Semblanzas

Marcelino Olaechea, obispo falangista.

Durante la Guerra Civil sus simpatías estuvieron más con los falangistas que con las demás fuerzas políticas que operaban en zona nacional, probablemente debido a la carga sindicalista y pro-trabajadores de sus propuestas.

Publicado en Gaceta de la FJA, núm. 345, de junio de 2021.
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Marcelino Olaechea, obispo falangista.


De que era vasco no hay duda alguna pues nació en Baracaldo, Vizcaya, el 9 de enero de 1888, ahora bien si fue falangista o no, hay dudas. Yo diría que más que falangista fue neofalangista, dadas sus simpatías para con la Falange y el pensamiento político de José Antonio, así como por su amistad con Manuel Hedilla.

Marcelino Olaechea había sido ordenado sacerdote en 1912 tras estudiar filosofía en Madrid y teología en Turín, Italia, y terminando su formación en Bélgica, donde estudió sociología. Pertenecía a la orden salesiana habiendo sido alumno en su juventud de las escuelas salesianas de Bilbao.

La vida de monseñor Olaechea con anterioridad a la guerra civil española no tuvo más significación que la religiosa aunque siempre con una importante carga social dada su preocupación, y consiguiente actividad, en favor de la clase obrera. Fue director del Colegio Salesiano de La Coruña, así como provincial de la orden salesiana en Barcelona y Madrid.

Se le nombró obispo de Pamplona en noviembre de 1935, y desde el principio no tuvo especial empatía ni con los carlistas, predominantes en Navarra, ni con otras fuerzas derechistas de la provincia, que le acusaron de socialista. Una vez comenzada la contienda civil sus simpatías estuvieron más con los falangistas que con las demás fuerzas políticas que operaban en zona nacional, probablemente debido a la carga sindicalista y pro-trabajadores de sus propuestas.

Meses antes del 18 de julio su relación con Falange era notoria, hasta el punto de llegar a patrocinar en el palacio episcopal un acto político religioso de contenido patriótico, contando con la presencia de la Sección Femenina y miembros de la primera línea de la Falange navarra. Mas adelante y en contraposición a ello excusó su asistencia a la misa de campaña en la plaza del Castillo de Pamplona, organizada por el carlista Diario de Navarra el 25 de julio, festividad del Santiago Apóstol, patrón de España, convocada al objeto de consagrar el Sagrado Corazón de Jesús a los requetés.

En el tercer aniversario de la fundación de Falange en octubre de 1936, Falange Española organizó en Pamplona una misa de campaña oficiada por el obispo Olaechea que, en su sermón, proclamó su cariño por el movimiento fundado por José Antonio apoyándolo en su condición de obispo, de patriota y de amante de los obreros. Fue también una de las personas que más luchó contra la represión y persecución indiscriminada de izquierdistas durante la guerra, convirtiendo su diócesis y su persona en refugio y salvaguarda de muchos de los injustamente perseguidos, por los que siempre abogó.

Su mayor aportación a la causa del 18 de julio fue la consideración y denominación como Cruzada de Liberación, cuyo término acuñó él. También fue uno de los firmantes de la Carta colectiva del episcopado español a los obispos del mundo, atribuida su redacción al primado cardenal y arzobispo de Toledo Isidro Gomá. El escrito tuvo una grandísima repercusión internacional y puso a favor de la causa rebelde a los católicos de medio mundo.

En 1946 fue nombrado arzobispo Metropolitano de Valencia, cargo que ocupó hasta 1966. Falleció en la capital del Turia en el año 1972 y sus restos reposan en la catedral valenciana.

Fue en Valencia en donde pudo desarrollar, además de su labor religiosa, su indudable vocación social. Allí creó, en 1948, el Instituto Social Obrero, centro de formación profesional para trabajadores, igualmente el Banco Nuestra Señora de los Desamparados, que pretendía dar respuesta a las necesidades de vivienda de los pobres, muchos de los cuales malvivan en chabolas y chamizos del viejo cauce del rio Turia. Bajo sus auspicios se creó el popular barrio valenciano de San Marcelino en donde se construyeron numerosas viviendas obreras.

Durante el franquismo fue procurador en Cortes desde 1955 a 1967, lo que no le impidió mostrar públicamente sus simpatías por el hedillismo. Su relación con Manuel Hedilla venía ya desde el colegio de los salesianos de Bilbao en donde Manuel Hedilla, al igual que él, también estudió. Así como de los tiempos de la Jefatura de Mando provisional de Falange durante la Guerra Civil, desde septiembre del 1936 hasta abril de 1937.

Cuando Manuel Hedilla fue puesto definitivamente en libertad, tras su prisión en Canarias y el confinamiento en Mallorca, Marcelino Olaechea le acogió y ayudó, inclusive ofició el segundo matrimonio de Hedilla en la sede arzobispal valenciana.

Continúa existiendo una fundación en Valencia que lleva su nombre, que depende de la Universidad Católica San Vicente Mártir, con centros educativos en las localidades de Alzira y Torrente, dedicada especialmente a la formación profesional.


A lo largo de la existencia de la organización falangista hubo curas en sus filas, como por ejemplo el navarro Fermín Yzurdiaga, fundador de la revista Jerarquía y director del diario Arriba España de Pamplona. También bastantes años después que Yzurdiaga, no existiendo ya Falange Española de las JONS sino Falange con la T (de Tradicionalista) o Movimiento Nacional, tenemos al jesuita José María de Llanos, el popular Padre Llanos, que antes de hacerse comunista fue falangista, director espiritual de Franco y voluntario frustrado de la División Azul, pues a la postre aunque lo intentó no se alistó.

No puedo dejar de citar al también cura vasco, natural de Marquina, Vizcaya, José María Arizmendiarrieta, fundador en 1956 de la Cooperativa Mondragón en Guipúzcoa, coadjutor de la parroquia y delegado de FET de las JONS, y del Frente de Juventudes, en la citada localidad Guipuzcoana

Mas cercano en el tiempo está el popular Padre Ángel, asturiano de nacimiento y durante muchos años capellán de la Organización Juvenil Española (OJE). Fundador de la ONG Mensajeros de la Paz, grupo dedicado a prestar ayuda económica y social a personas necesitadas. El padre Ángel fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la concordia en 1994.