Huellas de nuestro paso

La OJE en Lisboa – 1963

Una numerosa expedición de la OJE se desplazó a Portugal, a finales de julio de 1963, para realizar un acto de solidaridad con nuestros vecinos peninsulares y ofrecer al presidente de la República portuguesa la Medalla de Oro de la Juventud.


Publicado en el boletín Trocha núm. 211. Febrero de 2020
Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
Ver portada de Trocha en La Razón de la Proa

La OJE en Lisboa – 1963

Con el andar del tiempo, y el bien hacer, la Organización Juvenil Española se ha ido proyectando poco a poco en el exterior, ofreciendo su verdadera imagen y dándose a conocer en múltiples ámbitos relacionados, principalmente, con los movimientos juveniles.

Creemos que la convivencia con personas de distintos países es una buena manera de fomentar la amistad y la cooperación entre los pueblos. Esas son las razones principales, a no dudar, de las actividades internacionales de nuestra Organización.

La primera actividad realizada en el extranjero, por una OJE en plena génesis, consistió en la celebración de un intercambio con boys scouts ingleses, durante 20 días del mes de agosto de 1959, cuando todavía se estaban ensayando las estructuras, contenidos y formas que debían configurar la nueva Organización Juvenil del Frente de Juventudes (1).

Poco tiempo después, durante el verano de 1960, una expedición de muchachos españoles acudió a Italia, visitando Venecia; otros se desplazaron a Francia y, por último, un grupo de afiliados acudió Portugal, donde participaron en los actos de conmemoración del IV Centenario de Enrique el Navegante.

Posteriormente, ya entrados en fase de madurez o mayoría de edad de la Organización, se fueron prodigando este tipo de actividades internacionales por considerar que las mismas aportaban una buena dosis de formación a nuestros afiliados.

Desde que la OJE pasó a relacionarse con la Confederación Europea de Escultismo (CES) los encuentros y convivencias con jóvenes de otros países se puede decir que ya se convirtieron en algo normal.

Pero, hoy corresponde hablar de una actividad internacional un tanto especial por su significado político y, también, por la importancia del número de afiliados movilizados. Se trata de la expedición de la OJE que, a finales de julio de 1963, se desplazó a Portugal para realizar un acto de solidaridad con nuestros vecinos peninsulares y ofrecer al presidente luso, almirante Américo Thomas, la Medalla de Oro de la Juventud.

En efecto, 1.050 muchachos de la Organización Juvenil Española participaron en esta extraordinaria expedición (la más numerosa que se ha realizado al exterior hasta la fecha), a cuyo frente figuraba el delegado nacional del Frente de Juventudes, Eugenio López López.

La OJE, entonces, estaba plenamente integrada en las estructuras del Estado a través del ministerio denominado Secretaría General del Movimiento y, ello, como es natural, condicionaba notablemente su autonomía en todos los órdenes. Los objetivos políticos y formativos venían dictados por las autoridades del Estado y, en función de las necesidades consideradas por éstas, la Organización tenía que acomodarse a ellas.

En aquellos momentos Portugal estaba manteniendo una importante actividad bélica en sus colonias. Varias bandas insurgentes, con el apoyo de diversos países de la órbita comunista –singularmente Cuba– apoyaban activamente a los llamados movimientos de “liberación nacional” en Angola, Mozambique y otros territorios administrados por Portugal, y, tanto en el seno de la ONU, como en muchos medios de difusión internacionales, arreciaba la campaña contra el Estado luso urgiéndole al abandono de dichas colonias.

Eran los tiempos finales de la época de la llamada descolonización, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas poco después de la finalización de la II Guerra Mundial.

Dadas las circunstancias políticas señaladas y, atendida la vigencia del Pacto Ibérico, firmado años atrás por los gobiernos de los dos estados peninsulares, se consideró oportuno que una embajada compuesta por jóvenes de la OJE visitara la capital del país vecino, se hiciera notar públicamente y, como símbolo de amistad y apoyo al pueblo portugués, entregara al presidente de la República, la medalla antes mencionada.

La ceremonia de entrega de la distinción, celebrada públicamente, contó con la presencia de autoridades portuguesas y españolas y numerosos ciudadanos.

Los 1.050 afiliados de la OJE, que se encontraban acampados en las inmediaciones del Estadio Nacional, de Lisboa, se trasladaron al parque de Eduardo VII y recorrieron, desfilando, la avenida de la Libertad, las plazas de Restauradores y de Rocío, así como la rua Aures, para terminar en la plaza del Comercio, donde estaban situadas las autoridades.

Abría la marcha una escuadra de gastadores con banderas de los dos países, seguida de una banda de cornetas y tambores. Iban, después, las distintas unidades con sus guiones y banderines y, al frente de cada una de ellas, sus respectivos mandos y capellanes.

Como dato curioso cabe señalar que, al pasar frente a la tribuna los últimos muchachos españoles, se incorporaron al desfile los afiliados de las Mocidades Portuguesas que allí se encontraban.

Este acontecimiento tuvo, en aquellos momentos, una importante repercusión en la prensa portuguesa, destacando, especialmente, la ceremonia de imposición de la Medalla de Oro de la Juventud al presidente de la República portuguesa.

En su discurso el almirante Américo Thomas recordó los difíciles años por los que España atravesó en lucha contra la incomprensión del mundo, señalando que también Portugal vive ahora momentos delicados que finalmente sabrá superar, porque la razón está de su lado.

Una vez finalizado el acto oficial nuestros afiliados visitaron el parque zoológico de la capital y, por la noche, como término de la jornada de confraternización juvenil luso-española, se celebró un fuego de campamento, durante el cual se recitaron poesías, se entonaron canciones y se intercambiaron obsequios.

A dicho acto asistieron los jefes y delegados de las organizaciones juveniles de los dos países hermanos.

El día 1 de julio, al amanecer, los miembros de la expedición de la OJE iniciaron su regreso a España. Habían cumplido un importante servicio.


Ver TROCHA Nº 178, de febrero  2017.- Los pioneros de la OJE en Gran Bretaña