HUELLAS DE NUESTRO PASO

La OJE y su Promesa

Así lo expresa Jesús López Cancio, en una entrevista en Radio Nacional de España, en 1961 sobre los Estatutos de la OJE: «El fin último de la Organización es el conseguir un español capaz de cumplir cabalmente sus deberes civiles. En este sentido, nos importa, sobre todo, formar hombres de carácter, con criterios seguros para discernir, en libertad, respecto de su Patria, la verdad del error, o la Justicia de su ausencia, y calar en la entraña auténtica de los grandes tópicos políticos de su tiempo».


Publicado en el número 140 de Cuadernos de Encuentro.
Editado por el Club de Opinión Encuentros.
Ver portada de Cuadernos de Encuentro en La Razón de la Proa

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La OJE y su Promesa

La OJE y su Promesa

A petición de la Hermandad Doncel, formada por antiguos miembros de la Organización Juvenil Española (OJE), que quería una semblanza sobre la Promesa, por diversas personas que, de una u otra forma, hemos tenido relación con la OJE, encomendándome, expresamente, un apunte sobre aquella juventud, escribí unas breves páginas, pues la solicitud imponía el límite de ochocientas palabras, aunque he de confesar que, después de tres reducciones, no pude evitar que llegara a unas novecientas.

De todas formas, ello me sirvió para, una vez más, sentir la trascendencia que supuso la creación de la OJE y, con ella, su Promesa. En estas circunstancias y en un momento en el que se pone en tela de juicio los años de esfuerzo y trabajo para reconstruir España y, definitivamente, entroncaría en la modernidad abriendo el camino para una convivencia en paz, trabajo, progreso y libertad, he creído conveniente ampliar esas breves palabras y confeccionar un trabajo más amplio, para que quede patente el esfuerzo realizado y las positivas obras llevadas a cabo.

Fuimos protagonistas, modestos protagonistas, de una época que no fue un páramo cultural y social, como ahora la presentan para vituperio y escarnio, olvidando que sin el entusiasta trabajo de aquellas generaciones no estaríamos donde estamos, aunque la realidad presente represente una involución hacia el pensamiento único de lo políticamente correcto, atentando gravemente a la libertad y dignidad de las personas. Pero volvamos al tema.

El transcurso del tiempo va desdibujando las situaciones y acontecimientos pasados. Así pasa con la OJE y su Promesa, fruto de un momento concreto de nuestro pasado. Mucho ha llovido y profundos son los cambios que en España y el mundo han sucedido en todos estos años, desde 1960. La OJE es fruto de la visión de un hombre recio y ejemplar, Jesús López Cancio, que supo sentir el espíritu de su tiempo y percibir las grandes líneas del futuro. Supo rodearse de un gran equipo de personas jóvenes dedicadas desde el quehacer diario al estudio y análisis de la juventud y de la sociedad española.

En este equipo coincidían tres generaciones: Los que habían combatido en la Guerra Civil, los que la habíamos vivido y sufrido en su infancia y juventud y los nacidos durante o después de la contienda. Es crucial entender estas tres generaciones, pues los jóvenes de la paz, eran el presente pero también el futuro más inmediato, que abarcarían el final del siglo XX y el comienzo del XXI en que nos encontramos, y mucho más lo eran aquellos que estaban formándose en las instituciones de juventudes.

Eran generaciones para la paz y la convivencia, que habrían de afrontar y vivir en un mundo distinto de reciente pasado. Tengamos en cuenta que la Segunda Guerra Mundial había concluido en 1945, que se realizó prácticamente con la radio y que, en 1960, ya existía la televisión y empezaba un proceso social, por la ciencia y la técnica, acelerado como hasta entonces no se había producido. Como el propio López Cancio lo expresa: «Miré a nuestra España cambiante y divisé a la Europa distinta que ahora teníamos en torno y dominante».

