A Pablo Iglesia no le va la democracia

14/07.- Y es que a Pablo Iglesias no le va la democracia por más que la proclame con profusión con la boca pequeña, que no con los gestos; él sólo quiere la democracia para intentar ganar el poder e implantar desde ella un régimen totalitario como lo intentaron instituir sus ancestros valiéndose de subterfugios y engaños...


Publicado en el Nº 330 de 'Desde la Puerta del Sol', de 14 de julio de 2020.
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A Pablo Iglesia no le va la democracia

Bueno, pues el desafío electoral de Galicia y Vascongadas ha terminado con que en Galicia da la impresión de que sus habitantes han preferido la tranquilidad de los mesurados y en la tierra de los aizkolaris se reparten entre los que usan el hacha con buenas intenciones y lo que la utilizan para causar daño a la comunidad. Y, en los dos lugares en liza, los ansiosos de echar a todos al mar, o sea, los de Podemos, han patinado y se han caído ellos a las frescas aguas cántabras o atlánticas. Y es que el personal no es siempre crédulo, no se deja engañar siempre con las mismas bagatelas: una, vale; dos, se soportan, pero la tercera ya es demasiado.

Y Pablo Iglesias, que se las daba de listo, no contaba con que aquí no se conseguían las cosas tan fácilmente como en Venezuela, y aunque los poderes del Estado anden un poco desequilibrados, al final van surgiendo los engaños, las trampas, los abusos, las mentiras, las ansias dominantes, y el personal se da cuenta, y los poderes no tienen más re-medio que actuar aunque se vean un poco estrujados por otros poderes, y sale a relucir toda la porquería que llevan encima y que intentan ir cargando sobre los hombros de los demás. Pablo Iglesias es la cabeza, pero tras él hay toda una podredumbre que va sembrando un tufo insoportable.

En Galicia Pablo Iglesias pierde ¡nada más! que los 14 escaños que tenía; y en Vasconia es como si se tiraran por el Monte Gorbea y fueran perdiendo por el camino la mitad de los que tenía. Aquí, entre los etarras y sus sufridores,volverá a hacerse cargo de la Comunidad Iñigo Urcullu, el que va siguiendo los regueros de los catalanes para conseguir la independencia de esa parte de España como si no pasara nada, acompañado por los muchachos del PSOE que no tienen claro qué es lo que quieren para su terruño.

Todo parece indicar que Pablo Iglesias va perdiendo su kerigma porque le avasallan las trampas, las mentiras, y todos los tejemanejes de los que se viene sirviendo desde que cayó en este bendito país –como lo llamábamos antaño–, para convertirlo en un barrizal, salvando la fortuna que ha ido acumulando sabe Dios cómo y cuál su procedencia. Las mentiras tienen unas patitas muy cortas, dice el refrán, al que alguien ha agregado: «y los idiotas explicaciones largas».

Y es que a Pablo Iglesias no le va la democracia por más que la proclame con profusión con la boca pequeña, que no con los gestos; él sólo quiere la democracia para intentar ganar el poder e implantar desde ella un régimen totalitario como lo intentaron instituir sus ancestros valiéndose de subterfugios y engaños.

Pedro Sánchez, por ahora (ya sabemos que tiene la costumbre de esconderse como un ratón –por poner un ejemplo– cuando no ve del todo bien el panorama), como achantado, esperando lo que pueda caer, entre otros momentos, el próximo día 16, fecha de la ceremonia de Estado en memoria de las víctimas del covid-19 por él convocada con la intención de ser la figura del mismo, pero que, como es lógico y natural, presidirán los reyes y Felipe VI será la figura del mismo.

¡Este Pedro, que a fuer de quererse quitar al rey de en medio no hace otra cosa que meter la pata! Veremos a ver los resultados. Total un día más no es mucho esperar.

Dado que, de una u otra forma, todos los españoles de bien celebraremos mañana esa ceremonia, sin olvidar que la fecha que figura en el calendario es la correspondiente a la festividad de Nuestra Señora del Carmen, patrona de la gente de la mar, y que los marinos tienen a bien celebrarla en todos los lugares donde se encuentre un hombre (o mujer, que no nos olvidamos de ellas) de mar, hoy traemos un botijo que el alfarero decoró con una caracola.

Beberemos del botijo y aremos sonar las sirena de nuestra intimidad como sonarán por todos los mares las de los barcos pesqueros (con las correspondientes procesiones en los puertos), los turísticos, los que transportan todo tipo de mercancías, los de la Armada y en también sonará en la Escuela Naval de Marín.

 


 

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