Silencio en la noche

14/OCT.- La mencionada canción me vino a la mente al dar vueltas sobre qué sucedía con los «papeles de Pandora», que tanto se airearon hace una o dos semanas, y no se ha vuelto a hablar de ellos.

Publicado en la revista Desde la Puerta del Sol núm. 519, de 14 de octubre de 2021.
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portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa (LRP).

Hace mucho años, una barbaridad de años, cuando yo era pequeño, mi madre cantaba una canción, en cierta medida bucólica, que empezaba así: «silencio en la noche / ya todo está en calma / el músculo duerme / la ambición descansa...». Años después descubrí que era de Carlos Gardel, y, sin duda, respondía a una melodía sentimental que regalaba al oído. Nada tenía que ver con las canciones de hoy día, hartas de ruido, con cantantes chillones y letras de una significación poco interesantes.

La mencionada canción me vino a la mente al dar vueltas sobre qué sucedía con los «papeles de Pandora», que tanto se airearon hace una o dos semanas, y no se ha vuelto a hablar de ellos. ¿Se han perdido como los papeles de Alcalá Zamora? ¿Han surgido recomendaciones de que mejor es «no menealla»? ¿Acaso algunos de los que se ven recogidos en las listas de Pandora han amenazado a los periodistas, a la prensa, con severos recortes si no se olvidan de ellos? ¿No han llegado a los jueces? ¿Los fiscales que tienen la obligación de vigilar esas cosas han mirado para otro lado?

Lo cierto es que parece que sobre esos papeles se ha extendido el velo de Helena, escondiendo o vaporizando los negocios opacos de 600 españoles y 35 mandatarios internacionales, pues ya no habla nadie de ellos. Ni siquiera El País, que ha participado en la investigación llevada a cabo por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, dedica espacios para comentar el tema. Ni se comentan las cantidades depositadas por importantes personalidades de todos los campos, ni se habla de los trapicheos de los despachos de abogado que se ocupan de estos quehaceres, ni se tienen en cuenta los ingresos que podían desprenderse para la hacienda pública al objeto de cubrir los desmesurados presupuestos de Pedro Sánchez que serán difíciles de defender si no se analizan con sensatez.

Nada, silencio en la noche... que diría Carlos Gardel.

¿Será que a nadie le interesa que se levanten las alfombras? ¿Ni a representantes de partidos políticos, ni banqueros, de personajes de la farándula, ni de ningún hatajo de defraudadores de Hacienda valiéndose de trucos o directamente saltándose todas las disposiciones al respecto.

Da la sensación de que si se intenta levantar alfombras se hallarán debajo también las trapisondas de los que están obligados a hacer la limpieza del país. ¡Pufff!

Tal como anda el mundo en estos momentos, conviene sacar a relucir todo lo bueno y lo malo para hacer dos montones al respecto, y elegir el que consideremos debe ser el que sirva para tomar de él lo necesario con el fin de continuar una vida decente, mejorada en todos los aspectos, y atemperada a los programas que pensemos han de ser puestos en circulación en bien de la comunidad y respondiendo de la mejor forma posible a los mandatos del Dios Creador.

Por ello nos atrevemos a traer hoy un botijo zoomorfo, localizado en la exposición que tuvo lugar en el Museo del Botijo de Argentona, Barcelona, los años 2009-2010, bajo la denominación de Botijo bestial, zoomorfo de la Edad de Bronce a Picasso. Porque, aunque parezca mentira, se han encontrado vestigios de que ya en la Edad de Bronce existía el botijo.