En este afán de actuar desde firmes fundamentos y no solo por la emoción y sentimientos de tiempos de sobrevivencia y penalidades, en Enero de 1959, la Delegación Nacional de Juventudes se planteó la necesidad de realizar una encuesta, primera en su género en España, que facilitara un conocimiento de la realidad social y de los presupuestos mentales de la juventud, de los dieciséis a los veinte años.

Lo primero y necesario fue la creación de un equipo de trabajo, con personas que, además de entusiasmo, tuvieran la capacidad por sus conocimientos técnicos para afrontar con solvencia esta tarea que suponía, en el campo de las Ciencias Sociales y más específicamente de la Sociología aplicada, la primera manifestación genuinamente española. Se consiguió un elenco de prestigiosos profesores y jóvenes estudiosos que, en estrecha colaboración lograron realizar tan amplia tarea tras dos años de esfuerzo. No constituyó trabajo fácil, dado la carencia de antecedentes en España, simplemente la confección del cuestionario, objeto de discusiones y reflexiones a lo largo de nueve meses, de octubre de 1959 a Mayo de 1960.

En el cuestionario, junto a los aspectos de realidad social respecto a lo ocupacional, familiar, social, económico, asociativo y religioso, se afrontaron las actitudes, intereses, opiniones y deseos en los campos señalados y, específicamente, respecto a lo político, patriótico, militar, religioso y diferentes instituciones sociales. Con la perspectiva de hoy, a mi entender, constituye un cuestionario psicosocial completo y muy bien confeccionado. Como aclaración y comprensión se debe tener en cuenta que no existían aún, facultades específicas de Sociología ni Psicología, que, de una forma incipiente, se estudiaban a posteriori de la correspondiente licenciatura, con la obtención de un Diploma Universitario.

El equipo quedó definitivamente constituido como sigue: Pilar de Balle; José Bugeda Sánchez; José Castillo Castillo; Ana Mª García Bernal; Enrique Gómez Arboleya; Manuel Gómez-Reino Carnota; Carlos González Reguera; Luis González Seara; Joaquín Hurtado Valverde; Manuel Lizcano Pellón; Amando de Miguel Rodríguez; Jesús María Vázquez O.P.

Así como: libros de claves: Amando de Miguel; coordinador de análisis: José Castillo Castillo; director coordinador: José Mariano López-Cepero Jurado; asesoría técnica: Juan José Linz Storch; supervisor general: Vigil Álvarez. Unos ya profesores universitarios, otros llegaron a ser los auténticos pioneros profesores y catedráticos de Sociología, cuando se creó esta Facultad.

Los resultados de esta encuesta dieron lugar a diversos estudios,entre los cuales se encuentra mi tesis doctoral, «La juventud ante los problemas sociales», publicada por la editorial Doncel en 1966, obra de la cual resumo los rasgos de aquella juventud.

Estos jóvenes presentaban perfiles básicos que analizados serena y seriamente podían anunciar unas características diferenciales con las de generaciones pasadas. Atención a los problemas socio-económicos a la hora de enjuiciar nuestra sociedad, con una manifiesta disconformidad con la organización de la sociedad española, plasmada en la creencia en que son las recomendaciones y el tener amistades lo que prevalece, señalando la insolidaridad, la poca educación y las diferencias extremas con demasiados pobres y demasiados ricos.

Paralelamente, es un momento de desarrollo industrial y los jóvenes muestran una gran confianza en que el proceso de industrialización y el desarrollo económico y social de la comunidad, representarían una elevación del nivel de vida, que es una de sus aspiraciones y deseos. Hay una actitud abierta, con un afán de libertad personal para decidir su vida, por lo que se produce el deseo de emigrar hacia las grandes ciudades, apartándose del terruño y aceptando la movilidad.

Hay un choque significativo con los padres, pues, aunque puedan aceptarlos, consideran la mentalidad de los padres anticuada. Desean más libertad y discrepan profundamente en lo que se refiere a diversiones, relaciones con el otro sexo, noviazgo y gobierno de la familia. Este choque, aunque más soterradamente, es más intenso en la mujer que siente un mayor anhelo de libertad frente a la supremacía de padres y hermanos.

