HUELLAS DE NUESTRO PASO

Marcha volante “Independencia”

En agosto de 1956, seiscientos muchachos de las Falanges Juveniles participaron en una marcha volante que partió de distintos lugares de Cataluña, para unirse todas las expediciones en Montserrat y ofrendar su devoción a la Virgen.


Publicado en la revista Lucero, núm. 143, 2º trimestre de 2021. Editado por la Hermandad Doncel - Barcelona | Frente de Juventudes. Ver portada de Lucero en La Razón de la Proa.

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Formación de todos los participantes en la marcha volante en la explanada del monasterio de Montserrat y entrada en columna de tres a la misma explanada.
Marcha volante “Independencia”

Marcha volante “Independencia”


Es posible que actualmente algún lector se haga la pregunta qué es una marcha volante y, desde luego, con toda razón, porque esta modalidad de marcha, muy común en el seno de las extintas Falanges Juveniles de Franco (FF.JJ. de F.), hoy es prácticamente desconocida.

Pero lo cierto es que pocas diferencias hay entre la marcha volante y la llamada ruta o campamento volante. En todos estos casos se trata de seguir un itinerario, caminando, para cumplir unos objetivos determinados. Normalmente la marcha volante se realiza a lo largo de varios días, cuya duración puede ser variable en función de los objetivos marcados, disponibilidades de tiempo, material a utilizar, dinero, etc. y, por supuesto, los participantes en este tipo de actividad tienen que ser jóvenes fuertes y con cierta preparación física. Lo normal es que las etapas se cubran a un promedio de 30/40 km diarios, en función de los metros de desnivel a superar y la temperatura previsible.

Los objetivos de este tipo de marcha pueden ser muy variados, pero casi siempre tienen una causa final de cierto realce o importancia, como la Ruta Jacobea, por ejemplo. Sin embargo, todas las rutas o marchas volantes tienen también asignados otros objetivos secundarios que forman el plan de actividades y, en conjunto, constituyen la estructura de la misma. Dentro de la gran actividad, que es la ruta en sí, también se desarrollan otras específicas que, en definitiva, vienen a ser el contenido, de tal forma que, a lo largo de las jornadas, en función del plan general de actividades, se pueden realizar acciones destinadas a la propaganda, conocimiento de la historia (hechos, lugares, geografía,…), educación física o cubrir objetivos políticos.

Siguiendo con esa ya consolidada tradición, llegado el mes de agosto de 1956, las delegaciones del Frente de Juventudes de Barcelona, Tarragona, Lérida, Baleares, Castellón de la Plana y Huesca, decidieron llevar a cabo una actividad extraordinaria, consistente en la realización de diversas marchas volantes que, partiendo de sus respectivas provincias, deberían coincidir, diez días más tarde, en Monistrol. Una vez reunidos en esa población, todos juntos subirían en peregrinación hasta el monasterio de Montserrat.

Como decíamos anteriormente, todas las actividades de Juventudes tenían un fin formativo y, ésta, no iba a ser la excepción. Preguntado por un periodista sobre cuál era la finalidad de las marchas volantes, el jefe de la expedición de Barcelona, José Antonio García Sáenz, le respondió:

Tienen un claro objetivo: que la juventud española pueda conocer todos los rincones de la Patria. Y, con este conocimiento, amar más a España.
¿Y cómo fin inmediato?
Completar la formación de los camaradas que integran la Unidad juvenil en marcha, así como también dar a conocer, en los pueblos visitados, nuestro estilo y nuestra Organización con el fin de realizar labor de proselitismo y captación.

Tal como hemos apuntado anteriormente, esta marcha volante de las FF.JJ. de F., de Barcelona, llamada Independencia, iba al mando del oficial instructor de Juventudes anteriormente citado y, lógicamente, los participantes eran guías o cadetes mayores, pues la dureza del camino a recorrer no la hacían apta para el grado de Flechas. No olvidemos que, en este caso, se trataba de caminar durante diez días (entre el 20 y el 30 de agosto) haciendo el siguiente itinerario:

Inicio en Tarragona, con visita a la Universidad Laboral “Francisco Franco”, y posterior traslado a La Espluga de Francolí; allí, en realidad, dio comienzo la auténtica marcha, pues, desde Barcelona hasta La Espluga, se había realizado el viaje en tren. Desde dicha localidad, ya caminando, se siguió la siguiente ruta: Poblet - Montblanc - Santas Creus - Querol - Santa Coloma de Queralt ━donde la marcha tendrá un día de descanso━, Capellades, por San Martín de Tous - Castellolí y, Monistrol, desde donde se iniciaría el ascenso, ya en peregrinación, hasta el monasterio de Montserrat.

