Sangría pública

8/MAY.- En Bruselas creyeron conveniente defenestrarnos como competidor a nivel industrial, pesquero, agro-ganadero, etc., y nos transformaron en un 'país servicios'.
Sangría pública

Si todavía en 1975 (después de 16 años de Planes de Desarrollo que enterraron el modelo autárquico) España tenía un importante número de empresas públicas, en la actualidad es el país de la UE que menos de ellas tiene.

Durante el régimen de Franco, dichas empresas públicas contribuyeron a incrementar los ingresos del Estado, facilitar la expansión del crédito, proveer al pueblo de bienes y servicios y redistribuir la renta de los españoles.

Siempre con beneficios, tales empresas estatales supusieron un factor decisivo en aras a alcanzar cotas de soberanía económica ⎼y política⎼ ahora inimaginables.

Pero con la entrada en la (en aquel tiempo) CEE, los mercachifles de Bruselas creyeron conveniente defenestrarnos como competidor a nivel industrial, pesquero, agro-ganadero, etc., y, de acuerdo al principio de división internacional del trabajo, nos transformaron en un país servicios, de bares y camareros, de sol y playa.

Fue entonces cuando el PSOE procedió (reconversión mediante) a liberalizar de manera definitiva la mayor parte de nuestros sectores económicos, reduciendo al mínimo el tamaño del sector público en beneficio del privado, en un auténtico proceso de desmantelamiento (venta a amiguetes incluida) luego continuado por el PP.

Así, en cuestión de dos décadas, España se desprendería de buques insignias del calibre de Endesa, Repsol, Gas Natural, Aldeasa, Aceralia, Indra, Red Eléctrica, Iberia o AENA.

Hablamos de un 42% de empresas pertenecientes al sector energético, un un 17% al de transportes, un 16% al de telecomunicaciones, un 13% al de industria y un 8% al financiero.

Una sangría en toda regla que ha dejado a nuestra patria (hoy una mera colonia financiera de Berlín) con una merma considerable de ingresos públicos (compensados con abusivas subidas de impuestos a las clases medias) y, lo que es más grave, con un menor control sobre sus sectores estratégicos, ambos aspectos difícilmente reversibles a corto/medio plazo.




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