Es el momento de cambios en el vestir, no bien vistos, aún, por unos o con rechazo por otros. Ejemplo vivido es que empiezan las jóvenes a llevar pantalones con gran escándalo por algunos padres y madres, pero las jóvenes encuentran todo tipo de tretas para superar rechazos y prohibiciones. Aquellos padres que afirmaban enfáticamente que sus hijas nunca llevarían pantalones, no vieron que esas hijas salían de casa con una falda de imperdible y el pantalón enrollado, de forma que, al salir de casa, se quitaban la falda y se bajaban el pantalón.

Hay una actitud crítica muy sincera y dura hacia las instituciones del Estado y su funcionamiento, entendiendo que obran por principios subjetivos en vez de principios objetivos. Es una juventud que rechaza el personalismo de una sociedad aún muy cerrada y desean una estructura social abierta basada en la objetividad de la norma y en la igualdad de todos los ciudadanos, eliminando toda clase de barreras y obstáculos que impiden la movilidad social. Estiman que el objetivo más importante en los próximos años es el incremento del nivel de vida y un aumento de la acción en favor de la educación y la cultura, exigiendo para el cargo público, valores como la honradez, inteligencia y capacidad, y que realicen eficazmente la gestión.

En aquel momento, los encuestados manifiestan que las instituciones que mejor funcionan en nuestro orden social son la Iglesia, el Ejército y Correos, seguidos de los Tribunales de Justicia y la Universidad. Por el contrario, entienden que no funcionan adecuadamente la Administración Publica, Sindicatos y Magisterio, con una consideración negativa extrema de los Ayuntamientos.

Aquella juventud revela una baja simpatía por la Monarquía como forma de gobierno y, entre las siete distintas formas de aquel momento que se le presentaron, se inclinó la mayoría por una República presidencialista. Internacionalmente, hay una opinión favorable a la integración de España en Europa. Es evidente que el conjunto de los resultados indicaban un cambio profundo en los presupuestos mentales de aquella juventud con respecto a los de sus mayores.

La intuición y visión genial de Jesús López Cancio y el secretario general Carlos García Mauriño, fue, precisamente, entender que los presupuestos mentales de las nuevas generaciones estaban cambiando y cambiarían más, sin poder determinar ni cuantitativa ni cualitativamente su contenido, pero sí que sería con diferencias notables respecto a los entonces conocidos. Ello exigía un cambio en los planteamientos educativos y formativos de los jóvenes españoles, y a esto se atuvieron y adelantaron como aportación real y viva, aunque no fuera entendido, sobre todo por los ortodoxos medios oficiales.

Pensemos la escena, personalmente vivida, en la que, en el albergue de Navacerrada, se presentó un boceto de lo que sería la OJE y de los cambios, en líneas generales, que había que llevar a cabo. Carlos García Mauriño, hombre muy culto e inteligente, pero serio y hierático, explicaba a los delegados provinciales y mandos nacionales, el profundo significado del verso latino «sic vos, non vobis», así vosotros, no para vosotros. Este verso de Virgilio se aplica al que realiza un trabajo cuya gloria y fruto se lleva otro.

Efectivamente, su significado para la vida política y social es muy profundo pues contiene lo que debe ser el espíritu de servicio del quehacer humano, y, de ahí, el lema fundamental de la OJE: «¡Vale quien sirve!». Pero ante aquellas personas, sus palabras sonaban a chino y la estupefacción de los oyentes era patética. Constituían un cambio de mentalidad y actitudes difícil de digerir, sin que faltaran las rigideces mentales que solo miran al pasado y creen como única la verdad de sus ideas. Escena que si hubiera habido teléfonos como ahora hubiera quedado grabado para estupefacción de las nuevas generaciones.

