EDITORIAL | HUELLAS DE NUESTRO PASO

Una fecha para recordar: el 6 de diciembre de 1940

En esa fecha se publicó la Ley Fundacional del Frente de Juventudes, que creaba, por primera vez en España, una institución del Estado para la formación de toda la juventud española.

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Una fecha para recordar: el 6 de diciembre de 1940

Se crea el Frente de Juventudes

Y lo hacía tanto en el ámbito de los llamados encuadrados (en teoría, todos los niños y jóvenes) como en el de la afiliación, es decir, quienes, voluntariamente, quisieran ingresar en las entidades correspondientes (las Falanges Juveniles de Franco, en 1942, y, años después, en 1960, en la Organización Juvenil Española.

  • Cientos de miles de niños y jóvenes fueron pasando por la actividades que ofrecía la Delegación Nacional del F. de J. (llamada Delegación Nacional de Juventudes, desde 1959, y Delegación Nacional de la Juventud, desde 1971 hasta su extinción, en 1977) campamentos de verano y albergues, marchas de montaña y actividades deportivas, cursos de formación, concursos de formación profesional, vela, etc., así como otros accedieron a los servicios a la juventud que prestaba la Delegación: viajes internacionales, bibliotecas, publicación de libros a través de la editorial Doncel…); también, la institución era responsable de dos asignaturas en el ámbito escolar: la Educación Física y la Formación del Espíritu Nacional (luego llamada Educación Cívico-Social y Política).
  • Como es lógico, en un tan dilatado período de tiempo, fueron muchas la reformas y reestructuraciones de la Institución, en línea de adaptación a las necesidades sociales y al entorno cambiante.

Desde esta página, nos interesan remarcar una serie de aspectos sociológicos y políticos, y lo pretendemos hacer desde una perspectiva actual.

  • En primer lugar, se trató de una institución que superaba la tradicional división de los españoles en clases sociales; por ejemplo, en sus campamentos y hogares, convivían el hijo del trabajador manual con el del empresario, el de una familia de clase media con el de otro estrato considerado superior (si bien, en menor proporción, porque siempre existieron ciertos recelos en las clases altas por el sentido nacionalsindicalista que llevaba a esta integración.
  • En segundo lugar, no hay que olvidar que el Frente de Juventudes representó avant la lettre la reconciliación de la guerra civil, pues la convivencia estrecha se dio entre los procedentes de familias de los dos bandos en la guerra civil, sin ningún tipo de traba o de filtro.
  • En tercer lugar, de acuerdo con su planteamiento joseantoniano, la formación insistía en la necesidad de transformaciones sociales profundas en la justicia social (de ahí los mencionados recelos), y ello fue reconocido por propios y extraños, como, por ejemplo, el profesor Tierno Galván. A lo largo de los treintaisiete años de su existencia, fueron variadas las orientaciones que adoptó la Delegación; no obstante, siempre persistió este trasfondo falangista de su razón de ser, origen de las tres notas señaladas: superación del clasismo, reconciliación nacional y afán perfectivo de España.

En el debe del Frente de Juventudes y, en concreto, de sus organizaciones de afiliados, debe hacerse constar el desencanto y cierta frustración de muchos jóvenes al comprobar que aquel ensueño de la revolución nacionalsindicalista de José Antonio se iba alejando de los planteamientos del Régimen; ello dio lugar a una contestación  casi constante en sus filas, en las FF JJ primero y en la OJE después; en una palabra: las expectativas creadas fueron escamoteadas en razón al entorno cambiante y a la presión de los sectores que nunca vieron con buenos ojos aquel talante en que eran formados los jóvenes.

  • Y, del mismo modo, al sobrevenir la transición y el cambio de Régimen, una serie de nuevas decepciones aguardaron a quienes habían sido formados en el Frente de Juventudes, en tanto que no se apuntalaban, en modo alguno, ni los resortes nacionales y espirituales ni los sociales, que habían constituido el leit motiv de su formación juvenil.

No obstante, muchos de los que procedemos de aquel ámbito mantenemos, contra viento y marea, lo esencial de lo aprendido.

  • Y quizás muchos españoles, al repasar las viejas páginas de Vela y Ancla o de Aprendiz de Hombre, por ejemplo, no dejen de pensar que, posiblemente, de haber persistido en aquellas enseñanzas que recibieron en su Instituto se hubiera garantizado la existencia de una verdadera sociedad democrática, en paz, unidad y concordia en el presente que estamos viviendo.

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