La Razón de la Proa

NUESTRO MEJOR INSTRUMENTO ES EL DIÁLOGO CÍVICO

Declaración del Foro Sigüenza

El 8 de septiembre de 2018, y en la localidad del mismo nombre, se constituyó el Foro Sigüenza, promovido por la Hermandad Doncel y la Hermandad del Frente de Juventudes - Doncel Barcelona.

  • Componen, en este momento, el Foro Sigüenza dos grupos de estudio y formación, uno creado en Barcelona y el otro en Madrid, en el seno de las asociaciones citadas. Dichos grupos trabajarán coordinadamente.
  • Animamos vivamente a la constitución e incorporación de nuevos grupos, de base local preferentemente, o de individualidades que deseen colaborar en la tarea que se ha impuesto el Foro Sigüenza.

Dicha tarea consiste en elaborar un amplio desarrollo ideológico, cuyas claves de trabajo, como corresponde a nuestro acervo e identidad, serían el espíritu joseantoniano; su específico modo de recepción por parte de la OJE de nuestro tiempo y cuya clave es nuestro tradicional concepto de “estilo”; y la necesidad de ensanchamiento, desarrollo suficiente y modernización de actitudes, principios, creencias, opiniones, sensibilidades y disposiciones personales.

Adjuntamos la Declaración inicial, aprobada en la reunión de Sigüenza​, que resume nuestro general punto de partida y cuyos conceptos constituirán la materia del trabajo posterior de los grupos de estudio y formación del Foro Sigüenza.

Doncel-Siguenza 01
Declaración del Foro Sigüenza

Declaración inicial

Un grupo de españoles nos hemos reunido junto a la estatua de don Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, en estos días de comienzo del nuevo curso 2018‐19.

La elección del lugar no es casual: el Doncel representa para muchos las añejas cualidades hispanas de hermanar cultura y milicia, estudio y acción: no estamos ante una imagen yacente, sino incorporada, viva, con un libro entre sus manos y todos los aditamentos del soldado en su atuendo. Igualmente, nosotros no pretendemos que nuestras conclusiones del encuentro sean un mero artificio teórico, sino válidas para aunar voluntades y constituirse,en su día, en motor de regeneración social y política.

Los aquí reunidos tenemos varias cosas en común: una militancia juvenil, marcada especialmente por un modo de ser; pertenecer a una generación concreta, la que se asomó a la inquietud por España y tomó conciencia de ella entre 1965‐1975; contar, entre los primeros textos de inspiración lo esencial del pensamiento de José Antonio Primo de Rivera; estar agrupados en círculos intergeneracionales, entre los que destacan la Hermandad Doncel de Madrid y la Hermandad del Frente de Juventudes ‐ Doncel Barcelona, y pretender lanzar nuestras miradas especialmente sobre el mundo en que vivimos y el del mañana.

Esta última característica nos lleva a elaborar este documento abierto; en él, observamos críticamente el panorama que nos rodea y, consecuentemente, incorporamos propuestas para construir algo mejor para nuestros hijos y nietos.

Nuestro mejor instrumentes el diálogo cívico, con sus fundamentos en la reflexión, la generosidad y la altura de miras. A este diálogo queremos convocar a todos aquellos que coincidan con nuestras motivaciones, nacidas durante nuestra juventud y acrisoladas ahora en la madurez.

Los puntos que siguen a continuación constituyen un apretado resumen de nuestros planteamientos y de nuestras ideas. Nos hemos encomendado el trabajo de desarrollar, en foros específicos, cada concepto contenido en esta declaración. Te invitamos a sumarte al proyecto Doncel y, en la medida de tus posibilidades, a los trabajos subsiguientes en estos foros.

I. Nuestro punto de partida es el propio ser humano.

  • Lo concebimos, no desde una perspectiva individualista y cerrada, sino en su cualidad de persona, abierta a su entorno y a sus semejantes en el marco de una sociedad, tanto formada por sus coetáneos como por sus antecesores y descendientes.
  • Este entorno reconoce, en primer lugar, el carácter trascendente del hombre como Además, en este marco actual, advertimos la influencia de enfoques de índole distópica antropológicos y éticos, que socavan esas cualidades intangibles, desvirtúan al ser humano y afectan muy negativamente a todos sus ámbitos de relación, empezando por la familia, primera y natural realidad humana.
  • Nuestra concepción humanista de base cristiana supera ‐así lo creemos‐ ampliamente todas estas interpretaciones (muchas de ellas basadas en utopías seculares), por lo que es necesario hacerles frente mediante la racionalidad y la convicción firme en nuestras creencias.

