SEMBLANZAS

Rafael Sánchez Mazas.

Probablemente, si no fuese por su condición de falangista, lo que hoy día es denostado desde la cultura dominante, unos por socialistas y otros por vergonzantes, estaría hoy presente en la mayoría de los libros de texto de literatura española.

Publicado en la revista Gaceta de la FJA de NOV/2021. Ver portada de la Gaceta FJA en La Razón de la Proa (LRP). Recibir actualizaciones de LRP.​​​

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Rafael Sánchez Mazas.

«A la victoria que no sea clara, caballeresca y generosa, preferimos la derrota»


Esta frase pertenece a La oración a los caídos de Rafael Sánchez Mazas, hombre profundamente católico y personaje esencial en la historia de la Falange, y muchas veces olvidado por quienes la reivindican.

La oración a los caídos respondió en su día a la idea de rendir homenaje a tantos camaradas asesinados por socialistas, comunistas y anarquistas, mediante una especie de responso en honor de los caídos para que con palabras sencillas, sentidas y profundas se mostrase lo que debería de ser un falangista, siendo un texto esencial de la ética y la estética falangista.

Hace pocos años Sánchez Mazas volvió a estar en boca de muchos gracias al libro de Javier Cercas Soldados de Salamina, así como por la posterior película que basada en el libro rodó David Trueba, siendo la protagonista Ariadna Gil.

La historia narraba su fallido fusilamiento en Santa María del Collell, Gerona, por milicianos comunistas así como su posterior fuga y refugio en tierras catalanas hasta ser encontrado por las tropas nacionales, todo ello contado por un periodista, una chica en la película, que descubre la historia, la investiga y se entrevista con personajes o que la vivieron, la conocieron o eran parientes de los que lo hicieron.

En Santa María del Collell murió asesinado Roberto Bassas, abogado, y jefe territorial de la Falange catalana. Los hechos ocurrieron en enero de 1939, a tres meses del final de la Guerra Civil.

Rafael Sánchez Mazas, un año después de finalizada la guerra civil, desengañado de casi todo, abandonó la actividad política, dedicándose por entero al periodismo y la literatura. Había sido delegado del Servicio Exterior de FET de las JONS y ministro sin cartera del Gobierno de Franco en cuyas reuniones se aburría hasta el punto de dormirse. Cesó en agosto de 1940.

No obstante durante el tiempo que duró la Falange primigenia, tuvo el carné nº 4 de la organización, fue un activo militante, cuya pluma estuvo siempre presente en las páginas de FE y del Arriba, siendo uno de sus ideólogos y, junto a José Antonio Primo de Rivera, Dionisio Ridruejo, Agustín de Foxa, José María Alfaro, Pedro Mourlane y Jacinto Miquelarena, coautor del himno de Falange el Cara al Sol.

Bastantes años antes había sido corresponsal del diario ABC en Italia, en donde conoció a su futura mujer Liliana Ferlosio viviendo en primera fila el auge del fascismo. De esa unión nacieron cinco hijos siendo los más conocidos el cantautor Chicho Sánchez Ferlosio y el también escritos Rafael Sánchez Ferlosio, autor de la célebre novela El Jarama, que obtuvo el premio Nadal en 1955.

La faceta de Rafael Sánchez Mazas como literato, miembro de la Real Academia Española aunque nunca llegó a tomar posesión de su puesto, está estimada por los críticos como de gran calidad literaria y original. Destacan los expertos dos obras por encima de todas, La vida nueva de Pedrito Andía, de la que dicen fue una obra de carácter juvenil y nostálgico, en donde demostró tener un amplio y extraordinario conocimiento del lenguaje así como poseer una gran capacidad para retratar psicológicamente a sus personajes; y Rosa Kruger, su obra maestra, escrita esta última durante su cautiverio en la guerra civil estando refugiado en la embajada de Chile, en Madrid, al principio de la contienda.

El libro describe una historia de amor entre dos jóvenes, y dicen también los críticos, que hizo de su narración una forma de evasión que obvia el tiempo y recrea un mundo imaginario, por medio del cual se ausentó de los trágicos momentos que vivió mientras escribía la novela.

