Cerrado por quiebra

28/FEB.- Da repelús cuanto lees o escuchas que en España se cierran diariamente 215 establecimientos como nos informaba la tele el domingo...


​​Publicado en la revista El mentidero de la Villa de Madrid núm. 725 (28/FEB/2023), continuadora de Desde la Puerta del Sol. Ver portada El Mentidero en La Razón de la Proa (LRP) Recibir el boletín de LRP.​

Da repelús cuanto lees o escuchas que en España se cierran diariamente 215 establecimientos como nos informaba la tele el domingo. No es nuevo de estos días pues el chorreo empezó en tiempos de la pandemia del covid debido a lo mal que nuestros gobernantes enfocaron la situación. Cosa que continuó hasta nuestros días por cómo están llevando la economía, los flecos de la pandemia y el abandono total de cómo han de enfocarse los asuntos del país.

La tele no oficial nos da periódicamente la información de este hecho tan luctuoso, cosa que lamentablemente vemos se produce en nuestro barrio, en cualquiera de ellos de nuestra ciudad y en España entera. ¿Cuántos establecimientos comerciales han echado el cierra en estos últimos tiempos? ¿Cuántos comerciantes se han arruinado y han tenido que irse a casa sin contar con el estipendio que le producía el negocio? ¿Cómo es posible que hasta una panadería tenga que apagar los hornos porque el producto que llega a vender no cubre los gastos de funcionamiento del ejercicio de la profesión? Y en este descalabro entran todo tipo de negocios, industrias, fábricas, talleres, etc.

¿Y quién ha escuchado alguna palabra sobre el tema de las lumbreras que nos gobiernan, de alguien de los veintidós primeras fila, de los segundones que para algo deben estar, de toda la retahíla que tanto grita sobre el aborto, el género, el tema trans, de los sindicatos, etc.? Aunque uno ande con sonotone, lo cierto es que a sus oídos no ha llegado ninguna queja al respecto. Desaparece poco a poco la estructura comercial del país, aumentan los parados, y se desequilibra profundamente la economía en el último escalón que es el que da origen al resto de los peldaños.

Mientras España se deshace en sus campo empresarial, la ministra Nadia trata de convencernos de que España está como nunca, lo que transmite a los miembros de la UE mientras miran para otro lado; Yolanda se empeña en subir los sueldos a todo quisque sin pensar que eso puede hundir más a las empresas y que lo que hay que hacer es que éstas cada vez tengan más trabajo para que puedan contratar más personal; en esa línea, el presidente Sánchez goza anunciando que va a repartir subvenciones entre familias, estudiantes, y aquello que se le ocurra cada día, cuando debería estar pensando en todos esos comercios que se cierran; Pilar Alegría mantiene su sonrisa asegurando que la enseñanza en España es la adecuada, cuando la universitaria anda por el puesto trescientos del ranking mundial, y en la primera enseñanza desaparecer asignaturas básicas para proporcionar una formación cardinal a los alumnos; Ione Balarra, junto con Irene Montero, se empeña en defender leyes mal redactadas que tratan de cambiar cómo hemos nacido y cuál es nuestro destino en la vida; sin extendernos más, pues todos los ministro, junto a su presidente, merecen se les recuerde qué es lo que deberían hacer, si es que saben qué, en lugar de estar gastando el dinero en perogrulladas que solo conducen al descalabro, como estamos viendo.

Sentimos la pérdida del pequeño comercio en el que cada día comprábamos lo preciso, del taller que nos solucionaba los problemas que nos surgían en casa, de las pequeñas industrias que eran complementarias necesarias de las grandes, echamos en falta ese «tejido» que rellenaba todos los huecos de nuestras necesidades. ¿Por qué? Porque se los han cargados estas insignes lumbreras que nos gobiernan.

Aunque tenemos fe y siempre nos queda la esperanza de ver cómo caen los desperdicios por el terraplén lo que da paso para reconstruir todo aquello que han machacado con ánimos perversos y ambiciones egoístas y personales.




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