AVISO A NAVEGANTES

«La razón de la proa es la razón de los astros».

La Razón de la Proa, título marinero que acaso sorprenda en una revista digital que no trata de náutica, va dirigido a quienes opten por navegar con nosotros, sus promotores.
Editorial V1
Monumento a los Descubrimientos, en la margen del río Tajo, en Belém, Lisboa.
«La razón de la proa es la razón de los astros».

La Razón de la Proa, título marinero que acaso sorprenda en una revista digital que no trata de náutica, va dirigido a quienes opten por navegar con nosotros, sus promotores. El título está entresacado de un bello texto poético, que dice así:

La proa del barco tiene razón contra las bandas, porque apunta a alguna parte. La razón de la proa es la razón de los astros. Lo que traza la quilla sobre el mar ha sido antes trazado sin materia, sin peso por la Matemática, sobre datos exactos de ángulos estelares. Para acabar en la estela, hay que empezar en la estrella, en la stella. ¿Y se podrá saber dónde está la polar de nuestra política?

Son palabras que escribió un joven de 32 años, un tal José Antonio Primo de Rivera, y, a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, mantienen hoy en día ⎼acaso lo acrecientan⎼ todo su profundo significado.

Tienes ante la vista, amigo lector digital, una ventana de opinión netamente joseantoniana, como el texto que ha dado pie al título sorprendente; más que permanecer en puerto, a seguro, o en un museo naval, sumergido en la dignidad y la nostalgia, queremos aventurarnos en los mares de la actualidad.

Muchas singladuras han embarrancado; muchas estelas prometedoras se han borrado con el paso del tiempo. Nosotros, desde esta humilde plataforma que avala el nombre de aquel doncel de Sigüenza como proyecto, hermanados estrechamente con otras tripulaciones de otros lugares de nuestra geografía, elegimos fijar la mirada en los astros para enfilar, sin bandazos, un puerto distinto y prometedor.

A este lugar nos guía una conciencia generacional, la de quienes, educados al pie de las montañas, ya en épocas del desarrollismo y no de posguerras, recibimos los secretos de la navegación de nuestros mayores; pero no nos conformamos con seguir su estela, sino que buscamos los datos exactos de ángulos estelares, que puedan aportar respuestas a los grandes retos que tienen planteados España y el mundo de hoy, y, sobre todo, ese ser humano que muchas veces se siente náufrago y sin costas a las que arribar, quizás porque ha perdido la razón que marca la Estrella.


No estamos solos

No pretendemos desde La Razón de la Proa forma alguna de exclusividad.

  • Ni siquiera una unanimidad de criterios ⎼siempre son sospechosas las unanimidades⎼ al expresar nuestras opiniones.
  • El lector encontrará interpretaciones, a veces contradictorias en apariencia, pero siempre procedentes de la honestidad, del raciocinio y de la lealtad a unos valores esenciales e irrenunciables.

Por ello, hemos abierto La Razón de la Proa a otras publicaciones.

  • Que, coincidentes en lo esencial, van poniendo su grano de arena para convencer a una sociedad española de nuestras afirmaciones, en claro disenso con el pensamiento oficial, que encierra no pocos errores de bulto y añagazas para disimular tristes realidades: el creciente paro, la inestabilidad de puestos de trabajo, la carestía de la vivienda, la especulación sobre la productividad, la negación o la indiferencia ⎼no sabemos qué es peor⎼ ante la unidad e integridad de España, el gran problema de esa Europa que se nos deshace de entre las manos, las aberraciones antropológicas, la negación de lo espiritual, la incertidumbre del futuro en la juventud…