MEMORIA AZUL | SEMBLANZAS

Tomás García Rebull.

Sin duda un héroe que siempre llevó con orgullo la camisa azul de la Falange bajo su guerrera militar.


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Tomás García Rebull.

Tomás García Rebull (1907/1976)

El jefe falangista, héroe de Possad

Tomás nació en la localidad castellonense de Vinaroz en el mes de febrero de 1907, siguiendo los pasos de sus antepasados, todos ellos militares, ingresa en la academia militar siendo nombrado teniente segundo en 1924.

Poco después es destinado a Marruecos donde ya se distingue en los Regulares de Melilla Nº 2, participando en el desembarco de Alhucemas donde resulta gravemente herido.

Años después pasa a la Mehal-la de Yebala Nº 4, ascendiendo a teniente.

En 1934, durante una breve estancia en Tánger, García Rebull contacta con una pequeña agrupación falangista formada en su mayor parte por militares, mostrando no solo sus simpatías sino integrándose en la organización clandestina azul al mando de Yague, que ya empezaba a diseminarse por las fuerzas militares españolas en África.

Cuando se inicia la guerra civil, Tomás que ya había ascendido a capitán, intenta alzarse en Tarragona pero no encuentra prácticamente apoyos, la escasa militancia falangista está toda prácticamente encarcelada y sus compañeros militares se declaran fieles a la República.

De inmediato es detenido e ingresa en prisión, pero gracias a un compañero de armas logra escapar, a pesar de lo cual es juzgado en rebeldía.

Después de un sinfín de peripecias logra llegar a la zona nacional por el frente de Granada, Tomás bajó por todo el litoral levantino hasta cumplir su objetivo.

Pronto asume el mando de la 3ª Bandera de Falange de Palencia, y luego de la 5ª Bandera de Navarra, unidad a la que corresponde en el mes de septiembre de 1938 la ruptura del frente enemigo en el frente de Gandesa.

Tomás, ya de comandante habilitado, sale de las trincheras propias y cortando las alambradas que protegían los parapetos de los rojos y arriesgándose a entrar en la zona batida por la artillería propia, se lanza al asalto, sus camaradas navarros le siguen como un solo hombre logrando tomar la loma de Tanque quemado, no paran y continúan la progresión hasta adueñarse del cerro de los Gironeses, lo que determina la caída total del frente rojo en el cordal del Puig de Aliga.

Más adelante ataca con su Bandera la cota 451, en la sierra de Cavalls, avance que inicia a pesar de estar batido por ambos flancos, por lo que se descolgó por unos barrancos para envolver la cota, recibiendo incluso fuego de blindados, los bravos falangistas navarros asaltaron las trincheras con bombas de mano y ocuparon el objetivo. Por estos combates fue recompensado con su primera Medalla Militar individual.

Siempre al mando de la 5ª Bandera de Navarra, combatió contra las Brigadas Internacionales y participó en el frente de Toledo donde le sorprendió el final de la guerra civil.

En julio de 1941, el capitán García Rebull proveniente de la Jefatura de Milicias de Tarragona, es de los primeros en alistarse a la División Azul para combatir al comunismo en Rusia, en un primer momento se le destina a la Plana Mayor del Regimiento 263. Al poco de estar en Rusia, por fin llega su ascenso a Comandante.

Cumpliendo órdenes del alto mando, la División Azul ha cruzado el río Volchow estableciendo una cabeza de puente en territorio enemigo y entrando varios kilómetros dentro de las líneas soviéticas llegando hasta la aldea de Possad. Los combates han sido durísimos hasta asegurar la cabeza de puente, pero los bravos voluntarios falangistas ni siquiera sospechan la que les espera en Possad.

El primer batallón del Regimiento 269, al mando del comandante Luque, defiende Possad del ataque de los rusos, al poco tiempo Luque cae herido, menos de 500 soldados españoles son atacados por incontables unidades de infantería soviética, por artillería e incluso blindados y aviación día tras día, pero los bravos falangistas no se rinden, hace tanto frío en el mes de noviembre del 41 que prácticamente no se pueden cavar trincheras, los cuerpos de los camaradas caídos no pueden enterrarse, pero allí como una nueva Numancia el islote azul sigue resistiendo.

