Esto no se ha terminado

21/07.- No es que seamos gafes. Ni nosotros ni toda la prensa que dice verdades sobre cómo anda el país y las cosas que con él están relacionadas. Es un desbarajuste. Cada quién hace lo que le apetece sin andarse con muchos miramientos...

Publicado en el Nº 332 de 'Desde la Puerta del Sol', de 21 de julio de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa

Esto no se ha terminado

No es que seamos gafes. Ni nosotros ni toda la prensa que dice verdades sobre cómo anda el país y las cosas que con él están relacionadas. Es un desbarajuste. Cada quién hace lo que le apetece sin andarse con muchos miramientos.

Los catalanes siguen dando la lata con «la mesa de negociaciones» al tiempo que intentan aprobar disposiciones que van contra las leyes, y se empelan en impedir a los reyes la visita a esa tierra de todos los españoles. El covid-19 va apareciendo por toda España, dando saltos de unos lugares a otros, siguiendo los pasos de los imbéciles que deciden que ellos hacen lo que les da la gana.

El Gobierno da por finiquitado el asunto con la ceremonia de Estado que pudieron compartir «todas las religiones, todas las instituciones públicas, todos los partidos en recuerdo a quienes han perdido la vida», pero no todos los españoles ya que estuvieron olvidados. Ahora a hacer estadísticas y a ver cómo se comportan las comunidades autónomas. El «caso Villarejo» está revolviendo las entrañas de la justicia para sacar adelante las golfadas que han cometido bastantes personalidades de las que tenemos por guay.

Los ataques al rey emérito Juan Carlos I son inmisericordes, probablemente se los ha ganado, pero mantienen en un molesto equilibrio a la monarquía que entre todos hemos de sostener en su puesto, ayudando a que el rey Felipe VI tome las decisiones necesarias para que,cuanto antes mejor, esto cambie de signo. De la Carina estamos hasta los entresijos y esperamos que lo antes posible desaparezca de la prensa y de nuestras vidas.

En estos dimes y diretes nos encontramos con el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que lleva apacentando de unos y otros pesebres desde que hizo su aparición en la política española, en la que ha prosperado a base de sacar a relucir su natural espíritu dictatorial con ánimos de encaramarse lo más alto posible en las estructuras del Estado con mando en plaza; ahora lo tenemos en candelero con el caso «Dina», esperando que a través del mismo salgan a relucir todas sus tropelías. Porque está claro que las promesas de Pablo no son para ser cumplidas, ya que, hace diez meses, dijo «si los resultados no son buenos para Podemos pondría mi cargo a disposición» y, siendo evidente lo que ha pasado en Galicia y las Vascongadas, sigue sin retirarse.

Y no cabe dudar de la existencia de enfrentamiento dentro de los distintos partidos políticos de la izquierda. En Podemos hasta el inútil de Garzón reprocha a Iglesias «las imágenes de división y enfrentamiento que nos han acompañado». En el PSOE, entre los sanchistas y los socialistas más en su punto; e incluso dentro del grupo de los sanchistas entre los que opinan que Pedro se está pasando y los que temen que si Pedro desaparece ellos también.

Por otro lado tenemos a los asesinos de ETA que cada día se crecen más gracias a los ánimos que continuamente reciben y, para corresponder, ahora el demócrata Otegui quiere expulsar a la Guardia Civil de la Comunidad Vasca porque supone que han votado a VOX, al tiempo que tienta a Sánchez para formar un tripartito con Podemos para desplazar al PNV. Ramón Espinar, un chico que no tiene limpio su currículum, antiguo compadre de Iglesias, cebándose con él mediante las declaraciones que ha hecho recientemente: Iglesias «practica el sectarismo, la agresividad y la expulsión sistemática de la disidencia», lo que es cierto y se ha podido comprobar por todos.

Por otro lado, y tocando temas que ya van siendo viejos, por fin leemos que el juez José de la Mata empapela definitivamente a la familia Pujol, que tanto han medrado de lo que no era suyo, siendo además el capo el responsable del despliegue del independentismo catalán en su actual hechura; hay que celebrar se vayan despertando todos estos atentados contra la sociedad y el Estado que se han producido desde que gozamos de democracia. Sin duda quedan más, muchos más, aunque de diferente cuantía y contra distintos estamentos (culturales, económicos, salud pública, etc.).

Podríamos seguir hasta casi el infinito pues los desmanes de esta tropa son continuos, absurdos en no pocas ocasiones, que son reflejo de la calidad de su personalidad, que desvelan sus intenciones y sus ansias de futuro, y que demuestran que los españoles les importan una higa fuera del voto y la mansedumbre. Celebremos que los Reyes pasen sus vacaciones, o parte de ellas, visitando España, intentando poner serenidad en las gentes, y meditando cómo ha de iniciarse el próximo año político pasado el calor y aligerada lo más posible la pandemia.

Con este calor que nos agobia, nada mejor que acudir a un botijo tradicional de arcilla blanca que es fiel en cuanto a refrescar el agua. Lo hemos adquirido en la cerámica Rombleña, de Córdoba, y lo estrenamos para esta ocasión. Previamente ha estado una noche al relente con unas copas de aguardiente para que se «curara». Ahora, a la sombra, y depositado en el platito ad hoc para que no moje el suelo con su «sudor», estamos preparados para pasar el día plácidamente, leyendo cualquiera de los libros que se nos van acumulando sin darnos cuenta.


 

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