La «cultura» de la violación

31/MAY.- La desgraciada expresión de la «cultura de la violación», que ya de por sí genera rechazo, apunta más alto.

Tras una supuesta nueva violación grupal, la señora delegada del Gobierno en Valencia, Gloria Calero, ha lanzado en público el siguiente lamento acusatorio: «¿Qué os está pasando a los hombres, que estamos retrocediendo a esta cultura de la violación que creíamos desterrada!».

Es obvio que para ella todos los hombres somos culpables de los delitos sexuales que cometa cualquier varón delincuente; acaso porque crea que son consecuencia de secretos conciliábulos machirulos donde los hombres planeamos la agenda delictiva de cada mes.

Pero la desgraciada expresión de la «cultura de la violación», que ya de por sí genera rechazo, apunta más alto; pues es un tópico habitual del feminismo más fetén que refleja muy bien el principio en que se inspira: el de la criminalización del hombre por ser hombre.

Lo sorprendente es que quienes piensan tan mal de los hombres sean los mismos que luego fomentan en las escuelas el adoctrinamiento sexual y los juegos eróticos, los que se burlan de las restricciones del acceso a la pornografía, los que consideran ideal llegar solas y borrachas a casa, y los que proclaman que todas las culturas tienen el mismo valor, animando a abrir puertas y fronteras a esos hombres que proceden de culturas donde la mujer es tratada como un ser inferior.

Y es que no les gusta cosechar lo que siembran.




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