Nuestra trocha es un atajo

8/FEB.- En el XXV aniversario de la creación del Grupo de Veteranos de la OJE en Cataluña.


Publicado en su núm. 244 de la revista Trocha, de febrero de 2023. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa. Para recibir el boletín de Trocha

Nuestra trocha es un atajo

Transcurridos 25 años procede conmemorar con orgullo la creación del Grupo de Veteranos de la OJE en Cataluña. Satisfacción y orgullo de la decisión adoptada. El compromiso adoptado por un grupo de camaradas veteranos.

Si, son cinco lustros, nuestra nave sigue procelosa su singladura en medio de un mar encrespado, y crispado, por vientos contrarios. La navegación en esta larga noche puede no dejarnos ver la proa desde el timón. La muerte terrenal ha llamado a una parte de los camaradas. Pero el timón se mantiene firme en las manos de los que no han recibido esta llamada. Cierto que es noche sin luceros visibles, pero nosotros sabemos que por encima de las nubes tormentosas lucen para la eternidad.

Si larga y triste noche, pero recordemos que hace 500 años a una noche triste sucedió la batalla de Otumba. Tomemos como bueno que Cortés, dicen que, de lágrima fácil, lloró en un árbol al ver que no llegaban más soldados españoles. Si nuestro héroe hubiera sucumbido al lloro fácil los tlaxcaltecas no se hubiesen aliado con él.

Tomemos Otumba como memorial, recordemos a las mujeres soldado que miraron al frente de la llanura de Otumba y en ningún momento a su espalda.

María de Estrada que había llegado a Nueva España siguiendo a su hermano Francisco que había sido grumete de Colon. Isabel Rodríguez era esposa de un soldado. Luchó en primera línea y después de la batalla propuso a Cortés la creación de un cuerpo de enfermería estable que siguiera siempre a los militares. A Cortes le pareció acertada la idea e Isabel organizó, coordinó y entrenó a voluntarias españolas e indígenas aliadas para desempeñar esta función. Con los testimonios de antiguos compañeros de armas y pacientes, solicitó a la Corona de España el título de médico honorario, y consiguió la autorización para ejercer la medicina en todas las tierras de Nueva España.

Recordemos, sobre todo a los hispanistas británicos, que por aquellos tiempos la profesión de médico estaba limitada a los varones en todos los reinos de Europa. Ellas miraron al frente y cargaron contra el enemigo que quería arrancarles el corazón palpitante. Ellas no pidieron perdón, nosotros tampoco. Como ellas celebramos con orgullo y sentimiento de satisfacción por lo realizado.

Nuestra trocha es un atajo, tenemos otros 25 años para seguir caminando.

VQS