El señor Milei, flamante presidente de la República de Argentina, está de moda. Su juventud, su desparpajo (¡viva la libertad, carajo!) y su oferta de que el imprescindible ajuste de la maltrecha economía argentina recaiga sobre el Estado, y no sobre la gente, ha provocado ilusionadas expectativas. Ha asistido al Foro de Davos, confraternizando con lo más florido del liberalismo y del capitalismo. Y con su habitual grito contra la justicia social y el sindicalismo ha alabado el sistema de liberalismo económico iniciado por Adam Smith y el propio capitalismo como única vías para el desarrollo y el crecimiento económico, tan ansiado en ese país hermano, antigua novena potencia económica... hace más de un siglo.

Milei ganó las elecciones de noviembre de 2023 con su partido La Libertad Avanza, con en 55% de los votos emitidos frente al 45% del señor Massa con su partido de la Unión por la Patria, declarado formalmente peronista, aunque de la facción de los Kirschner. Facción "kirschnerista" abiertamente socialista, que, como tal ha sido apoyada por nuestros Zapatero, Monedero y Garzon.

Para muchos españoles, el recuerdo imborrable de Juan Domingo Perón -el "original"- va unido a su casi solitario apoyo a la España de 1947, aislada tras una atroz guerra (vil, la retirada de los embajadores, la expulsión de la ONU, el bloqueo económico…) Perón, con su envío de trigo y carne, evitó literalmente la muerte por inanición de muchos españoles. Y muchos españoles, aún, no lo olvidamos.

Resulta al menos curioso que en España, muchos ultraliberales y de la denominada extrema derecha aplauden la victoria del ultraliberal Milei. Y por otro lado, muchos nacionalsindicalistas, joseantonianos, añoramos al peronismo original. Sí, porque Perón fue símbolo de la Argentina moderna, romántica, tradicional y laboriosa y líder carismático excepcional, capaz de llevar a la Argentina la revolución nacionalsindicalista. Tras unos comicios limpios, en 1946, logró el pleno empleo; consiguió una decente distribución de la riqueza; introdujo el voto femenino y afrontó grandes obras públicas.

Perón fue destituido en1955 por un golpe en el que participaron nacionalistas, militares e incluso parte de la Iglesia argentina. Y vivió en Madrid hasta 1972, en que volvió a la Argentina. En Madrid convivió con muchos falangistas, como Fox, Raimundo, Nemesio, Garcia Serrano, Giménez Caballero, Pilar...

En sus escritos y discursos usó con frecuencia textos joseantonianos, como La hora de los enanos y sobre la estructura del Estado sindical. Y su pensamiento trascendió a muchos, como a Pavón o al jesuita Castellani (profusamente mentado por el famoso articulista y novelista Juan Ramón de Prada).

Posteriormente su nombre ha sido utilizado por los supuestos peronistas Kirschner (Néstor, Cristina, Massa ), los cuales solo han utilizado parte de su visión izquierdista de la política. Perón, como nosotros, tiene una visión binocular, con ambos ojo. Una política de síntesis.

No llegó a conocer personalmente a José Antonio, pero muchos creemos en la Comunión de los Santos. Murió en 1974… Y nació el mito.