Saturación y colapso

15/04.- Es natural que cuando los requerimientos sanitarios de alguna rama se multipliquen puntualmente de forma pandémica, el sistema colapse incluso después de racionalizarlo en todo lo posible
Saturación y colapso

Saturación y colapso

Los medios sanitarios que utilizamos en circunstancias normales, no en el actual caso de pandemia, han sido planificados y puestos en servicio de acuerdo con unas previsiones estadísticas de utilización y unos condicionantes económicos que implican el uso compartido de los instalaciones y recursos disponibles.

A nadie con dos dedos de frente se le hubiera ocurrido diseñar el sistema sanitario de forma que todos y cada uno de los ciudadanos con derecho a ser protegidos por la sanidad pública tengan una UCI dedicada a él en exclusividad, la use o no.

Los parámetros con los que se ha diseñado el sistema tienen mucho que ver con la estadística. En particular, se parte de las previsiones de utilización (número medio de personas que se prevé enfermarán de cada patología en un momento dado, media de días de hospitalización, etc.) y de los costes asociados a la dotación de material específico (camas de hospital, quirófanos, UCIs, material fungible, etc.).

Con todo ello, una vez establecidos los niveles de calidad deseados y, en un mundo de recursos económicos limitados, el nivel de calidad que verdaderamente es posible, se acometen las inversiones necesarias.

Es natural que cuando los requerimientos sanitarios de alguna rama se multipliquen puntualmente de forma pandémica, el sistema colapse incluso después de racionalizarlo en todo lo posible (eliminando actuaciones sanitarias programadas no urgentes, redistribuyendo y asignando personal de distintas especialidades al tratamiento de la pandemia, implementando hospitales de campaña en un breve espacio de tiempo, etc.).


Lo descrito de forma sintetizada para el sistema sanitario es igualmente válido para las redes de telecomunicación, con algunas particularidades específicas.

Hay que destacar que en lo que se refiere a la red fija, solamente el denominado bucle local (ya sea de cobre o de fibra óptica) más un pequeño equipamiento específico en la central telefónica y el domicilio, están asignados unívocamente a cada usuario en concreto.

Por el contrario en el caso de la telefonía móvil, y exceptuando el terminal de usuario, prácticamente todo el equipamiento utilizado en la comunicación es compartido. En concreto el bucle local está básicamente constituido en este caso por el espectro radioeléctrico que conecta el móvil del usuario con la estación de base más cercana (o la que, no siéndolo, tenga capacidad disponible en el momento dado) que será la que canalice la llamada hacia el interior de la red en la que confluyen también tráficos procedentes de internet, de telefonía fija, etc.

La red es un conjunto complejo de facilidades de transmisión, conmutación y radio con enrutamientos dinámicos alternativos en función de la carga de tráfico que cada sección deba cursar en uncada momento. Todo ello tanto para poder proporcionar, con la calidad adecuada, comunicaciones de voz como de datos a través de Internet.

Pues bien, el diseño de estas redes (en las que, en condiciones normales, siempre existe una capacidad residual vacante para cubrir los incrementos de demanda previstos a corto plazo, así como capacidad redundante para la realización de restauraciones en caso de avería de alguna sección) está ahora siendo puesto a prueba como consecuencia de los fuertes incrementos de tráfico derivados de la situación sanitaria.

El teletrabajo, el confinamiento de la población en sus domicilios con el consiguiente aumento del uso del entretenimiento en la red a través del video en streaming (películas y series), comunicaciones de mensajería instantánea (tanto de voz como de vídeo) tales como whatsapp, skype, telegram, etc. han originado un tráfico extraordinario en principio no previsto en el diseño original de la red.

Se están experimentando incrementos superiores al 40% sobre las medias anteriores en el tráfico por Internet de la red fija, o del 50% en internet móvil y del 25% en voz a través de móvil. Esta situación ha llevado a los principales operadores españoles: Movistar, Orange y Vodafone, a recomendar conjuntamente un uso racional de la capacidad de comunicación existente.

Se solicita que las llamadas de voz se realicen, siempre que sea posible en todo o en parte, a través de la red fija (cobre o fibra), tratando de reservar el espectro radioeléctrico (tramos ascendente y /o descendente de la red) para usos en los que no exista alternativa. Por otra parte se procurará limitar las descargas de grandes archivos desde la red y, especialmente, los de vídeo (películas y series) realizando éstas (a ser posible) por la red fija y en horarios no competitivos con el teletrabajo ola escolarización en remoto, por ejemplo, en la franja horaria que va entre las 14:00 y las 16:00 y entre las 20:00 y 8:00 del día siguiente.

Por su parte, los operadores están ya haciendo lo posible para incrementar tanto la capacidad de transporte como la de gestión poniendo más equipos en servicio y aumentando la capacidad de los ya existentes. No obstante, estas medidas no suelen ser inmediatas, por lo que, la garantía de la calidad del servicio requiere además de un uso inteligente y responsable de la red.Sólo si así lo hacemos, se evitará un colapso generalizado cuyas consecuencias podrían ser inimaginables.


 

Comentarios