Efemérides de septiembre

Los almogávares en Constantinopla (1303) 

A principios de septiembre de 1303, los almogávares llegan a Constantinopla y desfilan ante el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo. Al frente de ellos iba su jefe, Roger de Flor...


Publicado en el antiguo blog de Trocha. Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
Ver portada del actual revista Trocha en La Razón de la Proa.

Los almogávares en Constantinopla (1303)


Roger de Flor se había puesto al servicio del emperador bizantino en su lucha contra los turcos otomanos. Con ese propósito reunió una expedición, a la que se llamó la Gran Compañía Catalana, formada por 4.000 almogávares, 1.500 soldados de caballería y 39 naves enviada por Federico II de Sicilia.

Pasó poco tiempo para que los almogávares se hicieran notar en la capital del Imperio, unas desavenencias con los genoveses acabó con el aniquilamiento de estos, lo que aceleró la marcha de los almogávares para el combate, hacia Anatolia, en donde tomaron las ciudades de Filadelfia, Magnesia y Éfeso, rechazando a los turcos hasta Cilicia y los Tauro (1304), y siempre en batallas libradas con una inferioridad numérica destacada por su parte.

Los almogávares eran los soldados más bravos y temibles de su época. Eran tropas ligeras, normalmente de infantería, armados con lo justo pero que se movían con sorprendente agilidad en cualquier campo de batalla. Se agrupaban en compañías no muy numerosas, lideradas por un caudillo que las sometía a una disciplina férrea. O vencían o morían: no había término medio. Se les iba la vida en ello, y no sólo porque no daban cuartel en el combate, sino porque carecían de impedimenta: vivían de lo que saqueaban al vencido tras haberle aniquilado. Así de sencillo.

Ciento cincuenta años después del recibimiento de los almogávares por Andrónico II, cae Atenas y Constantinopla a manos de los turcos, ya en el siglo XV, la epopeya de los indomables almogávares fue cayendo en el olvido y su historia se transformó en leyenda. Habían luchado contra corriente, contra el signo de los tiempos, contra todo y contra todos, hasta contra sí mismos.

Hoy no todos los reivindica; son, en cierto modo, incómodos recuerdos de una época de la que pocos quieren acordarse. Hasta en la muerte son temidos y respetados. ¡Desperta, ferro!


En la imagen, Roger de Flor hace entrada –imaginaria– en el campamento Raso de la Nava, en Covaleda (Soria). La imagen real corresponde al cuadro Entrada de Roger de Flor en Constantinopla (1888), de José Moreno Carbonero, expuesto en el Palacio del Senado (Madrid), que representa la entrada de Roger de Flor, con sus almogávares, en Constantinopla.


La frase que acompaña a la imagen corresponde a unos versos de la canción de la OJE Canción de los almogávares (1962).
Para escucharla / Ver la letra


Para saber más


Capitulo de la serie Pasajes de la historia, sección del programa La rosa de los vientos, dedicado al enfrentamiento entre Roger de Flor y el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo (1266), la locución es de Juan Antonio Cebrián