Pero ellos tenían las ideas muy claras. Así lo expresa Jesús López Cancio en una entrevista en Radio Nacional de España, en 1961, sobre los Estatutos de la OJE: «El fin último de la Organización es el conseguir un español capaz de cumplir cabalmente sus deberes civiles. En este sentido, nos importa, sobre todo, formar hombres de carácter, con criterios seguros para discernir, en libertad, respecto de su Patria, la verdad del error, o la Justicia de su ausencia, y calar en la entraña auténtica de los grandes tópicos políticos de su tiempo».

A través de la ocupación del tiempo libre se curtirá en el deporte y la vida al aire libre, mediante una serie de actividades mandando y obedeciendo encontrará ayuda para hacerse hombre, para hacerse así mismo y alcanzará su medida y conciencia exacta del lugar que le corresponde en el mundo que le rodea. En definitiva: «Un joven fuerte, alegre, generoso. Con fortaleza física y moral; con alegría nacida de su confianza en Dios, en sí mismo y en los demás; con una permanente generosidad para el juicio y la colaboración; con una constante voluntad de perfección individual y social. Creo que el lema de la Organización Juvenil, “vale quien sirve”, es suficientemente expresivo».

Se trata de una serie de valores humanos, de desarrollo de la persona que, por cierto, están plasmados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, formulada por la ONU el 10 de Diciembre de 1948, cuya esencia desde la perspectiva de desarrollo personal de un joven español, se traduce en la Promesa.

La Promesa es una de las páginas más bellas y profundas que se han escrito. Constituye todo un proyecto de vida y firme fundamento para el desarrollo personal. Fue una inspiración del Espíritu en Adriano Gómez Molina, que supo plasmar en palabras acertadas, produciendo un texto de amplitud tal, que constituye una oferta a cualquier joven y en cualquier momento.

Representa una incitación a una manera de ver y vivir la vida, a un estilo de vida y un sentido para la vida. A su contenido se une su intemporalidad. Los grandes principios deberían tenerse en cuenta en cualquier escuela, familia y asociaciones. Está concebida para lograr una convivencia en paz, armonía y posibilidades de todos y para todos, superando, de una vez por todas las dos Españas de Antonio Machado, transmitiendo actitudes positivas y esperanza hacia el futuro.

Ahora bien, siendo generales y fundamentales para el desarrollo y convivencia de las personas, no son neutrales. En el mundo de hoy, son un compromiso y base de una de las posiciones que hegemónicamente se enfrentan en el mundo. Nuestra época no es plácida, hay un enfrentamiento expreso o tácito entre dos concepciones de lo que es la persona, su origen, presente y futuro.

De una parte está la civilización occidental en base a la herencia grecorromana y la vivencia cristiana, plasmada en los «Derechos del Hombre». En que la dignidad y la libertad son intrínsecas a la condición humana, consecuentemente por haber sido creados por un Dios creador. En esta concepción Dios está presente, expresa y tácitamente, y constituye una concepción metafísica.

Desde otro planteamiento, el hombre es pura materia y es a través de la acción política y económica como debe conseguir una libertad e igualdad que cambiará la faz del mundo y lograr una sociedad de bienestar y justicia. Es el planteamiento y la praxis que se impone desde el Estado, mejor, desde el Partido. Es una libre e ilimitada embriaguez de la naturaleza. Solo hay ciencias positivas y exactas. Fuera de ellas no hay conocimiento. Solo hay física, la metafísica desaparece y con ello queda destronada la idea de Dios. La izquierda atea y radical y el neocomunismo imperante lo representan a la perfección, pero, como otros muchos, ya José Antonio Primo de Rivera señaló «que el comunismo es la interpretación diabólica por un mundo mejor».

Cuando hay una áspera contienda entre dos ideologías radicalmente contradictorias, no cabe la neutralidad ideológica. La Promesa, es una exposición de una concepción del hombre y su destino, en la que, están en sus contenidos los derechos fundamentales e intransferibles, junto a la responsabilidad de los propios actos, en una dimensión individual y social. Por eso empieza por el amor a Dios creador.

