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26/09/20

Covid-19: El fracaso del Estado

26/09. Editorial.- El por qué no supo, no quiso, o no pudo estar el Gobierno a la altura de los acontecimientos, tendrá que explicarlo y, en todo caso, habrá de responder ante el pueblo español y ante la Historia por su gestión de la crisis...


Publicado en el número 25 de 'Somos', de septiembre de 2020. * En la sección Pensamos que... Editado por la asociación cultural Avance Social. Ver portada de la revista 'Somos' en La Razón de la Proa.

Covid-19: El fracaso del Estado

Desde que España se constituyó en “Estado de las autonomías”, ninguna amenaza había llegado a la magnitud ahora conocida: decenas de miles de españoles han muerto.

El Gobierno de España, frente a tal amenaza, ha mantenido una actitud meramente reactiva, a remolque de los acontecimientos, carente por competo de la proactividad que ha de ser seña característica de toda función directiva. Y no puede alegar el Gobierno que careciera de información para tomar las decisiones adecuadas en el momento oportuno, ya que no le han faltado avisos ni alarmas previas, procedentes tanto del exterior como de órganos que le son propios.

El por qué no supo, no quiso, o no pudo estar el Gobierno a la altura de los acontecimientos, tendrá que explicarlo y, en todo caso, habrá de responder ante el pueblo español y ante la Historia por su gestión de la crisis.

Pero no es sólo el Gobierno quien ha fracasado: ha sido el conjunto del Estado, un mastodonte sobrealimentado, torpón y descoordinado entre sus miembros. El espectáculo de quejas, desencuentros, acusaciones mutuas y elusión de responsabilidades, bajo los lemas de “y tú más” y “balones fuera”, entre comunidades autónomas y gobierno central, ha sido deprimente. Aún en estas condiciones, el navajeo y el cainismo son las señas de identidad de la lucha partidista en España.

El Estado de las autonomías "que-nos-hemos-dado-a-nosotros-mismos" hace ya 42 años, no ha sido capaz de dar respuestas sólidas a la amenaza, porque la división y el enfrentamiento están en su esencia y, ahora mismo, empieza a oler como un cadáver que sólo se mantiene en pie apoyado en la corrupción y la mentira.

Pero, volviendo al Gobierno, sí ha habido algo en lo que éste ha actuado con precisión y voluntad férrea: aprovechando la situación, ha fortalecido al separatismo, ha introducido en la Administración a su clientela y está poniendo en marcha experimentos sociales de gravísimas consecuencias esperables, apoyado por los medios de comunicación que domina a base de subvenciones. En definitiva, se está apropiando de las instituciones del Estado.
Atención, pues. Sólo faltaría que el mastodonte, fuera sustituido por un buitre carroñero dispuesto a alimentarse con el cadáver de España.


 

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