II. La cualidad de persona conlleva que el ser humano esté estrechamente vinculado a sus semejantes en un amplio y complejo entramado social,

  • ...que comprende, desde sus vínculos de vecindad y residencia, pasando por su trabajo en el seno de una empresa, hasta las agrupaciones voluntarias, según su vocación, sus aficiones y necesidades (entidades culturales o deportivas, colegios profesionales, clubes…).
  • Todo este rico entramado social culmina, jurídica y políticamente, en el Estado‐Nación actualmente, donde deberían estar representados todos los intereses ciudadanos y a través de los cuales se lograría su participación. Entendemos que, hoy en día, esta participación está yugulada por el monopolio que ejercen los partidos políticos.
  • De este modo, se vive bajo una democracia formal, pero incompleta a todas luces; para autentificarla la democracia, se deberían arbitrar fórmulas de comprensividad participativa y representativa, que dieran paso a aquel entramado social verdadero.
  • El Estado debe ser integrador, con participación en sus estructuras de todos los ciudadanos, no propiedad temporal de una parte, representada en un determinada agrupación política vencedora en unas elecciones.

III. Los Estado‐Nación, por otra parte, se ven hoy superados para hacer frente a los grandes retos de la nueva época.

  • De acuerdo con una lógica histórica de apertura, la tendencia debe ser su integración en áreas supranacionales que, sin anularlos en sus atribuciones básicas, tiendan a la vocación de universalidad de las personas.
  • En el caso de España, nuestra apuesta queda definida por su integración en los ámbitos que, por raíces, cultura y voluntad histórica, le son propios: Europa e Iberoamérica.
  • Con respecto a Europa, recordemos que España fue europea por voluntad. Nuestra idea de una Europa unida está basada en la Europa real, y contrasta abiertamente con la Europa oficial, que ha dado la espalda a sus raíces cristianas y clásicas y, en consecuencia, está siendo puesta en tela de juicio por numerosos conciudadanos europeos.
  • En relación con Iberoamérica, nuestros lazos culturales e históricos con las naciones que la integran no puede ser, en modo alguno de supremacía por nuestra parte, sino de equidad; más que la madre España, reivindicamos la hermana España.
  • España podría ser, de este modo, el puente mestizo imprescindible entre una Europa unida y una posible comunidad hispánica de naciones. creatura, con inequívoca fundamentación religiosa ‐cristiana en nuestro ámbito‐, que permite que afirmemos sin titubeos sus cualidades espirituales básicas de su dignidad, su libertad y su integridad.
  • Desde estas bases, observamos cómo ninguna de estas cualidades básicas son apenas tenidas en cuenta desde los planteamientos materialistas, relativistas y nihilistas, hoy predominantes.

IV. Las Naciones‐Estado, en trance de integrarse en las comunidades supranacionales correspondientes, se ven hoy sacudidas por la enemiga de dos fuerzas aparentemente contradictorias:

  • La globalización y los nacionalismos interiores.
  • La primera de esas fuerzas pretende borrar todo elemento nacional distintivo, buscando una mundialización económica e ideológica y una uniformización cultural.
  • La segunda de estas fuerzas aspira a trocearlas y busca su disolución por motivos, supuestamente identitarios, de lengua, etnia o cultura, todos ellos supremacistas; generalmente, estos motivos esconden intereses económicos de las oligarquías localistas o globalizadoras.
  • En el caso de España, la aplicación de la fórmula autonómica ha degenerado abiertamente, convirtiéndose en campo de cultivo de insolidaridades y nacionalismos disgregadores. España es varia y plural en su composición, pero una e irreversible, que es lo mismo que debe ser, en el futuro, la Europa real y unida.
  • Todo nacionalismo ‐y el indigenismo americano es una suerte de esta figura‐ es regresivo al sentido de la historia y debe ser superado, no solo mediante la aplicación de las leyes en vigor, sino sobre todo por medio de lo que siempre ha unido a los seres humanos: un quehacer común, una tarea colectiva ilusionante.

V. Uno de los grandes problemas que tienen ante sí España y Europa entera es el de las inmigraciones descontroladas… y empujadas.