Su texto para conocimiento y seguimiento es el siguiente:

PROMESA

PROMETO: 

  1. Amar a Dios y levantar sobre este amor todos mis pensamientos y acciones.
  2. Servir a mi Patria y procurar la unidad entre sus tierras y entre sus hombres.
  3. Hacer de mi vida, con alegría y humildad, un acto permanente de servicio.
  4. Sentir la responsabilidad de ser español, dentro de la necesaria comunidad de los pueblos.
  5. Recordar que el estudio y el trabajo constituyen mi aportación personal a la empresa común.
  6. Vivir en hermandad con mis camaradas y ser sobrio en el uso de mis derechos y generoso en el cumplimiento de mis deberes.
  7. Defender la justicia y luchar por imponerla, aunque su triunfo signifique un mayor sacrificio para mí.
  8. Afirmar la libertad en cada hombre, sometiendo la mía al imperio de la norma justa y al respeto de mis superiores.
  9. Mantener dignamente mi condición de joven y aceptar con gratitud la enseñanza de los mayores.
  10. Honrar con la lealtad de mi conducta la memoria de todos los que ofrecieron su vida por una España mejor.
  11. Perseverar y conservar frescas en la memoria cada mañana, las anteriores afirmaciones, para sentirme activo en el seno de la Organización Juvenil Española.


Aclaración final (no necesariamente ha de leerse)

Alguien puede preguntarse la razón por la cual la Hermandad Doncel, meritoria por su espíritu de las esencias de la Promesa, pidió a mi persona este trabajo. Lo explico:

En la Delegación Nacional de Juventudes he tenido la satisfacción y el honor de trabajar dirigiendo y desarrollando los Colegios Menores y desde ahí, viví el nacimiento de la OJE, cuyo primer Jefe Central fue Ignacio García al que yo sustituí en 1962. Aprendí mucho en mi tarea y, sobre todo, sentido del deber y responsabilidad. Pude trabajar con plena libertad y verdaderamente fueron unos años inolvidables, de los que me siento muy complacido, satisfecho y orgulloso.

El régimen de Franco, con la limitación de algunas libertades políticas y sindicales, ha sido el que ha reformado España, introduciéndola, al fin, en el desarrollo moderno y poniendo bases firmes de progreso y transformación, que ha permitido una mudanza profunda y radical de nuestra sociedad, que, hoy, desgraciadamente, con unos políticos ineptos, abúlicos y sin proyecto serio y firme de convivencia, nos han ido llevando hacia el abismo del separatismo, del materialismo y del neocomunismo.

Hecho insólito es que, en el momento que escribo, hallamos propiciado que España sea el único país de Occidente, con un gobierno de izquierdas radical, social-comunista, cuando hace más de treinta años que se derrumbó el muro de Berlín y con él todo el proyecto comunista de la URSS y sus satélites, especialmente los de media Europa. En el siglo XX, los eslavos comunistas sobrepasaron Berlín.

Los actores de la Guerra Civil, conscientes y, la mayoría, con visión clara de la tragedia protagonizada; los hijos, unos, niños de la guerra, otros, nacidos en la Paz, buscaron la paz y la convivencia, sin rencores ni revanchismos.

Los nietos, que no conocieron la tragedia y sólo se alimentan de interpretaciones y utopías de perfección, insensatamente, tratan de dividir y revivir, con lo que hemos llegado a este presente que no augura nada bueno, por el contrario puede llevarnos a una involución de odio, rencor y desprecio de la dignidad y libertad humana, para conseguir un totalitario pensamiento laicista, de imprevisibles consecuencias.

Siempre, con mi esperanza cristiana, espero que esto no suceda y, de alguna manera, vuelva la cordura a una significativa mayoría del pueblo español.


 

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