¡Vaya tropa con su general al frente!

18/08.- El general disfrutando de buenos soles y mareas en La Mareta, lugar de propiedad nacional que tiene una dedicación especial para otros menesteres, y luego en el palacio de las Marismillas, en el Parque Nacional de Doñana, también dedicado a otros fines...

Publicado en el Nº 341 de 'Desde la Puerta del Sol', de 18 de agosto de 2020.
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¡Vaya tropa con su general al frente!

¿Se imagina alguien que el general Franco anduviera de vacaciones cuando tenía lugar la batalla del Jarama, el cerco del Alcázar de Toledo y su asalto continuado, la batalla de Teruel, y tantas otras que se sucedieron en España entre 1936 y 1939? Hasta al más lelo se le ocurriría pensar que seguro que estaba con su Estado Mayor siguiendo todos los frentes.

Pues bien, en España está teniendo lugar una batalla contra un encarnizado enemigo, que se esconde en cualquier rincón, que coge a la gente por sorpresa, cuyo combate hay que mantenerlo día y noche, pues el enemigo no descansa y aparece constantemente si el que sostiene la lucha se relaja. En esta lucha hay un general, Pedro Sánchez, que ha colgado el uniforme y se ha ido de vacaciones dejando a los coroneles, comandantes, capitanes, sargentos, cabos y tropa para que se rompan la crisma en la lucha, sin apenas contar con la plana mayor del general para recibir instrucciones y contar con la ayuda adecuada, pues también ha tomado las de Villadiego en busca de mejor ambiente, lugares más aseados, y sin tener que estar sometidos al estrés, a la interpelación de la gente, y a tener que estar mintiendo continuamente sobre el tema.

Realmente es vergonzoso este comportamiento. El general disfrutando de buenos soles y mareas en La Mareta, lugar de propiedad nacional que tiene una dedicación especial para otros menesteres, y luego en el palacio de las Marismillas, en el Parque Nacional de Doñana, también dedicado a otros fines. Aunque, como castigo la recepción en Doñana se la han dado los mosquitos conocidos como virus del Nilo, al parecer nada simpáticos y que producen daños similares a los coronavirus.

Mientras se acerca el mes de septiembre donde donde español tiene una predicción de qué es lo que sucederá dado que es insoportable la situación de España en todos los aspectos, degradada por la tropa del general a lo que ha contribuido notablemente el nuevo avance del Covid-19.

Esta pandemia nos está calificando a los españoles en los variados grupos existentes en estos momentos, grupos que no han sido como los de tiempo atrás. La pandemia nos ha presentado a unos españoles como los de siempre, trabajadores, sacrificados, austeros, generosos, sabedores de sus compromisos, dispuestos a entregar hasta su vida por los demás; a otros españoles ocupando el poder sin capacidad y competencia para ello, que no han sido capaces de tomar las medidas adecuadas para enfrentarse con éxito en la lucha, aprovechando el desbarajuste para sacar adelante sus proyectos ideológicos, abandonando a su suerte a una gran parte de españoles.

También a españoles que supieron cumplir las normas que se daban para contener el avance del virus y fueron agradecidos con los que estaban entregados a combatirlo; no faltaron españoles que con postura chulesca y provocadora no se sometieron a las normas con las que se pretendía ir venciendo al virus; y, luego, al abrirse la mano en cuanto a las normas, dieron su cara más estúpida los españoles insensatos que se lanzaron a la desobediencia y a provocar la contaminación en reuniones masivas, sin colocarse la molesta mascarilla ni guardar la adecuada separación con los demás; sin que faltaran los que se han manifestado en contra de las medidas tomadas para preservar a la ciudadanía de esa pandemia, entre los que figuraba como valedor el cantante Miguel Bosé, sin que previamente se doliera de que su madre, Lucía Bosé, murió de este mal que comentamos.

Parece difícil entenderse con este rebaño que formamos los españoles, ya que, dados los malos modos adquiridos, se necesita mano dura para encauzarnos. Es decir, se precisa de un gobierno que, en primer lugar, sepa cuáles han de ser las medidas que hay que tomar para encauzarnos y cómo han de ser aplicadas para conseguirlo.

Lo que quiere decir que hablamos de un gobierno firme y riguroso y tenaz para hacernos ver cuál es el camino y hacernos ir por él. Como si nos pusiéramos en marcha como un rebaño trashumante transitando una cañada real como la que recorren en primavera y en otoño los tropeles de ovejas en busca de los mejores pastos. Nosotros también tenemos que saber encontrar esos óptimos pastos.

 

Para unirnos a los pastores trashumantes que han de tomar la vara y el zurrón sin remilgos, nosotros ya nos vamos proveyendo de un clásico botijo toledano que nos ayudará a hacer el camino, con soles y lluvias, que de todo habrá, por fértiles valles y abruptos cerros y montañas.

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