  • Toda inmigración debe comportar una asimilación para no derivar en invasión.
  • El multiculturalismo ha mostrado su falacia e ineficacia; ha provocado la creación de guetos cerrados, propicios a la miseria y a la desesperación.
  • La regulación europea e internacional de los grandes movimientos migratorios debe imperar sobre el poder de las mafias, de la demagogia de los políticos y de la insolidaridad que representa ayudar a mejorar las condiciones de vida de miles de seres humanos en sus lugares de origen.
  • Además, la excusa de las migraciones sirve de puerta de entrada al principal enemigo de Occidente y de Europa en este momento: el yihadismo islamista, que solo es afrontado por los acomplejados Estados de forma limitada e insuficiente.

VI. Por otra parte, estos grandes movimientos migratorios favorecen la creación de un nuevo proletariado.

  • Cuya presencia ahonda las diferencias sociales, crea ficciones con las poblaciones autóctonas y puede servir para beneficiar a los más desaprensivos de entre los poseedores de riqueza.
  • El sistema neocapitalista vigente, independientemente de ese factor, ha priorizado la economía financiera especulativa sobre la productiva, llevando a la pauperización de las llamadas clases medias y a elevados índices de paro laboral. Urge la reforma a fondo de este sistema, en línea de introducir una economía social, donde el Mercado no sea un valor absoluto y se consiga una adecuada intervención legislativa para frenar las evidentes injusticias.
  • En el mismo sentido, debe tenerse en cuenta una reforma fiscal equitativa y un mayor control sobre el servicio de crédito, de forma que favorezca al emprendedor, en general, al empresariado que persiga, junto a un lógico beneficio, una transformación de la empresa hacia formas más humanizadas, y a toda la población.
  • Son, de momento, los Estados los responsable de adoptar estas medidas reformadoras del sistema económico y social; proponemos que se recupere la fórmula del Estado del Bienestar ‐hoy en día casi superada por las exigencias neocapitalistas‐, pero completándolo con tendencias al Estado del Bien‐ser, donde exista una predominancia de los valores humanos y éticos sobre el afán de lucro desmedido.

VII. Uno de los sectores más afectados por el actual estado de cosas es el de los jóvenes. 

  • A quienes se les ha hurtado el pasado ‐con el intervencionismo oficial sobre la historia‐, el presente (con las deficiencias en Enseñanza, la precariedad y la escasez de salidas laborales) y el futuro (con las escasas perspectivas de que formen familia, tengan condiciones de vivienda y vida dignas y procreen una descendencia que supere el grave problema demográfico español y, en general, europeo‐.
  • La Educación es uno de los principales retos de nuestro momento; su universalización no ha ido en modo alguno pareja con la calidad y la exigencia. Se ha pasado de un enfoque exclusivamente humanista a uno economicista, en el que han desaparecido casi por completo las referencias a los valores personales, éticos y cívicos, en pro de una especialización tecnológica descarnada.
  • También, la educación está socavada por la renuncia al cultivo de la voluntad y por un igualitarismo demagógico, que siempre lleva a nivelar a la baja; se desaprovecha así a muchos estudiantes con capacidad y voluntad y se hace un flaco favor a los menos dotados.
  • Es difícil que un pacto entre los partidos políticos al uso remedie la situación; deben ser los profesionales de la educación los que puedan asumir la corrección de todo el sistema de enseñanza.

VIII. Los imparables avances de la ciencia y de la tecnología deben estar, en todo momento, al servicio del ser humano

  • Y, en consecuencia, supeditados a la ética, La Medicina, la Economía, la Sociedad, pueden verse extremadamente favorecidas por estos avances o, por el contrario, caer en una contradicción, estar al servicio de poderes fácticos y depararnos nuevas formas de esclavitud.
  • Es esencial que el hombre prevalezca sobre las cosas; la dignidad es el sello del ser humano y no es compatible con una reducción de este a su utilidad, que es el sello de las cosas materiales.
  • El derecho a la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, no puede estar condicionada por legislaciones positivas de cualquier rango que vayan en su contra. IX. Consideramos que todo lo expuesto está en consonancia con una interpretación cristiana del hombre; esta interpretación, además, coincide con la esencia española, como aportación constante en la historia universal de los pueblos.
  • España debe reconducirse hacia aquellas constantes de esa interpretación que la han caracterizado como adelantada en el acervo europeo, americano y universal. Esta interpretación constituye el núcleo axiológico de lo que llamamos Hispanidad.
  • Esta reconducción debe partir de un replanteamiento de su ordenación legislativa en su fondo y de una educación de la sociedad en la que prevalezcan los valores, con especial atención a la juventud.
  • Solo así podrá España contribuir a la armonización mencionada del ser humano con su entorno.