EDITORIAL | JULIO/AGOSTO 2022

Apreciada Greta Thunberg

Defender el planeta lo aprendimos y practicamos desde hace muchos años a través de la Organización Juvenil Española, ya existía algo que se llamaba 'defensa de la naturaleza' (aún no se había puesto de moda eso del ecologismo.


Publicado en el núm. 238 de Trocha, de julio/agosto de 2022. Editado por Veteranos OJE - Cataluña. Ver portada de Trocha en LRP. Para recibir actualizaciones de Trocha.

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Apreciada Greta Thunberg

Apreciada Greta Thunberg


Hace algún tiempo que su nombre no figura en las portadas; eso sí, hemos encontrado en Internet muchos datos sobre su apretada biografía, especialmente en los momentos en que usted recorría el ancho mundo como joven profeta del nuevo apocalipsis del cambio climático. También hemos sabido que nació en Estocolmo hace diecinueve años y que desciende de una familia de actores; también hemos constatado ⎼con admiración⎼ la multitud de premios y menciones que ha recibido en su, por ahora, corta carrera profética. Lo que no hemos conseguido aclarar del todo es quiénes son sus patrocinadores, pero acaso no importa mucho.

Como veteranos que somos, hemos aprendido a desconfiar de mensajes simplistas y dogmáticos; acaso usted tiene razón, pero nos quedan dudas razonables, lo que no le quita en absoluto mérito en su capacidad de comunicación y de denuncia, que pone los pelos de punta a quienes siguen sus intervenciones.

El motivo de estas líneas en sencillo: gracias por defender el planeta, pero eso lo aprendimos y practicamos nosotros desde hace muchos años, antes incluso de su envidiable edad juvenil: fue a través de la Organización Juvenil Española y de nuestros mayores, porque ya existía algo que se llamaba defensa de la naturaleza (aún no se había puesto de moda eso del ecologismo). Así, cuando recorríamos montañas y campos, cuando acampábamos o encendíamos hogueras, nos ocupábamos de no dejar rastro alguno; incluso, obedecíamos una consigna que decía «dejarlo todo mejor de lo que lo hemos encontrado»; limpiábamos fuentes y parajes públicos, recogíamos basuras de los ecologistas avant la lettre, y, en nuestros campamentos, era modélica la limpieza; en la diaria revista de tiendas, además de la higiene personal, se consideraba falta grave un papel de caramelo debajo de las rejillas.

Le animamos a seguir en su cruzada, pero aterrizando: por ejemplo, colaborando en alguna asociación juvenil sueca y predicando con el ejemplo, no viajando en vehículos contaminantes, sino con macuto a la espalda y canción alegre en los labios, como hacíamos nosotros; fray Ejemplo sigue siendo el mejor predicador.

Un cordial saludo.

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