EDITORIAL | ENERO 2023

¿Jóvenes de ayer, hombres de hoy?

Aquellos ideales de nuestra juventud ya no están de moda en muchos sectores, es evidente; más aun, a veces son ignorados o menospreciados por aquellos que han sido abducidos por la propaganda sistemática del Sistema...


Publicado en su núm. 243 de la revista Trocha, de enero de 2023. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa. Para recibir el boletín de Trocha

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¿Jóvenes de ayer, hombres de hoy?

¿Jóvenes de ayer, hombres de hoy?


Recordamos unos versos del gran poeta José M.ª Gabriel y Galán en los que se preguntaba si somos los hombres de hoy aquellos niños de ayer. Biológicamente, habría que responder que no, claro, pero, en cuanto a los valores, tendría sentido el interrogante, quizás cambiando lo de niños por la palabra jóvenes, pues es en la juventud cuando se comprenden e interiorizan verdaderamente los ideales.

Aquellos ideales de nuestra juventud ya no están de moda en muchos sectores, es evidente; más aun, a veces son ignorados o menospreciados por aquellos que han sido abducidos por la propaganda sistemática del Sistema. ¿Significa que han dejado de constituirse en tales valores permanentes para los que tenemos a gala pensar por nuestra cuenta? Podríamos aquí parafrasear a un héroe de una guerra olvidada, J.L. Borghese, y decir: «Una guerra (en nuestro caso, una contienda ideológica y cultural que aún está en curso) se puede perder con dignidad y lealtad. La rendición y la traición marcan por siglos (…). No tiene importancia vencer o perder, vivir o morir, sino cómo se vence, cómo se pierde, cómo se vive, cómo se muere».

Ser veterano significa no haber hecho dejación de lo permanente, de aquellas ideas que, por encima de las coyunturas históricas y de las modas, se consideran esenciales para afirmar el propio modo de ser y para esforzarse para que algún día vuelvan a ser re-valoradas por los que despierten de este falso ensueño que parece dominar nuestro entorno. Ser veterano equivale a re-afirmar los valores contenidos en aquel apretado y poético resumen de una Promesa, aplicarlos a nuestra existencia y predicarlos en nuestros ámbitos de convivencia y alcance. Ser veterano obliga a estudiarlos a fondo, profundizar en ellos sin que la pereza intelectual nos limite a recordar la letra tan solo. Ser veterano es permanecer activo, incluso con las dificultades que trae la edad o las circunstancias de la vida, y compartir esa actividad con nuestros camaradas que siguen mereciendo ese nombre.

Una antigua consigna rezaba: Haz de tu vida un campamento permanente; pero no se trata de volver a dormir en una colchoneta de paja, de caminar kilómetros con el macuto a cuestas, de creer que los años no pasan en balde…, sino de re-vivir la ilusión de cada toque de diana, de ser ejemplar para otros, de servir, y de acostarnos cada noche con la oración en los labios y el alma tranquila.

Seamos hombres de hoy ⎼con la nostalgia legítima e imprescindible⎼, pero no traicionemos a aquellos jóvenes de ayer, para que sigamos siendo nosotros.