EDITORIAL. TROCHA Nº 209. DIC. 2019

Navidad deconstruida

Publicado en el boletín Trocha | Núm. 209. Diciembre de 2019.
Editado por Veteranos OJE - Cataluña.
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¿Con qué palabras podemos definir la Navidad que nos venden, dos Navidades: la verdadera y la deconstruida

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Navidad deconstruida

Navidad deconstruida

¿Con qué palabras podemos definir la Navidad que nos venden, esa que, acabada la estúpida celebración del Halloween preside todos los escaparates?

  • No hay que hacer muchos esfuerzos para encontrar los términos adecuados: vulgarización, infantilismo, paganismo, sentimentalismo ñoño made in Hollywood, consumismo… Transformación del Misterio en magia de guardarropía.

La coreografía tampoco ofrece mucha dificultad de enumeración: renos, papanoeles orondos, paisajes nevados donde nadie ha nacido porque se prefieren las mascotas a los niños de carne y hueso, figuritas de Disney o de Star Word

  • Entretanto, el laicismo oficial proscribe los belenes en lugares públicos (para no ofender a las minorías, que ya no son tales) y se empecina en que las tradiciones se disuelvan sin continuidad.

Pero ¿qué es la Navidad?

  • Nada menos que la conmemoración del nacimiento en la aldea de Belén del Hijo de Dios encarnado por el Espíritu Santo para redimir a la humanidad; nada menos que la presencia amorosa de la Virgen María y de San José; nada menos que unos ángeles que cantaban Gloria a Dios en el Cielo y paz a los hombres de buena voluntad (menos mal que matizaron el tipo de hombres); una estrella o cometa que se posó en el pesebre y guiaría luego a unos Astrólogos venidos de Oriente y que consiguieron engañar al reyezuelo Herodes; unos pastores que cuidaban sus rebaños y acudieron a ofrecer al Niño sus pobres viandas; unos animales que dieron calor al Recién Nacido hasta que José pudo prender un buen fuego…

Vamos, dos Navidades: la verdadera y la deconstruida. ¿A cuál te apuntas, lector?

  • Nosotros, los Veteranos lo tenemos claro: a la verdadera, la que nos recuerda y actualiza cómo se celebraba en nuestros hogares familiares y en nuestros Hogares Juveniles.
  • La que incluye los villancicos tradicionales, la bota de vino (que entonces no estaba prohibida) y la sana alegría sin botellones ni porros progres.
  • A la Navidad auténtica, la tradicional, la española.
  • No nos alcanzan ni esta ni otras deconstrucciones, por mucho que nos las pongan ante los ojos.

 

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