La Razón de la Proa

SEMBLANZAS

En recuerdo de Diego Mayoral

De Diego podríamos decir muchas cosas, desde luego todas positivas, pero queremos resaltar su bonhomía, su humanidad, su caballerosidad, su talante y su lealtad con sus amigos y camaradas, transmitiendo un estilo inconfundible para ser imitado.
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«Siempre tus brazos prestos al esfuerzo, fijos tus ojos en un más allá». De la canción de Juventudes "Ser español" (1942).
En recuerdo de Diego Mayoral

En recuerdo de Diego Mayoral.


Hoy recordamos con dolor a nuestro amigo y camarada Diego Mayoral Elizagárate, abogado, padre de cuatro hijos, que falleció el pasado día 28 de abril en el mismo lugar donde nació, Madrid 1945.

Carmen, su esposa, nos relata qué estaban comiendo y de repente falleció, sin un segundo para sufrir, todo fue muy rápido cuando se encontraba bien, disfrutando diariamente de uno de sus deportes favoritos, el ciclismo, siempre qué el tiempo se lo permitía y sí era acompañado por sus camaradas mucho mejor. Era un gran aficionado a la montaña y al esquí que practicaba con frecuencia cada temporada.

Diego fue uno de los nuestros desde el principio de la Organización Juvenil Española, afiliado, mando y dirigente del Distrito de Arganzuela, llegando muy joven a secretario provincial y enseguida a delegado provincial de Juventudes de Madrid, en una época nada fácil, coincidiendo con el final de una etapa y la transición a un futuro incierto y complicado para la supervivencia de la Delegación, como pudimos comprobar después.

Diego ha sido una referencia como mando y dirigente, destacando la labor realizada cómo delegado provincial, formando un excelente equipo y consiguiendo unos magníficos resultados en todas y cada una de las competencias asignadas a la Delegación: enseñanzas, actividades culturales, actividades deportivas, campamentos, albergues, cátedras…, y sobre todo, con su ojito derecho la Organización Juvenil Española, que alcanzó las metas más altas de afiliación, estructura, formación y funcionamiento desde su fundación en Madrid.

Pero la misión de Diego no concluye en ámbito de Juventudes o después profesionalmente en Citroën, dónde continuó ayudando a muchos de nuestros camaradas, cómo ya venía haciendo siempre. Su vida entre nosotros se prolonga en el tiempo y ha seguido dejando huella en el día a día de nuestra historia, cómo primer presidente del Club Encuentros, entre otras muchas cosas, asistiendo y participando en cuantas actividades, aniversarios, celebraciones, comidas de hermandad y conferencias, han sido convocadas por todas y cada una de las organizaciones existentes en Madrid, a las que vienen dando vida antiguos miembros de Juventudes y de la OJE madrileña.

De Diego podríamos decir muchas cosas, desde luego todas positivas, pero queremos resaltar su bonhomía, su humanidad, su caballerosidad, su talante y su lealtad con sus amigos y camaradas como referentes de lo que significa la amistad y la camaradería, transmitiendo un estilo inconfundible para ser imitado.

Nos referimos a Diego, con un pie en el pasado de nuestros sueños juveniles y otro en el presente de una España secuestrada, pero aparquemos nuestro dolor por España y elevemos nuestras oraciones por Diego, aunque no sean necesarias porque su ejemplar trayectoria de creyente-practicante y de buena persona le abrirán las puertas del cielo para que Dios le acoja en su Gloria.

Por su manera de ser, desde La RAZON de la PROA nos sumamos gustosos al justificado homenaje qué Diego se merece y al funeral que está previsto celebrar cuando las circunstancias lo hagan posible.

Diego, gracias por tu ejemplo, que honra y dignifica nuestra Promesa y nuestro lema Vale Quien Sirve.

¡Presente!

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