Las bajas son incontables, y se inicia desde el monasterio de Otenski la ayuda a los camaradas de Possad, pronto empiezan a llegar falangistas de la Vieja Guardia de Madrid a la 2ª Compañía de antitanques, llegan otras pequeñas unidades para seguir resistiendo, entre los refuerzos aparece el ya comandante García Rebull, que se hace cargo del mando de la defensa en Possad. Su llegada es recibida con sorpresa por los pocos oficiales que continúan vivos.

En su uniforme no aparecen los distintivos de su rango, y en la primera reunión su cotidiano tartamudeo provoca un pequeño resquemor en sus nuevos subordinados, pero pronto todo desaparece, Tomás se hace cargo de inmediato de la escalofriante situación y no para de dar órdenes para la defensa, su tartamudeo se ha convertido en una ametralladora de palabras, que no solo levanta el ánimo de los camaradas defensores sino que les convence de que tienen como jefe, no solo a un falangista como ellos, sino lo que es más importante en aquellos momentos, a un jefe militar más que competente y experimentado.

Al igual que el comandante Román en Otenski, García Rebull en Possad dirigen personalmente a sus hombres en los asaltos y contraataques, parecen dos diablos azules al mando de sus aguerridos soldados.

García Rebull está en todo momento visitando a sus soldados-camaradas, salta de trinchera en trinchera, de parapeto en parapeto, se preocupa por todos y cada uno de los bravos falangistas que defienden Possad y pronto los camisas viejas de Madrid le buscan un apodo, ya todos llaman a su comandante el Tío Tomás, cuando García Rebull se entera no puede evitar una sonrisa.

Possad sigue resistiendo hasta que García Rebull recibe la orden de evacuar la aldea, la que cumple escrupulosamente sin una sola baja, ya que las líneas soviéticas no se percatan del abandono de los españoles, que lo único que sienten es no poder llevarse ni enterrar a sus camaradas caídos.

Por su valiente y arriesgada jefatura en la defensa de Possad, García Rebull consigue su segunda Medalla Militar individual, circunstancia ésta al alcance de muy pocos héroes en la historia militar de España. También fue recompensado con la Cruz de Hierro de primera y segunda clase.

De vuelta a la patria, y ya de teniente coronel, estuvo destinado en el Regimiento de la Guardia de S.E. el general Franco y en la Secretaría de su Casa Militar.

Ejerció el cargo de delegado nacional de Excombatientes hasta 1957, sin ocultar nunca su ideología falangista, llegando a enfrentamientos con otras familias del régimen.

Siguió ascendiendo en el escalafón militar y en 1967, ya como general de división, fue nombrado gobernador militar de Barcelona, y luego consiguió el mando de la División Acorazada "Brunete", la que en aquel entonces era la unidad más potente del Ejército español.

Como falangista fue consejero nacional del Movimiento.

Antes de finalizar su carrera militar, y asumiendo la Capitanía General de la VI Región Militar, y como quiera que en la jurisdicción de la misma se juzgara a varios militantes de ETA en el llamado Proceso de Burgos, confirmó las penas de muerte para nueve etarras, aunque luego estos fueron indultados por el Gobierno, lo que provocó que Tomás junto con otros tenientes generales, entre ellos el también falangista Pérez Viñeta, se entrevistaran con el mismo Franco para expresarle el malestar que existía en el Ejército.

Poco después, García Rebull fue nombrado capitán general de la Primera Región Militar, cargo que ocupó hasta su pase a la reserva.

Tomás García Rebull murió de un fallo cardiaco en Madrid, el 28 de abril de 1976. Como curiosidad cabe recordar que el que esto escribe, junto con un nutrido grupo de camaradas de la entonces FE de las JONS (Auténtica), avisados de que acababa de fallecer en el hospital militar ubicado en el barrio de Moncloa de Madrid, dejamos nuestras facultades y fuimos de los pocos que despedimos en la puerta del hospital, brazo en alto y cantando nuestro inmortal himno de combate el Cara al sol, el ataúd que contenía el cuerpo sin vida de Tomás García Rebull.

Tomás fue sin duda un héroe que, bajo su guerrera militar, siempre llevó con orgullo la camisa azul de la Falange.

Por eso hoy recordamos al héroe azul de Possad. ¡Tomás García Rebul! ¡Presente!


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Tomás, sentado, segundo por la derecha, con compañeros de la División Azul, 

García Rebull, con uniforme militar, en una una recepción concedida por Franco a excombatientes falangistas.

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