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Lo bueno nunca es fácil, lo fácil nunca es bueno

No tiene que producir extrañeza que en el actual ejecutivo del Gobierno de España, una ministra no sepa lo que es un epiceno, que otra ministra confunda Felipe IV de Castilla con el actual Rey de España, o que el propio presidente del Gobierno no ssepa que una soldada es el haber del soldado.

Lo bueno nunca es fácil, lo fácil nunca es bueno


Recientemente el Gobierno ha aprobado, sin consenso entre las diferentes fuerzas políticas, la ley de la eutanasia. A banda de los eufemismos políticamente correctos en los que han fundamentado su justificación, lo cierto es que, ante un enfermo grave, incurable o con sufrimiento intolerable, lo fácil para terminar con su dolencia es matarlo.

Lo mismo sucede con el aborto, si una mujer se queda embarazada, en el caso de los embarazos no deseados, lo fácil es matar el feto en el vientre de su madre y así terminar con lo indeseado.

Cuando las políticas de empleo son ineficaces, lo fácil es dar a las personas en situación de carencia de recursos el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y crearles una dependencia económica con el Estado e inconscientemente, convertirlas en víctimas del voto cautivo para evitar posibles cambios.

Si alguien busca vivienda, lo fácil es ocupar la propiedad de otra persona, sabiendo el ocupante, que según las circunstancias, queda totalmente protegido por ley.

Cuando los alumnos presentan baja motivación o dificultades de aprendizaje, lo fácil es hacerlos pasar de curso o que logren la titulación con asignaturas suspendidas, provocando así un retraso de aprendizajes.

Cuando no se sabe qué es un epiceno, lo fácil es cometer yerros gramaticales como los que verbaliza la actual ministra de igualdad, que además, para más inri, acaban siendo publicados en el BOE; o bien, cuando una diputada del Parlamento no sabe leer los números romanos, lo fácil es, como hizo el pasado día la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, llamar hasta en dos ocasiones Felipe IV al actual jefe del Estado, Felipe VI, o que, el presidente del Gobierno en un acto público de carácter internacional hable de soldados y “soldadas”, sin conocer el significado de este último término. Y así, un largo etcétera vinculado a la izquierda sanchista.

En el caso de la eutanasia, los médicos, vulnerando su juramento Hipocrático, serán los responsables de matar al paciente que solicite esta alternativa, para luego certificar su fallecimiento como muerte natural, según la citada norma. Lo cierto es, que, a un paciente afectado por una patología grave, incurable o con sufrimiento intolerable, si se le administra un adecuado tratamiento paliativo, tendrá una calidad de vida razonable, de lo contario, lógicamente, inducirá la posibilidad de que opte por pedir que lo maten.

En el caso del aborto, una eficaz y pedagógica política anticonceptiva, puede evitar la gran mayoría de embarazos no deseados y, por ende, el sacrificio de fetos a los que se les quita el derecho a seguir viviendo por decisión de su madre. Añadir en este sentido, que unas buenas políticas sociales para potenciar la natalidad, tan necesaria en nuestra pirámide poblacional, es la alternativa en caso de embarazos no deseados, así como un apoyo integral para aquellas madres jóvenes o con problemática social que lo necesiten para seguir con el embarazo y posterior crianza de su hijo.

La incentivación del empleo con políticas de contratación motivadoras para las empresas, la formación eficaz de los desempleados para su incorporación a los nuevos nichos de trabajo, el control estricto de la economía sumergida y el fomento de la búsqueda activa de empleo, es la alternativa para evitar que cada vez más personas tengan que depender económicamente de las dávidas del Estado, adaptándose a estas y conformándose a no volver al mundo laboral.

La construcción de viviendas de protección oficial necesarias y los alquileres sociales, es la opción sensata y resolutiva frente al fomento de la ocupación de viviendas como alternativa para tener una morada.

Respecto a la ley de educación, esta debería ser consensuada por todas las fuerzas políticas estatales para darle estabilidad y poder garantizar, a su vez, los mismos derechos y niveles educativos de todos los discentes del territorio español.

Las dificultades de aprendizaje requieren una buena y eficaz atención a la diversidad de los alumnos, que garantice que todos ellos puedan lograr con su esfuerzo y singularidades el éxito escolar.

Con la nueva ley de educación, solo se conseguirá desmotivar la cultura del esfuerzo y bajar el nivel de competencias educativas del alumnado, y por ende, empeorar más las puntuaciones de las próximas pruebas PISA de la OCDE.

En este sentido, no tiene que producir extrañeza que en el actual ejecutivo del Gobierno de España, una ministra no sepa lo que es un epiceno y verbalice barbaridades lingüísticas, que otra ministra no sepa quién fue Felipe IV de Castilla y que lo confunda con el actual Rey de España o que el propio presidente del Gobierno, haga el ridículo internacional al no saber que una soldada es el haber del soldado, pero es que lo bueno nunca es fácil y lo fácil nunca es bueno.