EDITORIAL. ABRIL 2019

Recuperar la canción

De vez en cuando, cuando salta la ocasión, rebrota el recuerdo con visos de presente, y entonamos las canciones de juventud. Esforcémonos en ello. Recuperar la canción es recuperar lo que encierra de bueno y de prometedor.
Recuperar la canción

La pregunta es obligada: ¿se canta hoy en España? O, más concretamente: ¿cantan hoy los jóvenes de España?.

Mucho nos tememos que los medios electrónicos estén contribuyendo poderosamente a lo que podríamos llamar un silencio colectivo, aunque no toda la culpa deba cargarse sobre el omnipotente móvil y sus servicios en manos adolescentes.

Acaso el ambiente no invite a cantar. Quizás el problema sea qué cantar, al haberse borrado del imaginario popular y juvenil la poesía y la melodía. Tampoco suele haber educadores que ejerzan de maestros de canciones…

Nosotros recordamos ⎼de forma nebulosa a veces⎼ que existía el Día de la Canción, pero, aparte de esa efemérides, cantábamos todos los días del año, en cada ocasión y oportunidad, o sin ella. Teníamos un inmenso repertorio, en el que se incluían marchas e himnos, baladas, canciones populares de todas y cada una de las regiones españolas, estribillos y cantos de animación… Cantábamos en los desplazamientos en tren o en autocar, en las caminatas por los senderos, en los fuegos de campamento, en las tardes de Hogar, previa merienda, en los actos solemnes… Cada momento ofrecía la medida adecuada para unir las voces en improvisado coro, porque toda canción era una demostración de integración de esfuerzos, de vinculación con una Obra Juvenil, de alegría, de reafirmación y difusión de un Ideal.

Una vieja frase decía que solo los buenos saben cantar; los malos hacen ruido, y, claro, nos incluíamos por derecho propio en la primera de esas categorías. Tampoco estaba de más recordar el verso de Álvaro Cunqueiro: el César escucha como cantas, y, por si acaso, nos escuchábamos nosotros mismos, porque lo cesáreo, en nuestra generación, estaba en nuestras conciencias y afanes.

Los años han pasado su esponja sobre la memoria, y las letras y música se nos aparecen hoy desdibujadas; de vez en cuando, cuando salta la ocasión, rebrota el recuerdo con visos de presente, y entonamos las canciones de juventud. Esforcémonos en ello. Recuperar la canción es recuperar lo que encierra de bueno y de prometedor. La tarea diaria de arar los polvorientos surcos de la España de hoy para introducir, fuerte, la reja del arado, debe ir acompañada de la canción, esa que cantan los sembradores para que fructifique la semilla.