¡Jesucristo ha resucitado!

12/04.- Estemos alegres, Jesús ha vencido a la muerte, y con ello ganó para nosotros la vida eterna y la posibilidad de que toda nuestra existencia tenga sentido.

Publicado en el número 292 de 'Desde la Puerta del Sol', 12 de abril de 2020.
Ver portada Desde la Puerta del Sol en La Razón de la Proa.

¡Jesucristo ha resucitado!

¡Alegraos, hermanos, que Jesucristo ha resucitado! Nos hemos de felicitar por entrar en esta Pascua de Resurrección tan comprometida en la que hallamos la confirmación de que Dios existe, que ha pasado por un sinfín de pruebas, que ha vencido la tentación, que ha sufrido en la cruz por hacerse hombre y para dar por terminada su andadura ha tenido que franquear la prueba del calvario que, en otra dimensión, a veces nos toca recorrer a no pocos de nosotros, si no durante todo el recorrido existencial, sí al menos durante una parte de él, como está sucediendo ahora con el coronavirus.

Ahora nos están dejando no pocos hermanos, ya sea pensando en el Dios redentor ya estén alejados de Él. Según nuestra fe, unos y otros habrán sido acogidos por el Señor para que puedan disfrutar de una vida plena lejos de la dura y a veces mendaz por la que pasamos en este valle de lágrimas. Por todos ellos elevamos nuestras oraciones.

Hemos de pensar, con regocijo, como durante este tiempo, muchos de nuestros hermanos, que no suelen estar en sintonía con el Dios creador, sin pensarlo, considerándolo una obligación moral hacia nuestros semejantes, en el amor que Jesús nos pidió que actuáramos, han empeñado todo su esfuerzo y capacidad para salvar la vida de desconocidos, para atender a los necesitados, para cuidar las calles y el orden, montando hospitales de la nada, haciendo mascarillas de todo tipo imaginable en casa, aparatos para la oxigenación de los enfermos, permaneciendo largas jornadas al volante de sus camiones con el fin de abastecer de lo necesario a pueblos y ciudades.

Toda esa enorme tropa de personas que se ha puesto en marcha de forma voluntaria, aunque no lo sepan, están actuando de acuerdo con ese Dios que llevan dentro, están ganando el cielo a pesar de las torpezas que hayan cometido, las caídas que no han sido capaces de evitar, los errores que inconsciente o conscientemente hayan dado.

Al celebrar la Resurrección de Cristo estamos encomiando también nuestra propia liberación, la derrota del pecado y de la muerte.

Como Cristo, hemos vencido a los fallos anteriores, hemos limpiado nuestro expediente, partimos con la comprensión del crucificado, con el manto de perdón que ha extendido sobre nosotros, con la seguridad de que se inmoló para que encauzáramos con mejores perspectivas nuestro futuro, apoyándonos en el hecho de la resurrección ya que, como nos dice San Pablo, «Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe».

Estemos alegres, Jesús ha vencido a la muerte, y con ello ganó para nosotros la vida eterna y la posibilidad de que toda nuestra existencia tenga sentido.

Gracias, Señor.


 

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