Una resta que suma

Una nueva versión del Frente Popular se levanta ante nuestros ojos, más disfrazada, edulcorada y travestida...


Publicado en la revista El mentidero de la Villa de Madrid núm. 739 (10/ABR/2023), continuadora de Desde la Puerta del Sol. Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP) Recibir el boletín de LRP.​

Cuidadín, cuidadín. Pedro Sánchez –me refiero a nuestro lindo presidente– puede ser cualquier cosa menos tonto. No es como su predecesor, José Luis Rodríguez Zapatero que, menos listo, era cualquier otra cosa y, créanme, me vienen unas cuantas a la cabeza y no precisamente generosas.

La puesta en escena como partido político de Sumar, el pasado domingo, día dos de abril, Domingo de Ramos, ha sido meticulosamente calculada. Su candidata a la presidencia del todavía Reino de España, Yolanda Díaz Pérez, en connivencia con otras marcas políticas de la ultraizquierda y, por descontado, con la aquiescencia del narcisista inquilino de la Moncloa, viene a restar para luego sumar. Es decir, debilita a Podemos, incómodo y desagradable socio de gobierno, restándole fuerza y apoyos, para posteriormente sumarlos a una alianza con la tropa socialista. Restar para sumar, esta es la aparente paradoja escenificada ante el enfervorecido, apasionado y electrizado auditorio congregado en el Polideportivo Antonio Magariños, en una soleada mañana de un festivo domingo de abril madrileño.

Is fecit cui prodest. Este aforismo latino, que quiere decir «lo ha hecho aquel que se aprovecha» –para los que han estudiado la ESO–, aclara la autoría y el principal beneficiado de la maniobra de la izquierda ultramontana. En primera instancia, sin ningún atisbo de duda, favorece a las aspiraciones de liderazgo de la gallega entre los acólitos del comunismo reciclado, disfrazados de ecologistas, feministas y demócratas, pero devotos admiradores del castrismo, sandinismo, chavismo y demás ismos de allende nuestras fronteras. La vicepresidenta segunda del Gobierno de España, también ministra de Trabajo y Economía Social –qué petulancia y eufemismo mal disimulado–, jamás será la primera presidenta de nuestra Patria –con mayúscula–, pese a sus delirantes soflamas mitineras y arengas populistas trasnochadas. Espero y deseo que el pueblo español, a través de las urnas, la afee su incontinencia verbal, su diarrea mental y sus pueriles guiños políticos. No hay que encomendarse a Dios, hay que apelar a la sensatez, el sentido común, la responsabilidad y el buen gusto de nuestros compatriotas. Así pues, hay que desenmascarar a la primera farsante de este vaudeville –vodevil en castellano para los de la ESO–, protagonizado por la chica de moda, nunca mejor dicho, de la extrema izquierda ibérica, por ser incluida en la clasificación a la República de Portugal, y demás reinos taifas autonómicos.

En segunda instancia, pero principal beneficiario del ardid, hábil manipulador y guionista del sainete, con perdón de Carlos Arniches –autor alicantino de sainetes y comedias divertidas, para mejor entendimiento de los que han estudiado en la ESO–, es el lindo don Pedro. Sabe que solo ante el peligro está más perdido que Cuba, que sus aires chulescos archiniegos no son del gusto del público en general, empachado y hastiado de tanto exhibicionismo presidencial. Todo ello pese a las encuestas precocinadas en el cuarto oscuro de José Félix Tezanos, actual guionista del Centro de Investigaciones Sociológicas. Así, cual hábil estratega y genial hombre de estado, es un decir, no me he vuelto loco, el soberbio y engreído jefe del Gobierno de… ¿España?, también capitán general del Partido Socialista ¿Obrero? ¿Español?, urde taimados y cainitas planes contra sus coaligados aliados de gabinete. El título podría ser «La venganza de don Pedro», en clara alusión a la obra teatral de Pedro Muñoz Seca. Les recomiendo encarecidamente su lectura. En ella, Mag dalena –hija de don Nuño Manso del Jarama– mantiene relaciones clandestinas con don Mendo. Ella, deseosa de ascender socialmente, acepta casarse con un privado del rey, don Pero del Toro. Sin embargo, ella sólo se ama a sí misma… Ya saben por donde voy.

Aprovecho la ocasión para hacer verdadera memoria histórica y recordar que Muñoz Seca, eminente literato gaditano de la Generación del 14, fue criminalmente asesinado en Paracuellos del Jarama, a los cincuenta y siete años de edad, el 28 de noviembre de 1936. Su delito: ser católico y monárquico. Las sanguinarias sacas izquierdistas de presos, hoy olvidadas y borradas de nuestra memoria, fueron perpetradas por los ancestros de los chicos, chicas, chiques y demás ralea filocomunista del engendro, conocido y reconocido, llamado Sumar.

Vayamos concluyendo. Una nueva versión del Frente Popular se levanta ante nuestros ojos, más disfrazada, edulcorada y travestida. No se dejen engañar por las apariencias y distorsionen su percepción de la realidad. La verdad está oculta, callada con más o menos disimulo, por los instigadores e instructores del proceso puesto en marcha. El romance entre el lindo don Pedro, «el de las mercedes», y doña Yolanda es tan real como la vida misma. Ambos forman pareja de hecho, con capitulaciones matrimoniales y en régimen de bienes gananciales. No se fían el uno del otro, pero se «aman» interesadamente. Saben perfectamente que sus súbditos, nacionalistas e independentistas, necesitan sus soldadas para seguir tocando los perendengues al personal y, de paso, dinamitar la unidad de España. Sin este matrimonio de conveniencia no tienen futuro, que sin su patente de corso no pueden dedicarse a la piratería. Es decir, su presente y futuro está en las manos de sus señores, aunque hoy manifiesten una rabieta y un ataque de cuernos.

La jugada a tres bandas es magistral. A Podemos, de paso les jodemos, perdonen mi vulgar ripio, pero que en absoluto degrada la calidad del argumento expuesto. Los morados, traicionados y vendidos, también saben que tendrán que sumar, hoy, mañana o pasado mañana, si quieren sobrevivir en la escena pública de la política española. Ione Belarra, Irene Montero, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o, el mal imitador de Stephen Hawking,  el argentino rosarino, Pablo Echenique Robba, seguirán montando un espectáculo Burlesque con el que pretenden hacer creer al público que, su mal disimulada disidencia, es debida a arraigadas posiciones ideológicas. No se lo crean, es puro teatrillo. Ellos también saben sumar y no les ha ido nada mal.




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