la oración expresada con amor y contrición, y todo aquello que aparece en la regla y que han de cumplir de por vida, o al menos durante el tiempo por el que pronuncien los votos.

Pero esta comparación me parece excesiva, pues él no está imbuido de todo lo que expone, como sí lo está la madre abadesa. Pedro, que a él nos referimos, en sus prédicas encubre lo que es y piensa como si fuera un comediante que pretenda convencer al público de las bondades de un personaje que es todo lo contrario a lo que representa.

Por eso decimos que él se queda tan pancho pase lo que acaezca, tenga que explicar esto o lo otro pues dirá lo que le venga en gana y no la verdad, cosa que le tiene sin cuidado. Como este adjetivo coloquial, pancho, según el diccionario de la RAE puede decir, y dice «que está tranquilo, calmado y satisfecho», cosa que sin duda debe concurrir en Pedro aplicando tal cual el significado que le da la interpretación del pueblo soberano, o sea «que le da igual todo».

Evidentemente, este pancho no tiene nada que ver con el cariñoso hipocorístico que se aplica a los Franciscos, pues cuando se a alguno de estos se le llama Pancho se está transmitiendo todo el cariño que puede caber en una persona.

Sin duda este adjetivo, sumamente usado en Hispanoamérica, tiene varios significados según el país. En Argentina lo intitulan como aquél que es estúpido, tonto, aunque también le dan el nombre de pancho a una especie de sándwiches con salchicha y condimentos; en Méjico tratan como pancho a aquel que es aficionado a organizar grescas, aunque también se llamaba de esa forma a los negros originarios del África traídos a la nueva España, en especial a México, en el tiempo de la conquista; en Perú volvemos a dar tal nombre a un alimento, a la salchicha a la parrilla ensartada en un palito con alguna variación en Uruguay.

Pero nosotros, como ya hemos dejado dicho, creemos que Pedro se siente como todo un pancho porque le da igual cualquier cosa y la contraria, es decir, todo. Él sigue su hoja de ruta que debe tener más curvas que la Cuesta de la Vega madrileña a juzgar por los bandazos que da y por las mentiras con las que salpimienta sus alocuciones televisivas, tan largas, tan soporíferas, tan cansinas, que agotan al personal y les impulsa a cambiar de canal buscando una serie policiaca made in USA.

Porque ya que aplica los decretos ley para meter de contrabando otras cuestiones nada emparejadas con el covid-19, podía dar las mismas explicaciones sobre esas materias. Por ejemplo sobre los 100 millones destinados en estos momentos a las comunidades autónomas para la lucha contra la violencia de género; o de los 15 millones a las cadenas de televisión de los amigos para que secunden sus trolas y tejemanejes a través de esas pandillas de locutores indoctos y manipuladores;...

O sobre la oficialización de los «okupas» sobre las viviendas privadas si se encuentran en «situación de necesidad», y un etcétera numeroso en el que ocupa (con c, aunque bien podría ser también con k) un puesto importante Pablo Iglesias en la designación para formar parte en el CNI.

Lo último escuchado –solo de una parte, todo era excesivo– ha sido el panfletoleído por el ministro de Interior, señor Grande-Marlaska, mandando al infierno a los que siembran bulos por las redes sociales, por algunos medios de comunicación, por wasap, etc. ya que el gobierno que preside Pedro Sánchez lo está haciendo maravillosamente desde el primer día,...

Así como anunciando la hoguera a los que se empeñan en no sumarse a una tarea común de todos los españoles para hacer lo que Pedro y Pablo desean e informando respecto a la convocatoria de la renovación y actualización de los Pactos de la Moncloa para que, los variados partidos políticos que coexisten en España,concurran con ánimo de palmeros a rubricar los acuerdos que los dos citados les pongan sobre la mesa. De esta forma se consumará la razón de Google de incluir a España en el listado de países comunistas.

No Pedro, no nos convences con tus tretas, ni aunque aparezcas con Begoña a tu lado, cosa que hace tiempo no prodigas.

Nosotros, tercos como aquellas mulas que antiguamente trillaban la mies en la era o movían las norias para la extracción de agua del subsuelo, seguimos con nuestros botijos como tótem de la España de siempre, desde los fenicios hasta hoy, variando según los tiempos.

Hoy nos atrevemos a aportar uno que, sin duda, responde a toda la imaginación que puede poner el artesano en su obra, haciendo con el barro todo un filtiré primoroso.


 

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