Las actividades específicas no tenían gran diferencia con las que se realizaban en los campamentos fijos, pero había que adaptarlas a unos horarios y situaciones especiales; el fuego de campamento, por ejemplo, se transformaba en un espectáculo para el pueblo visitado y las charlas o clases se impartían en lugares perfectamente visibles y de libre acceso para los jóvenes lugareños que desearan participar. En definitiva, se trataba de dar a conocer la naturaleza y el estilo de las juventudes falangistas de la época. Las canciones, lógicamente, eran un medio indispensable para esa apertura al exterior y abundaron, en todo momento, durante las marchas.

Para atender adecuadamente a los afiliados participantes se contó con un razonable cuadro de mandos y dirigentes, más los capellanes y un médico, sin olvidar, lógicamente, al insustituible cocinero y pinches, que, junto con toda la impedimenta y víveres, seguían la ruta montados en un camión. Como dato curioso (cosas de la época) hay que señalar que a esta marcha se había unido el fotógrafo del diario La Vanguardia Carlos Pérez de Rozas, que, por lo visto, era un fervoroso simpatizante. Aunque en la crónica disponible no consta, quien firma la presente sabe, por propia experiencia, que, en este tipo de actividades, la improvisación y la fortuna son elementos fundamentales para el buen éxito del proyecto. No conocemos como se realizaban las pernoctas, pero cabe suponer, razonablemente, que donde no hubiese local adecuado para ello plantarían las consabidas tiendas de escuadra.

El jueves, 30 de agosto de 1956, cerca del mediodía, seiscientos cadetes y guías de las FF.JJ. de F. se concentraban en Montserrat para postrase a los pies de la celestial Patrona de Cataluña, tras una marcha peregrinación de diez días de duración. Para unirse a los afiliados se desplazó el secretario nacional del Frente de Juventudes Carlos García Mauriño, que fue recibido por diversas autoridades y jerarquías, entre estas el delegado accidental del Frente de Juventudes de Barcelona, José López de Miguel, el padre Vila, asesor religioso, y José Antonio Ramírez, jefe de las FF.JJ. de F. de Barcelona.

Llegados todos los expedicionarios al recinto del monasterio, entraron en la basílica y se procedió a la celebración de la santa misa, oficiada por el arcipreste de Cornudella, don José M.ª Franquet, que acompañaba a la expedición de Tarragona; durante la misa, el secretario nacional del Frente de Juventudes pronunció una ofrenda en nombre de los afiliados de la Organización, destacando el sentido de las marchas por etapas, calificándolas como:

Un quehacer misionero sobre la Patria, en la parcela entrañable de la juventud, una motivación espiritual profundamente católica y nacional que ha dado contenido a la andadura sencilla.

Continuó señalando, en su intervención, el secretario nacional:

…Sobre la tierra hermosa de Cataluña, a cuyos juglares ilustres se incorpora la prosa entera y rigurosa de nuestro Fundador y primer Jefe Nacional, José Antonio, que amó a Cataluña por su profunda raíz espiritual y su alto sentido de comunidad a la empresa española, se han izado las banderas de nuestras marchas por etapas en una canción viva de unidad.

Y, por si había alguna duda dice:

que todos los españoles por la fe y el amor a la juventud se sientan, cada día con más fuerza, solidarios en un destino común.

Finalizado el acto religioso, ya en el exterior del templo, tuvo lugar la Lección del Día, que corrió a cargo del vieja guardia tradicionalista Renato Llanas de Niubó, el cual con palabra cálida y vibrante glosó la palabra “Independencia” ━nombre de la marcha volante de Barcelona━ comentando los sacrificios que había costado a España el mantenerla y poniendo de relieve que todos, jóvenes y viejos, estarían dispuestos a realizarlos nuevamente con tal de continuar en posesión de la misma.

Para cerrar el acto político, intervino de nuevo el secretario nacional del Frente de Juventudes, felicitando a los participantes en las marchas y poniendo de relieve lo que significaban en pro de la unidad entre los hombres y las tierras de España, y animó a todos a proseguir sin desmayos en la tarea emprendida.