Los señores hablan de cosas…

11/09.- Sí, hay un proverbio inglés que, pragmático como por lo general son las gentes de aquellas tierras, dice: «Los señores hablan de cosas; los criados de personas»....

Publicado en el Nº 348 de 'Desde la Puerta del Sol', de 11 de septiembre de 2020.
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Los señores hablan de cosas…

Sí, hay un proverbio inglés que, pragmático como por lo general son las gentes de aquellas tierras, dice: «Los señores hablan de cosas; los criados de personas». Metidos en esas sabias palabras andan las gentes de la península Ibérica, encabezados por nuestros políticos, que, como no saben por dónde tirar para que se arreglen los problemas que tiene el país –si es que están interesados en ello, que, a veces, sus actuaciones y comportamientos ofrecen dudas–, se dedican a la cháchara. Para ello tienen abiertas todas las televisiones en los múltiples espacios dedicados a hablar unos de otros, a sacar a relucir la porquería que acompaña a no pocas personas que consideramos ilustres o famosas, incluso hay programas creados expresamente para guarrear con todo lo que se ponga por delante, refocilándose en variadas pocilgas, ya sea en una playa, en una casa preparada expresamente para ello, mostrando sus desvergüenzas los actuantes.

Y lo que se habla en esas tertulias sobre política la mayoría no baja de ser cotilleos, incertidumbres, mentiras, insultos, descalificación de los otros. Yo creo que no se salva nadie. En todo caso los que callan, que hay políticos de consejo de ministros o de escaño en el Parlamento o Senado que no han abierto la boca ni para votar ya que esto lo hacen manualmente y los primeros no tienen oportunidad ya que Pedro les da las cosas hechas para que no hagan el esfuerzo de pensar. Eso si es que realmente les ofrece algún proyecto a desarrollar en bien de la nación y los españoles que, ya se sabe, es lo que fundamentalmente nos preocupa a la mayoría.

Porque, por ejemplo, Pedro viene intentando chantajear a la oposición con la necesidad de apro-bar los presupuestos anuales para poder disfrutar de las cantidades concedidas por la Comisión Europea, y ahora nos enteramos que es una trola más de las que el trata de meternos. Hasta nosotros nos lo habíamos creído, lo que viene a confirmar que tampoco somos unos linces. Más que el error en el que habíamos caído nos pesa el haber estado poniéndolo de manifiesto como verdad inquebrantable. Y no; resulta que no tiene nada que ver el presupuesto con las ayudas por la pandemia.

Y por si hay alguna duda, nos lo han aclarado la propia señora Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, aclarando que una cosa son los Presupuestos y otra el Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia que España debe presentar a partir del 15 de octubre, en el que está trabajando intensamente la señora Calviño tratando de salvar los escollos que la pone el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en su empeño de imponer sus criterios pese a que la señora von der Leyen también ha dicho, con suma claridad, que tanto de los presupuestos como del Plan de Recuperación, deben estar excluidas las alegrías del señor Iglesias, al que no tienen en demasiada estima por aquellos lares.

En general, como dice el proverbio inglés, los señores hablan de cosas, y en ellas deberían estar nuestros políticos. Incluido, naturalmente, Pedro Sánchez que no da una a derechas y más parece que se comporta como los criados. Hablando con Casado, pero más enérgicamente cuando suelta sus homilías, pone a caldo a todos los que tienen un concepto distinto de los presupuestos generales del Estado por cuanto, los que viene preparando el presidente del Gobierno desde que asaltó La Moncloa, son considerados como una broma de chamarilero alejados de lo que debe ser un proyecto serio para sacar a España de la zarza en que está metida; a cambio de proyectar y exponer ese trabajo serio, expande la aseveración de que no son hombres de Estado todos aquellos que no siguen sus instrucciones, que son muchos; olvidando los tiempos en los que él hacía otro tanto con el mantra que Iván le había preparado a la sazón y que repetía con abrumadora insistencia: «no es no». Y lo decía conciso, pronunciando perfectamente. Y de ahí no había quien lo sacara.

¿Por qué ha cambiado de criterio? No debe extrañarnos, es su natural. Además, lo que ya es más hilarante es su empeño de pedir aprobación de unos presupuestos que ni siquiera existen y ni ha sometido a sus compadres.

Eligiendo entre los botijos que encontramos, hoy hemos optado por uno que puede dar ánimos a los chicos del PSOE de Pedro Sánchez, que ya sabemos no es el PSOE tradicional por más que los seguidores del partido de los ciento y no sé cuántos años se muestran acobardados y no salen a la palestra con las ideas y deseos que sueltan por lo bajini, aunque algún gallito se atreva a decirlo en voz alta. Esta pieza, que recibimos a través de «Dedicarte», aunque desconocemos quién es el verdadero artista del barro, presenta un botijo de hechura normal en no pocos alfares con la decoración de un clavel. Con él vamos a hacer nuestra ronda diaria por los madriles con el fin de confeccionar una estadística de cuántos echan en falta la mano sujetando el clavel, o a cuantos se le ha olvidado ese detalle. Probablemente oiremos la voz de algunos señores, aunque tememos que las que más oiremos serán las de los criados.


 

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