Aborto y cortinas de humo

18/MAY.- Los voceros del abortismo han logrado distraer la doble atención fundamental que requeriría este asunto, sobre la madre y el hijo, centrando el foco exclusivamente sobre la embarazada.

La amenaza del Gobierno con una nueva reforma del aborto se ha calificado por algunos como una cortina de humo que pretendería distraernos de otros asuntos más graves. Y quizás sea así; pero es este un tema demasiado grave como para pasar por encima. No podemos acostumbrarnos a que nos sigan vendiendo una mercancía averiada bajo infumables tópicos demagogos y populistas que rozan lo sarcástico, al calificarlo como un nuevo «derecho a la salud sexual» épicamente conquistado.

Mas pese a todo, el aborto es lo que siempre fue: eliminar al ser humano más inocente e indefenso, con ADN diferente al de sus padres, que se desarrollaba plácidamente en el útero materno. Y por eso constituye en esencia una acción de muerte, un acto negativo que habría que rechazar; y no un acto positivo y de vida, a extender y facilitar.

Esto nos llevaría a afrontar cualquier debate al respecto con un rigor ya casi inexistente, pues los voceros del abortismo han logrado distraer la doble atención fundamental que requeriría este asunto, sobre la madre y el hijo, centrando el foco exclusivamente sobre la embarazada. Desaparece así la figura del hijo ya desde el inicio del debate, como antes se hizo desaparecer a la del padre.

Y esta maniobra sí que significa una auténtica cortina de humo.




La Razón de la Proa (LRP) no se hace responsable de las opiniones publicadas, son los autores firmantes los únicos que deben responder de las mismas. LRP tampoco tiene por qué compartir en su totalidad el criterio de los colaboradores. Todos los artículos de LRP se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia, teniendo en cuenta que LRP también reproduce artículos de terceros, en esos casos habría que pedirles autorización a ellos.
Recibir el boletín semanal de LRP (newsletter)