Lección que nos manda Cuba mediante un documento que pone de manifiesto en qué situación se encuentra la isla, cuál es la vida de necesidad y control que padece, aclarando, para quien no lo conozca todavía, cómo es el sistema político que durante tantos años vienen sufriendo. Al tiempo que aclaran que es absolutamente mentira que es en el socialismo y el comunismo donde el hombre alcanza su dignidad plena, sino todo lo contrario.

En España costó trabajo liberarse de esa presunción hace más de 80 años y ahora, a través de unos indocumentados rabiosos y ambiciosos, de nuevo están intentando lavar el cerebro a la ciudadanía en el sentido de que en el socialcomunismo está la baje de la justicia y de esa dignidad que nos quieren inocular y que es peor que la pandemia del covid-19.

Como pensamos que es una lección que viene bien a muchos españoles, nos permitimos reproducir el documento He visto la aflicción de mi pueblo que avalan 115 firman que dan la cara frente al ignominioso gobierno de la nación; precedido de la presentación que hace Aleteia.

Contundente documento que refleja sin esguinces el cambio que se está produciendo en Cuba: «la política necesita escuchar la realidad», increpan.

El momento escogido fue el XXIII aniversario de la Misa de San Juan Pablo II por la Patria, en Santiago de Cuba. Fechado el 24 de enero de 2021, los católicos cubanos, sacerdotes, consagrados y laicos avalaron, con sus 115 firmas, un documento que jamás se había escrito, y menos proclamado públicamente, por sector alguno en más de sesenta años de revolución.

Señal de que algo cambia y algo avanza en la patria de Martí. No queremos –dicen– ser «personas que se lavan las manos como el gobernador romano, y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse»

Hacen constar que escriben «en comunión con el magisterio de los Obispos Católicos de Cuba». Son 15 sacerdotes, una religiosa y una larga lista de fieles que alientan a su pueblo a «soñar a Cuba y continuar construyendo nuestra sociedad –lo cual– es posible, solamente, si partimos de su realidad».

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«He visto la aflicción de mi pueblo»

En honor de nuestra Madre y Patrona, Reina de Cuba, Madre de la Caridad.

Hermanos cubanos:

Como creyentes en Dios, sacerdotes, consagrados, laicos, como hombres y mujeres de buena voluntad, como cubanos que amamos a nuestra patria y que soñamos un futuro luminoso para ella, enviamos este mensaje, nacido del amor.

Convencidos de que, como nos enseñó el Padre Félix Varela, «no hay Patria sin virtud, ni virtud con impiedad» y que el bien y la paz solo son posibles en la conjugación de la justicia, la misericordia y la verdad.

Deseando, como José Martí, una República donde se rinda culto a la dignidad plena de todo hombre y mujer, independientemente de sus pensamientos, de sus posturas e incluso de sus pecados personales.

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