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Probablemente, si no fuese por su condición de falangista, lo que hoy día es denostado desde la cultura dominante, unos por socialistas y otros por vergonzantes, estaría hoy presente en la mayoría de los libros de texto de literatura española. Y lo mismo les pasaría por ejemplo, a Rafael García Serrano, a Samuel Ros y a Ignacio Agustí, grandísimos escritores falangistas agraviados por ostentar esa condición, a pesar de ser cada cual con su estilo y características grandes escritores españoles del siglo XX.

El Sánchez Mazas falangista dejó escritas ingentes páginas que trataron de configurar el ser y el pensar del falangismo, mediante los que influyó de una manera determinante en el propio José Antonio que hablaba no solo de la manera de pensar sino de la importancia de la manera de ser, del estilo, jugando ahí Sánchez Mazas un papel esencial.

Vayan a modo de muestra algunas de sus frases:

«Nuestro amor a la patria no es oscura memez apegada a la estrecha y espesa parvedad aborigen, sino incesante esfuerzo para que se agigante y aligere. No es un patriotismo de hormiguitas lugareñas ni un empequeñecido filius loci (hijo del lugar), sino filius temporis (hijo de la época), gran hijo del tiempo, vástago fuerte y grande y universal respiro, formado en todos los grandes tiempos de España, que se han conjugado con el alma del mundo. Sabemos que ante nosotros esas hormiguitas, tan tradicionales, no quieren otra cosa con su aspaviento sino salvar su menguado transporte social – económico» (FE nº 1, 7 de diciembre de 1933)

«Nadie es mas libre que quien renuncia libremente a una parte de su libertad. Así nuestra doctrina es de renuncia. Los nuestros se imponen el sacrificio, que es señorío de si propio y logro de la mejor investidura: servir. Solo se es libre del todo cuando se sirve. Solo alcanza completa dignidad de hombre quien se aviene a ser pieza puntual, disciplinada, en el cumplimiento de una gran empresa. Servicio y sacrificio deparan los goces de mejor calidad: aquellos que ignoran los perezosos, los vanidosos y los cucos» (FE nº 2, 11 de enero de 1934)

«Se debe partir del concepto de unidad de destino. La definición de que la Falange ha partido es la exacta. Es la única que rige sin error la historia y la filosofía. En ese punto de partida se armoniza el fin de la Patria con la universalidad y el fin último y sobrenatural del hombre. Y todos los errores de tipo racista, nacionalista, materialista o utilitario se eliminan. Decir unidad de destino equivalen a decir que la Patria no es el territorio, ni la raza, sino la unidad de destino orientada hacia su norte universal» (Arriba nº 1, 21 de marzo de 1935)

«Insistid en el menosprecio de la política de partidos. España entera va marcando la desilusión de los que aparecen como programas redentores y no son mas que sucios banderines de enganche. La primera condición para ser creídos por el pueblo mil veces engañado es decirle: “No venimos a buscar tus votos”. Insistid en el menosprecio de los partidos. Fomentad la desilusión de los partidos por toda España» (Arriba nº 7, 2 de mayo de 1935)

«Partía la Falange de una concepción total del mundo y del hombre, de una concepción clásica y cristiana, que asumimos por entero en sus imperativos de hoy frente a la realidad histórica. Con esto, cuando hablaba ya el Jefe Nacional en el acto de la Comedia de unidad de destinos, leyes de amor y de guardia bajo las estrellas, en todo ello iba ya implícita una manera de concebir a Dios y el mundo, el cielo y la tierra, el espíritu y el cuerpo, la idea y el hecho, y, a la vez, la convicción inseparable de que la vida humana debe ser regulada por una sabiduría que la trasciende, por fines que la trascienden y, en primer lugar, por una sabiduría divina, por un Dios ordenador, sin el cual no concebimos ni la naturaleza ni la historia. ¡Y esta si que es cuestión de régimen! Crear un movimiento español que, partiendo de estos contornos clásicos y cristianos de la vida, se aviase desde un alto sentido tradicional y universal a un alto sentido moderno y patriótico de España. Constituía nuestro empeño».

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