Auspiciada por la Conferencia Episcopal Española, este fin de semana se celebrará en Sevilla la ILXXX Semana Social de España, sobre el tema «La regeneración de la vida pública. Una llamada al bien común y a la participación».

Los políticos que intervendrán en los dos actos públicos programados son: el señor del PSOE y alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que inaugura las jornadas; el señor del PP y presidente de la Junta de Andalucía, Juanma M. Bonilla, que las clausura; una señora diputada y una exministra, ambas del PP; un viceconsejero de la Junta, de Ciudadanos, y el habitual García de Andoin, cofundador de Cristianos Socialistas y procedente de la «exitosa» iglesia vasca, cuya presencia otorgará a la reunión el intachable sello progresista.

Pareciera que, pese a lo mucho que el catolicismo ha cambiado en España (y no para mejor), los organizadores siguen anclados en la visión y clichés de hace 30 ó 40 años. Ellos sabrán.

Pero aún admitiendo su buena fe, no se comprende que en unas jornadas sobre regeneración, junto al alcalde Espadas no se haya invitado a intervenir también a su señora esposa, especialista en participar en la cosa pública mediante el uso del «sistema operativo y el guorpelfe» a través de entrañables conexiones familiares. Un imperdonable olvido episcopal.

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